CAPÍTULO 40: Problemas

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(Tn)___ Colman


Caminantes, caminantes y más caminantes, era lo único que veía alrededor.

Estaba en la ciudad, casi al Este y estaba alejada de los suburbios. Y por poco que suponía sabia que las provisiones en la cabaña se acabarían muy pronto.

Con un vistazo rápido pude observar que la mayoría de las casas de aquí en las que había entrado a saquear estaban casi llenas de provisiones.

Acomodé la grande mochila que tenía en mi espalda de forma que me resultase más cómoda. Había llenado aquella mochila de tonos militares con productos en lata y jugos en polvo.

Entré a una casa desconocida y no pude evitar sonreír al ver más latas de sopas, las puse en una de las mochilas vacías que estaban en mi espalda.

—Vaya—murmuré aclarando mi garganta, había sido un día largo en el que no había hablado nada, aunque eso no me afectaba mucho—mis favoritos—susurré cogiendo barras de chocolates que estaban en un estante.

Miré su fecha de caducidad y como lo esperaba, estas barras no estaban vencidas.

Coloqué las barras de chocolate en mi mochila haciendo más espacio para cosas que tal vez encontraría después.

—¡Bingo! Aquí hay más para mi—volvi a murmurar al abrir un cajón que contenía más sopas en latas, había llenado ya dos mochilas, quizás eso era algo regular.

Solté las mochilas cuidadosamente en el suelo de aquella casa, y me acerqué a un caminante que merodeaba a mi alrededor con la intención de matarlo pero un ruido me desconcentró.

Estaba escuchando ruidos, murmullos, eso era seguro. Agudicé el oído para tratar de escucharlos con más cautelosidad.

—Vayamos hacia el sur, aquí ya no hay nada—aclaró un señor.

Ignoré por un momento al caminante que me seguía y me puse detrás de una pared para escuchar más.

—A Negan le gustará estos ricos vinos que hemos encontrado—aclaró otra voz distinta a la primera.

Levemente logré ver a los hombres que estaban hablando, uno era viejo y delgado, él otro era más joven que el anterior y tenia una metralleta en sus manos.

—Ya larguemonos Gabin—pidió el más joven.

¿Quienes eran aquellos hombres?

Por un momento recordé al caminante que estaba a mi alrededor haciendo demasiado ruido. Los hombres voltearon y parecían seguir los ruidos del caminante.

—Hay alguien aqui—aseguró el anciano mirando a todos lados.

—Si, nosotros, duh. Ya vámonos—ordenó el más joven haciendo ademanes con su metralleta.

—No idiota, nosotros no, hay alguien más—siguió hablando aquel anciano.

Cerré los ojos y los abrí al instante, no me tenían que descubrir, ni mucho menos si había escuchado su conversación.

Cogi mi navaja y se la incruste al caminante que aún seguía a mi alrededor, con sutileza tomé su cuerpo dejándolo en el suelo sin hacer tanto ruido.

—Es la edad que te hace escuchar cosas, Larguemonos ya—ordenó el joven caminando hacia una furgoneta ploma medio destruida y sin arreglos, su compañero bufó y lo siguió.

Me sentí aliviada porqué los hombres se habían ido, pero varias preguntas no dudaron en pasar por mi mente, ¿Quién era Negan? y ¿Quiénes eran ellos?

Cogi mis mochilas y comencé a caminar hacia la cabaña, pensando en que pasaría si volvía a Alexandria.

No podía hacerlo ahora, tenía cosas en que pensar y una de ellas era Carl, era cierto que le tenía demásiado respeto a su padre, Rick. pero mi mente siempre jugaba en mi contra culpandome por todo.

Cerré mis ojos y no pude evitar pensar en que Carl estuviese preocupándose por mi, ni yo entendía lo que sentía por aquel chico que me había apoyado una vez.

Agotada de tanto caminar, me adentré al bosque y me recosté en un árbol peculiar.

Tal vez, si solo tal vez por un momento, por tan solo un mínimo momento podría volver a ver a todos, a mis padres. A mamá, a papá y a mis amigos.

Cerré los ojos en un intento de recordar y el rostro de tres chicos aparecieron allí, todos contemplaban algo con una gran sonrisa.

Tom había sido mi mejor amigo desde la infancia, al que le conté todo sin guardarle el más mínimo secreto.

Ron que había sido un buen amigo para mi, al igual que su familia.

Y Ramiro que había sido como un hermano mayor que había logrado apreciar demasiado.

Ellos tres habían formardo parte de ser mis amigos, unos más que otros, si, pero eran mis amigos, Si tan solo...si solo por un mínimo momento los volvería a ver.

Quería verlos, tenía que verlos pero tenía que aceptarlo, ellos ya no estaban aquí y eso me causaba más rencor.

Mis manos temblaron por un instante cuando traté de recordar el rostro de mis padres, tenia demasíado miedo ya que cada día olvidaba sus rasgos.

Y odiaba con todo mi corazón no poder recordar sus rostros, No quería olvidarme de ellos.

Liam tiene la mirada de mi madre, eso es lo único que recordaba. Recordaba su mirada, pero no su rostro ni sus facciones.

Mi vista pasó a mi cinturón y saqué la navaja que estaba allí, la tomé con mi mano izquierda y la observé. Esto había sido de mi padre, y me lo había dado antes de morir.

Mi vista volvió a mi cinturón con temor y cogi la otra navaja que descansaba allí, suspiré confusa al ver las dos navajas.

Abrí la palma de mi mano y inmediatamente el recuerdo cruzó mi cabeza, observé su pulsera en mi mano. Era lo único que adornaba mi mano, aparte de las cuantas manchas de sangre.

Por un instante, Mi mente se detuvo recordando las fotos que tomaba cuando aquellos amigos míos estaban distraídos, fotos que siempre valoraria.

Ahogué un grito de tristeza que salió en forma de llanto, mis ojos comenzaban a votar lágrimas, estaba llorando. Quería ver a mi familia de nuevo. Deseaba verlos a todos de nuevo, abrazarlos y sentirlos cerca, solo una vez más.

Me sequé las lágrimas, estaba exhausta de ver caminantes y bufé mientras uno se me acercaba, le incrusté mi navaja y éste cayó rápidamente al suelo.

Comencé a caminar de nuevo asegurandome de que las mochilas estuvieran cerradas correctamente, y llegué a la cabaña exhausta.

Tiré las mochilas que estaban completamente llenas al suelo, quería relajarme. Suspiré y me tiré cómodamente en aquel sofá que tenía vista hacia la puerta de la entrada.

Por instinto abrí mis ojos al mismo momento en el que escuchaba el seguro de un arma quitarse, me levanté y alcé mi cuchillo mirando a mi atacante.







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Suspenso queridas, suspenso.

Acabo de recordar a Andrea con la frase de los seguros(del arma). chale, que sad:(

ESDA »Carl Grimes« [TERMINADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora