ESDA »Carl Grimes« [TERMINADA]

CAPITULO 1: Un vistazo al futuro

Narrador Omnisciente

—¿Qué haces aqui?

—Recordando—soltó la chica frente a Michonne, permanecía sentada observando el cielo despejado mientras se apoyaba en las cercas de las parcelas más cercanas—Solo eso.

Tenia mucho en qué pensar, demasiadas cosas. Una de ellas era un chico y la pronta lucha a la que todos se unirían para tratar de ganar, para tratar de cesar las muertes que ya habían presenciado más de dos veces, para tratar de, esta vez, sobrevivir en un mundo del cuál solo tengan que protegerse de los caminantes y no de las personas.

—¿Sobre?—la morena se sentó con mucho interés a su lado y sin dejar de observarla sonrió—Dimelo.

—Mi abuela—respondió la chica en un instante, velozmente. El pequeño bebé en sus brazos comenzó a moverse inquieto teniendo mucho sueño—He estado pensando mucho en ella últimamente.

—¿Cómo murió?

—Mucho antes del virus—logró murmurar con nerviosismo la chica—Tom y yo mirábamos atentos la televisión, era un día sábado, como hoy—informó, la morena tomó en sus brazos al pequeño con una sonrisa—Justo en ese instante, los golpes estruendosos en la cocina hicieron que dejáramos de ver nuestro programa favorito y ambos corrimos con rapidez hacia el lugar buscando que había ocasionado el ruido.

—¿Y que había sucedido?—volvió a preguntar con mucho interés la mujer.

—Mi abuela se encontraba en el suelo y sin pulso—comentó mientras sonreía mirando a su pequeño hermano dormir en los brazos de Michonne—Ella fue simplemente estupenda, fue mi madre durante diez años.

—¿Qué hay de tus padres?

—Ya lo sabes Mich—la chica solo se detuvo a soltar un suspiro muy desanimada—mis padres se olvidaron completamente de prestarme el más mínimo afecto o atención—la mujer frente a ella soltó un suspiro mostrando un rostro de alegría—Supongo que...

—No digas eso.

—Maldición, es verdad—aclaró moviendo los hombros hacia arriba, restandole importancia al tema—El virus los obligó a cuidarme, aún así, los extraño mucho a todos.

Michonne se acercó a la castaña, sonrió otra vez y despeinó su cabello con rapidez. La chica solo esbozó una sonrisa leve observando a la morena con un rostro que demostraba tranquilidad. Tobin pasó por el lugar y les regaló una hermosa sonrisa que ambas tuvieron que responder, había algo que aún hacía que todos los Alexandrianos mantuvieran intacta su esperanza en ganar.

—Él te recordara pronto y volverán a ser felices—soltó la mujer—Prometo que todo lo malo se esfumara cuando esta guerra acabe. Somos de los que ganan Colman, jamás lo olvides.