Dieciocho

950 110 19
                                    

Ed Sheeran sonaba a todo volumen en mi apartamento. Cerré los ojos y moví mi cabeza al son de Photograph.

— And if you hurt me... well that's ok baby, only words bleed...

Me había quedado encerrada y había pedido un día en el trabajo para pensar en todo lo que se me venía encima.

El helado entre mis piernas y mi pijama rota, sólo eran señal de que estaba deprimida pero por supuesto, yo ponía este tipo de canciones para deprimirme un poco más porque, ¿a quién le importaba?

Además, la voz de Ed despertaba cierta sensación de confort en mí; me hacía sentir como si todo pudiese estar bien. Suena ridículo pero así era.

Me sentía tan sola. No tenía una mejor amiga a quien contarle esto y chico pizza, él... No había hablado con él. No tenía la fuerza.

Sam había vuelto a llamar y lo evité de cualquier forma. ¿Por qué no podían dejarme todos en paz? Sólo quería darme un respiro.

La puerta sonó y me asomé por el picaporte. Carl estaba ahí. Joder.

Pensé en fingir que no había nadie en casa e irme a esconder pero me lo impidió.

— Puedo escuchar la música, Laila. Ábreme, por favor. No voy a molestarme.

Mi amor por Sheeran había bajado unos dos niveles... olvídenlo, ¿quién podría dejar de amarlo?

Abrí con temor la puerta y frunció el ceño al verme.

— Te traje una pizza.

Me quedé en silencio y bajé la mirada.

— ¿Por qué no quieres hablar conmigo? Todos tenemos momentos difíciles, lucky girl. Pero de esto se trata – nos señaló con sus manos– tú en pijama, y yo con una pizza en mano, dispuesto a entrar ahí y abrazarte hasta que te sientas mejor.

— Carl, yo... lo siento.

— No quiero que me alejes, Laila. A veces lo único que necesitamos es que alguien esté junto a nosotros, sin decir nada, sin hacer preguntas, sin juzgar. Simplemente necesitamos a alguien que tome nuestra mano y diga que todo estará bien. Y yo quiero ser ese alguien para ti.

Las lágrimas resbalaron por mis mejillas. Él estaba aquí, diciéndome cosas maravillosamente cursis y perfectas, ¿y dónde estaba el hombre que me quería proponer matrimonio?

— Soy una terrible persona, Carl. –sollocé– no te merezco.

— Oh, nena. Eres maravillosa. Loca pero jodidamente maravillosa– me abrazó y me aferré a su pecho dejando sacar todas mis lágrimas.

— Estoy manchando tu camisa– me sorbí la nariz de una forma no muy femenina y él rió.

— Mm, sí. ¿Segura que no creciste en un bar de mala muerte? tienes ciertos modos de cantinero.

Lo golpeé en el pecho.

— ¿No dijiste que era maravillosa?

— También dije que estabas loca.

Suspiré y lo volví a abrazar.

— Probablemente es cierto.

Me besó con lentitud y recargó nuestras frentes.

— Todos estamos locos, de formas distintas y unos más que otros pero todos lo estamos.

Sonreí.

— ¿Me vas a dar mi pizza o sólo estás aquí para convertirte en un romántico, Romeo?, ¿dónde está tu honor de pizzero?

Se rió y cerró la puerta detrás de nosotros.

— Sí. Jodidamente loca.

Nota importante.👇🏻
. . .
Holaaaaaa💗
Omg, las extrañé muchísimo. Lo prometido es deuda y aquí lo tienen. Laila está pasando por momentos difíciles pero bueno, todo se acomoda, ¿no es cierto?
En los comentarios pueden dejarme preguntas que como escritora de esta historia, voy a contestar. Pueden preguntar lo que seaaa.👀 (menos cosas sucias, pls jaja).
Voy a estar súper contenta de leerlas y de contestarles en el próximo cap. Prometo no tardar tanto en actualizar.
Y oigan, recomiéndeme cosas/actividades para canalizar energía :( se los agradecería un montón.
Espero les haya gustado este capítulo y las veo pronto.

Las ama,
B.

El chico de la pizza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora