Me quedé sin aire en cuanto lo vi.
Tierra, trágame y escúpeme en las Bahamas, no... espera, mejor en Italia.
— Laila, cariño.
Comería una buena pizza y viajaría a Roma para preguntarles a los dioses porque carajo me odiaban tanto.
Eso no lo veías venir, ¿eh Zeus?
— ¿Laila?– Carl me miraba preocupado.
Me aclaré la garganta.
— Sam, ¿qué haces aquí?
— Vine a buscarte pero veo que ya estás ocupada.
— Yo... Carl ya se iba. Él sólo me trajo.
Espera, ¿qué?
Cállate conciencia.
¡No! Ese cabrón te engañó con una réplica de Kim Kardashian y no me refiero a que sea el sueño de cualquier hombre. Si no estuviera tan operada diría que es hombre y...
¡Basta!
Carl me miró con una ceja alzada y por su rostro, supe que lo sabía. Sabía quién era él.
— Sí. Yo me voy.
No sé porque sentí que me golpearon en el estómago cuando dijo eso.
— Carl...
— No, está bien. Lo entiendo.
Y se fue sin decir más, sin siquiera mirarme. Me lo merecía.
— Se veía bastante molesto para ser sólo un amigo.
— Nunca dije que lo fuera.
Abrí el apartamento y entré dejando la puerta abierta sabiendo que me seguiría.
— ¿Estás saliendo con él?
Resoplé.
— ¿Te importa?
— Laila, nena, vamos... aún te amo.
Hijo de perra. Sin insultar a las perras, claro.
— ¿Aún me amas, Sam?– contesté con sarcasmo – Después de que te encontré follando con otra, ¿tú dices que aún me amas?
— Yo sé que lo que hice estuvo mal. Intento remediarlo.
— ¿Cómo, Sam? ¡Sólo intentas tapar el sol con un jodido dedo! Igual que yo, si te soy franca.
— No es lo que hago.
— Sí y tu dedo es tan pequeño que no lo consigues... igual que nunca conseguiste darme un orgasmo– dije entre dientes.
Zorra.
¡Largo de aquí!
— Amor, por favor, dame una oportunidad.
Suspiré con cansancio y me dejé caer en el sofá, con la cabeza entre las manos.
— No puedo, Sam, que más quisiera. Haría todo esto más fácil, pero tú me engañaste y no es lo qué haces cuando verdaderamente amas a alguien. No quiero ese tipo de amor en mi vida.
— ¿Y por qué no lo haces más fácil? Perdóname, tú me sigues queriendo Laila, puedo verlo.
— Sí, Sam. Yo aún siento algo por ti pero porque fui sincera contigo, me entregué y no olvidas a alguien que consideraste tan importante en tu vida de un día para otro pero creo que se volvió algo fraternal. Te aprecio porque me hiciste feliz aunque jodiste todo después.
— ¿Es por él?
Me sobé la cabeza y pensé en la respuesta.
Yes.
No.
Maybe.
Can u repeat the question?
— Yo, creo que sí pero más que por él, es por mí. Carl me ha mostrado lo que se siente ser querida en serio y eso sólo me hizo darme cuenta que merezco más que esto– nos señalé con las manos.
Resopló.
— Tú te lo pierdes, no seguiré siendo tu perro faldero.
Estalle en carcajadas.
— Lástima, te tenía un regalo.
— ¿De qué hablas?
— Hoy es el día del perro– le acaricié el cabello– Fuiste un buen chico, Snoopy. Ahora puedes irte, ya dejaste demasiadas pulgas por aquí.
Para mi sorpresa, sonrió.
— Fui un dolor de culo, ¿no? Ya vi que no puedo recuperarte pero en serio lamento lo que sucedió Laila, simplemente...
— Está bien, Sam. Ya es pasado.
— Te deseo lo mejor, Laila, en verdad que sí. Te lo mereces.
— Gracias, Sam.
Y lo abracé. Lo abracé porque tenía que cerrar el ciclo, lo abracé por los momentos que iba a dejar ir y lo abracé porque después de todo, ya podía sentir que lo perdonaba.
. . .
Holaaaa🐭
¿Cómo están? Espero que bien porque yo estoy encantada de traerles un nuevo capítulo.💖
*suenan los tambores*
... ¿qué les pareció? Creo que Laila no tuvo tacto al correr a Carl para hablar con Sam pero al final del día, cerró el ciclo tal y como debía. Ahora sólo espera ver cómo reacciona Carl, ¡pongan changuitos!
No se olviden de votar y de comentar mucho que ya saben que amo leerlas.🌚
Con amor,
B.
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El chico de la pizza.
Teen Fiction- Pizzas Carlo's, ¿en qué puedo ayudarle? - Mi novio es un hijo de puta... Bueno, ex novio. Me engañó y gracias al cielo que no tengo tantas cosas de él en mi casa. Sólo tuve que lanzar un par de camisetas por la ventana. Como sea, quiero una de pep...