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Medicine - Au/Ra

Camila's POV

**Flashback**
- Una semana antes -

Las miradas, si sabes leerlas correctamente, pueden decirte demasiadas cosas de las personas. Pueden expresar amor, tristeza, rabia, incertidumbre, soledad... Por algo se dicen que son el espejo del alma, porque una sonrisa puede fingirse pero debes ser un auténtico experto para fingir una mirada. Yo no era experta en falsearla, pero sí en descubrir lo que escondían. El pasar demasiados años temiendo un par de ojos negros me lo había enseñado por la fuerza.

Pero ni toda la experiencia del mundo podía decirme qué había detrás de esos dos esferas azules que me paralizaron. Era el mismo miedo que experimentaba de pequeña pero peor, peor porque ya era adulta y se supone que cuando maduras la cantidad de cosas que te aterrorizan es cada vez más escasa. Sin embargo, su sola presencia me ahogaba.

— Ga-Gabriel. —Intenté corregir el tono de mi voz llevándome de forma inconsciente la mano al colgante que me había regalado mi novia pero encontrando el que me había puesto para la ocasión en su lugar. Buscaba controlar la sensación y la situación, aunque supe que había fallado cuando una sonrisa de suficiencia cruzó su rostro de mármol.

— No te molestes, he hecho que en su cabeza vea otras cosas a través de ese colgante. No podrá pedir ayuda.

— Lu-Lucy... ¿Ella está bien?

No me respondió así que aproveché esos escasos segundos para desviar mi mirada hacia la puerta, como un ciervo asustado que busca desesperadamente una vía de escape. Me sentía literalmente así aunque, ¿quién no lo haría? Era un arcángel corrupto que casi había logrado que saltara de un puente manejando mi cuerpo como si fuera una marioneta barata e inútil.

— He venido sabiendo que te encontraría aquí. Lo había visto... —Dio un paso en mi dirección causando que inmediatamente yo retrocediera uno hacia atrás— No te preocupes, Mahone no sabe que estás aquí, ni yo tampoco.

— Sé lo que eres. —Dije, aunque no sabía muy bien porqué.

— Oh, ya era hora. Yo aún intento averiguar qué eres tú.

Su respuesta me confundió. ¿Qué quería decirme con eso? No era la primera vez que insinuaba algo parecido, respecto a lo que yo soy. Frunciendo el ceño, me pegué contra la pared más alejada de ella sintiéndome ridícula porque un par de metros no podrían detener su poder. Si quisiera matarme, lo haría.

— Escucha, no tengo mucho tiempo —Se miró las uñas con desinterés antes de volver a clavarme la mirada—. Tu padre está en Reisterstown, de vacaciones en una bonita cabaña a medio construir. 692 de Sunspot Road.

— ¿Cómo? —Negué con la cabeza, porque eso no importaba— ¿Por qué? ¿Qué ganas con esto?

— Estoy de buen humor hoy.

— Lauren me dijo que no me fiara de ti.

— ¿Y acaso tu querida Lauren te dijo la dirección que tanto tiempo llevas buscando? —Replicó casi riéndose y, en cuanto obtuvo un silencio por mi parte, se animó a continuar— Tómalo como un regalo. ¡Un milagro!

Mientras luchaba por entender por qué me ponía en bandeja algo que tanto tiempo llevaba deseando alguien que había jugado hasta con mi propia vida se dio la vuelta, meneando de forma sinuosa su esbelto cuerpo hasta despejar la puerta y siendo engullida por la oscuridad del despacho de Charles Mahone. Se giró un instante para dedicarme una mirada fugaz junto a una sonrisa depredadora antes de desaparecer ante mis propios ojos.

Unsteady; CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora