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Camila's POV

Al acostarme sobre mi cama más tarde esa misma noche, me sentía pletórica. Acababa de volver de una cita increíble con la chica que había estado rondando mis pensamientos durante los últimos meses. Sentía que estaba flotando en un sueño porque todo era demasiado perfecto para ser real. Ni siquiera podía dormirme por culpa de todas estas emociones que recorrían mi estómago en forma de mariposas.

— Lauren Jauregui, todo es tu culpa. —Murmuré agarrando mi móvil para observar su número de teléfono guardado en mi lista de contactos. No tenía foto pero ahí estaba. Jamás me habían parecido tan increíbles diez dígitos.

[23:12] Camila: ¡Hola! Soy Camila. Gracias por la tarde de hoy ♥️

Tecleé el mensaje mil veces, borrándolo para escribirlo de otras formas. Al final terminé enviando algo demasiado serio que intenté arreglar con el emoticono de un corazón. Suspiré al estirarme para dejar el iPhone sobre la mesa de noche. Quería estar dormida para cuando Lauren respondiera porque no soportaría esperar para ver cómo había metido la pata.


Cuando me desperté horas después seguía sin recibir un mensaje de vuelta. Ese simple detalle me hizo desinflarme como un globo. Creía que había ido todo bien entre nosotras pero quizás fui sólo yo la que disfrutó de nuestras horas juntas. Ese pensamiento recorrió mi mente el resto del día generándome el malhumor suficiente como para no querer salir en todo el día de mi cuarto. Al menos tenía la universidad como excusa perfecta para no dar explicaciones.

— ¡Kaki! —La voz de mi hermana al otro lado de la puerta rompió mi concentración. Ella era la única que podía hacerme salir del aislamiento y lo sabía.

Suspiré levantándome antes de lanzar una mirada fugaz a mi reflejo en el espejo. Parecía un fantasma comparada con la radiante Camila que había regresado la noche anterior tras estar con Lauren. Con el pijama y las pantuflas rosas a juego, el pelo atado en un moño medio deshecho y las ojeras. Estaba horrible pero, ¿qué mas daba? Dentro de estas cuatro paredes que conformaban mi habitación, podía permitirme ser el desastre torpe que realmente era. No había cámaras o al menos, no la de los periodistas.

— Sofi, no estoy de humor para jugar... —Contesté al abrir la puerta pero me callé al ver que iba acompañada de mi padre. Genial, había usado a mi adorable hermana pequeña para hacerme salir. Bien jugado, Alejandro.

Sofi estaba a su lado, lanzándome una mirada de disculpa con sus ojos castaños. Supongo que no podía culparla, sabía cómo se ponía papá cuando exigía algo. Mi padre me analizó con la cara imperturbable. No tenía ni idea de qué estaba pasando por su cabeza pero sabía que no iba a ser bueno. Sólo se dirigía a mí para criticarme o darme órdenes. Si en algún momento de su vida me quiso, jamás lo demostró en su rostro.

— Hay una fiesta en la mansión del presidente de M-Tech. Robert ha organizado la seguridad, saldrás en una hora —Me observó con ojos críticos hasta que puso cara de asco al percatarse de que estaba en pijama—. Arréglate, estás espantosa.

— Pero mañana tengo clase... —Murmuré intentando ignorar su último comentario.

— Me da igual. Quiero que las cámaras te vean con el hijo del dueño. Estoy harto de los rumores de la prensa que hablan sobre tus amiguitas.

— No eran mis amiguitas. Eran mi ex nov... —Intenté aclararle la diferencia pero me interrumpió.

— Cállate. ¿Desde cuándo una chica joven y normal se niega a ir a una fiesta? Y no me digas que no conoces a nadie. Austin es un muchacho con muchos amigos. Igual alguien de tu antiguo instituto está allí.

Unsteady; CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora