Unsteady; CAMREN

10

Camila's POV

— Tierra llamando a Mila. —Una mano pasó agitándose por mi cara despertándome del trance en el que ni me había percatado de que estaba.

— ¿Mhm? —Murmuré aún distraída observando cómo Ashlee, sentada a mi lado, me miraba con ojos divertidos.

— Te estaba hablando, pedazo de idiota. —Fue la voz de Dinah lanzándome palomitas desde el sofá quien me devolvió totalmente a la realidad. Bueno, realmente fue uno de sus proyectiles de maíz impactando contra mi cara y enredándose en un mechón de mi pelo.

— Te-Te estaba escuchando... —Mentí porque era más fácil que admitir que estaba pensando en Lauren.

— ¿Entonces qué opinas de lo que acaba de decir D? Ya sabes, respecto al chico que conoció en la facultad... —Inquirió Vero alzando una ceja al mirarme con sus profundos ojos marrones.

Oh, mierda. Tenía que pensar rápido. Lancé miradas desesperadas a todas las presentes y todas me la devolvieron conteniendo la risa, esperando una contestación por mi parte que no llegaba. Sólo fui capaz de notar los ojos comprensivos de Ally momentáneamente antes de volver a mirar a Dinah. Detrás de ella, Keana arrugaba el ceño como si estuviera molesta por algo aunque nunca diría por qué. Le gustaba callarse sus pensamientos.

— Pues que es el amor de tu vida si no le importan lo grandes que son tus manos. —Lancé una broma con la esperanza de distraerlas un poco pero ninguna rió ante mi comentario como normalmente hubieran hecho. Yo no era tan terrible con las bromas, de verdad.

— ¡Lo sabía! Mis diez dólares, Ash. —Vero aplaudió para después extender su brazo para recibir su premio.

La chica de piel oscura le lanzó un cojín que esta esquivó fácilmente provocando que sus carcajadas aumentaran de volumen. Ashlee sacó un billete arrugado de su cartera y se lo lanzó con un gruñido. Parecía que habían apostado algo pero no entendía el qué.

— ¿Qué...?

— No hay ningún chico, Mila —Aclaró Dinah negando con la cabeza antes de volver la vista a la enorme pantalla de televisión—. Sólo vuelve con nosotras un rato, ¿vale?

El tono dulce que había empleado mi mejor amiga al hablar me dejó más confundida. Sus palabras habían sonado como una ligera súplica y creía entender por qué. Dinah valoraba las noches de chicas, como ella solía llamarlas, y esta era la primera que teníamos en muchísimo tiempo. Y a saber cuánto más pasaría hasta la próxima vez que estaríamos juntas. Decidí intentar concentrarme en la escena de la película cuando un escalofrío me sacudió el cuerpo. No tenía frío pero había sentido una sensación extraña recorriendo mi columna vertebral. Intentando ignorarlo, me abracé a mí misma. Las ventanas del apartamento estaban cerradas, la calefacción puesta pero, entonces, ¿qué era esto?

— Ven aquí, Mi Mi. —Me susurró Ashlee abriendo sus brazos para que me acurrucara en ellos al percatarse de cómo había comenzado a temblar.

Ella creía que tenía frío así que preferí acomodarme en el hueco de su hombro mientras nos cubría con una manta. Era mejor que decirle que sentía que alguien invisible me había acariciado. Era demasiado mayor para creer en historias de fantasmas aunque me siguieran dando miedo los cuentos de terror.

Volví la vista hacia la película para ver a Jennifer Lawrence con el pelo teñido de negro bailando al lado de Bradley Cooper, con unas escaleras y una pared salmón de fondo. Al menos ese momento me había bastado para saber qué estaba viendo. Silver Linings era la clase de comedias románticas que le gustaban a Ally y a Dinah. Sabía que habían sido ellas porque Keana prefería las películas psicológicas, Vero las de zombies y Ashlee las de acción.