Lauren's POV
Cuando la gente habla de milagros piensa en una niña que se curó repentinamente de una enfermedad terminal, en alguien inválido que vuelve a caminar o quizás incluso conseguir el trabajo de tus sueños cuando todo estaba perdido. Todos ellos son gracias a algo divino, generalmente Dios, que decidió obrar lo imposible. Deberían incluir el nombre de Lucía Vives en esta lista porque Jesús, acababa de lograr lo que jamás creí.
Me llevó corriendo al centro comercial más cercano, aquel donde vi a Camila hace mucho tiempo con sus amigas, y me obligó a comprarme un crop top burdeos, unos pantalones ajustados negros y unas botas bajas a juego. Cuando intenté rebatirle que era octubre y hacía frío, me lanzó la mirada más despiadada que le había visto jamás. Agarró una bufanda negra de la tienda y me la arrojó, dándome a entender que la pagara. Después me llevó a los aseos del CityCenterDC, me ayudó a limpiarme la cara llena de harina y mágicamente sacó un neceser lleno de maquillaje de su bolso.
— ¡Eh! ¿Qué tiene de malo la cara que tengo ahora? —Pregunté ofendida echándome hacia atrás.
— Nada pero desde que te vi siempre quise maquillarte —Sonrío pidiéndome permiso y yo asentí levemente. Cerré los párpados intentando no moverme pese a las cosquillas que me producía el eyeliner. Tras asegurarse de que la línea había quedado perfecta, sacó un pintalabios de color vino que combinaba con el top que me acababa de comprar. Cuando terminó, se separó con un brillo especial en los ojos—. Oh, wow, soy una genio.
Me agarró de los hombros para girarme y para que así pudiera observarme en el espejo. No pude evitar abrir los ojos sorprendida pese a que no había hecho gran cosa. Sólo había pintado una sencilla línea negra sobre mis párpados y coloreado mis labios. Pero jamás me había visto así. ¿Para qué iba a a maquillarse un ser inmortal? No lo sé pero me gustaba.
— Gracias, Lucy. —Murmuré aún mirando nuestros reflejos. Realmente me hubiera gustado decirle algo más pero las palabras no eran lo mío.
— ¡No pierdas el tiempo agradeciéndome y corre a vestirte, Jauregui! Faltan veinticinco minutos para las doce.
Era oficial, habíamos batido un récord. Yo el récord de "vestirte en treinta segundos" y Lucy el de "vestir a alguien de forma impresionante pero casual en quince minutos".
Caminamos fuera del centro comercial mientras mi amiga bromeaba sobre lo increíble que era y yo reía, ahora de mejor humor porque quedaba poco para ver a la chica de ojos chocolate. Eso me hizo pensar que no tenía ni idea dónde estaba su universidad. Revolví mi bolso para enviarle un mensaje a Camila cuando me di cuenta de que ella me había enviado la ubicación como si supiera mágicamente que la iba a necesitar ahora mismo. Leí a dónde tenía que dirigirme entrecerrando los ojos. No tenía ni idea de dónde estaba.
— Lucy, ¿cómo voy a la Universidad George Washington?
— ¿Ahí es dónde tienes que buscar a la caliente chica misteriosa? —Intenté replicarle pero me ignoró soltando una carcajada al observar mi cara perpleja por lo que acababa de decir— Coge la línea 84. Estás bastante cerca así que quizás llegues a tiempo.
Asentí mordiéndome el labio vacilante. No sabía si decirle simplemente adiós era suficiente para agradecerle todo lo que había hecho hoy por mí. Como si notara mi duda, la chica castaña me abrazó de forma fugaz. Sin darme tiempo a devolverle el gesto, me dio un empujón para que me fuera ya.
— ¡Píntale los labios, Lauren! —Gritó a pleno pulmón cuando me había alejado lo suficiente. No entendí qué quería decir con eso pero las personas que estaban a su alrededor sí porque sonrieron divertidas.
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Unsteady; CAMREN
FanfictionLauren Jauregui es un ángel que ha descendido del cielo para darle un ultimátum a la humanidad. Todo va como planea hasta que conoce a Camila, la hija del presidente de los Estados Unidos.