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Autumn Leaves - Ed Sheeran

Lauren's POV

Se sentó en la silla que estaba colocada frente a la mía y al hacerlo, se ahuecó el pelo con la mano soltando un aroma a champú muy agradable. Yo no sabía qué decir así que me mantuve en silencio, incómoda al verla ante mí. ¿Quién era? ¿Por qué me había hablado?  No tenía ni idea pero no me molestaba que lo hubiera hecho.

— ¿De qué va el libro que estás leyendo? —Me preguntó inclinándose para intentar leer algo. Al hacerlo y debido a que la mesa era pequeña, se quedó a centímetros de mí. Volvió a morderse el labio.

— Pues... —Carraspeé levantando mi mirada hasta toparme con sus ojos castaños que me analizaban buscando algo aunque no sabía el qué. Me avergonzaba responder porque aparentemente era una chica de veinte años leyendo un libro para la tercera edad— Quería regalarle a mi abuela un libro para que entendiera por fin qué es Twitter así que me puse a leerlo por encima para ver si era divertido. Luego me gustó y bueno...

Dios mío, acababa de decir la mentira más poco creíble de la historia. Retrocedí un poco hacia atrás para mantener la distancia pero no de forma exagerada, no quería que sintiera que no la quería cerca. Espera, ¿por qué no quería que se sintiera así? Sacudí la cabeza y terminé esbozando una media sonrisa.

— Eso es muy dulce por tu parte, ¿sabes? Preocuparte así por tu abuela —Apoyó su rostro en su mano izquierda y sonrió de una forma encantadora—. ¿Es lo que siempre has leído?

— ¿Cómo?

— Es que siempre te veo de camino a la universidad, leyendo e ignorando el resto del mundo que te rodea. Me moría de curiosidad por preguntarte qué libro era... —Enrojeció un poco al mencionar lo último, arrugando sus ojos al sonreír otra vez. ¿Cuántas veces podía sonreír? No tenía ni idea pero cuando lo hacía era adorable.

Me levanté con brusquedad provocando que el café temblara tanto que casi estuvo a punto de rebosarse de la taza. Camila abrió los ojos asustada y estaba a punto de preguntarme qué sucedía cuando la interrumpí con la mano.

— Te-tengo que ir al servicio. Perdón, ahora vuelvo.

Sin darle la oportunidad a decir nada más, avancé con pasos acelerados hasta el interior del restaurante. Pasé por delante de la barra donde Clara, la dueña, alzó la mano para saludarme.

¡Bonita! ¿Cómo está hoy la niña linda? —Me dijo con voz alegre en español a lo que yo respondí con un gesto fugaz con la mano. Le pediría disculpas después.

Entré en el baño y, asegurándome de que no hubiera nadie dentro, me enjuagué la cara con el agua fría que salía con demasiada presión del grifo. Observé en el espejo cómo las gotas chorreaban por mi rostro, el aura dorada de mi esencia resplandecía provocando una sensación cálida a mi alrededor que se reflejaba levemente en los azulejos blancos de las paredes. Me quité la chaqueta y la camiseta para sacar mis alas. Éstas se desplegaron provocando una leve brisa a mi alrededor que me refrescó un poco. Las plegué y estiré un rato para ejercitarlas porque llevaban demasiado tiempo sin ser utilizadas. Pero aún así, siempre era agradable desenterrarlas por la sensación de paz que me transmitían.

Contemplé las plumas blancas con la cabeza alzada, orgullosa por lo que significaban para mí pero al ver su luz, el rostro de la chica que me estaba esperándome fuera cruzó mi mente. Me aferré con fuerza a cada lado del lavabo hasta que mis nudillos se pusieron blancos.  Los ángeles no teníamos sexo definido, sólo nos transformábamos en el género que nos fuera más cómodo. Por eso, que Camila me resultase preciosa no era lo extraño. Lo que me estaba inquietando por dentro era que yo no quería ser como esos ángeles que se enamoraban de mortales y terminaban perdiendo la cabeza al verlos morir. Ellos sólo eran un suspiro efímero en nuestra vida. Pero cielos, una cosa era pensarlo y otra cosa era el cosquilleo que recorría mi cuerpo.

Harta de los pensamientos, guardé mis alas bajo mi piel y volví a vestirme. Tras inhalar una gran bocanada de aire, salí.

Camila's POV

Tenía la mente dividida entre la alegría y la sensación de haberla cagado. Por una parte, no podía creérmelo. ¡Estaba hablando con ella después de verla como algo imposible durante un mes! Y era incluso más perfecta que desde la ventana de la limusina. Ni en mil años hubiera imaginado esa voz ronca pero atractiva que le encajaba a la perfección. Madre mía, ahora mismo podría morir feliz porque sabía su nombre. Lauren, Lauren Jauregui.

Pero luego, tenía la espantosa sensación de acababa de espantarla. Habían pasado más de diez minutos desde que me dijo que iba al baño y no había vuelto. Mierda, Camila, ¿por qué tuviste que decir que te fijabas en ella todos los días? Eso quedó muy, muy rarito. Suspiré observando su libro y el móvil que tenía sobre la mesa. No se iría sin sus cosas, ¿verdad?

Dinah me envió un mensaje justo en ese momento. Lo leí aprovechando la ausencia de Lauren.

[14:33] Dinah : ¿Todo bien? Estoy orgullosa de ti, pequeña. De aquí a mañana la tienes que tener comiendo de la palma de la mano o ya sabes... 🌚 JAJAJAJAJAJA

[14:33] Camila: Eres idiiiiiota, Dinah Jane 😂

[14:35] Dinah: ¿Es tal y como te la imaginabas? No he parado de ver cómo te retorcías el pelo con la mano al hablarle. Estabas en modo total de "está tía está tan buena que con verla me pone cachonda". Seguro que estabas mordiéndote el labio 😏

[14:35] Camila: No me estaba mordiendo el labio...

[14:35] Dinah: No me engañes, chica, estarías de espaldas pero te conozco demasiado.

[14:36] Dinah: Oh, mierda. ¡No digas ni hagas nada más! Vieeeeeneeee asdfghjkl 😱

Bloqueé el smartphone rápidamente poniendo la pantalla bocabajo para evitar que se iluminase y leyera algo obsceno por accidente. Nunca sabía qué podía pasar con Dinah.

Intentando ocultar el rubor de mis mejillas, seguí a Lauren con la vista esperando a que se sentara en la silla pero ella sólo permaneció de pie y agarró sus cosas. No, no. No quería que se fuera.

— Camila —Oh, joder, mi nombre sonaba excelente en sus labios. Me miraba con sus increíbles ojos verdes y, pese a que nunca los había visto tan de cerca como ahora, supe que ocultaban algo—. Tengo que irme. Voy a llegar tarde al trabajo.

Sabía que era mentira lo que me estaba diciendo. Lo sabía porque Lauren siempre estaba sentada en el Jauregui's sin prisa alguna cuando yo salía de clase sobre esta hora. Pero mantuve mi compostura creando una enorme sonrisa que se expandió por mi cara. Me puse de pie para levantarme también y por primera vez nos vimos a la misma altura o más o menos, yo era un poco más baja que ella.

— ¡Oh, lo siento! No quería hacer que llegaras tarde.

— No, no. Está bien —Se peinó su melena azabache por accidente al llevarse la mano la parte trasera de la cabeza. Era un gesto incómodo, se lo notaba a la perfección—. Bueno, ya nos veremos por ahí. Supongo.

— Sí, por supuesto —Intenté disimular el tono derrotado de mi voz pero me olvidé de cómo sonreír cuando intenté hacerlo. Le tendí la mano para que la estrechara, no quería que se marchara sin haberla tocado aún—. Hasta otro día, Lauren.

Ella observó mi mano dubitativa pero al final la estrechó. Estaba helada pero el contacto me revolvió por dentro, poniéndome el corazón del revés. Jamás me había sucedido algo parecido en mi vida. Yo era la típica chica que controlaba a la perfección sus acciones, sus sentimientos y la vida en general.

— Adiós, Camila.

Sus ojos me lanzaron una última mirada hasta que contemplé cómo se iban alejando, perdiéndose entre la multitud hasta que no quedó nada más de Lauren que pudiera ver. Estaba segura que esa sería la última vez que la vería en mi vida porque yo, había hecho o dicho algo que la incomodó. Eres estúpida, Camila...

Unsteady; CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora