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Wonderwall - Jackie Tomas

Lauren's POV

A veces las palabras pueden hacer estallar el mundo más que un explosivo C4 y la prueba más reciente eran las palabras de Camila en aquel livestream. Logró que todo el país se pusiera en pie porque, para bien o para mal, estaban hablando de ello. Titulares con nuestras caras en revistas y artículos online, debates en las cadenas de televisión y comentarios de Facebook, peleas en Twitter por aquellos que la llamaban oportunista y otros que la defendían, gente que la perseguía con micrófonos y cámaras al salir de clase de forma constante, políticos haciendo sonar el teléfono de Alejandro que parecía no contestar nunca porque había mantenido el silencio desde que su hija mayor se había declarado públicamente gay.

Pero a ella nada de eso le importaba, no buscaba una reacción sino la más humilde libertad de ser quien realmente eres sin tener que esconderte. Y la realización de su deseo no le borraba la sonrisa del rostro una semana después, pese a que los paparazzis no la dejaran caminar por la calle y su iPhone vibrase hasta de madrugada por aquellos periodistas que la querían entrevistar.

Pero sabía que algo no iba del todo bien. Sentía que me ocultaba algo pero yo también tenía secretos, aunque yo no era nadie para exigirle nada. Así que me limitaba a analizar sus gestos cuando estábamos juntas, intentando buscar en expresiones lo que su boca no quería decirme.

Y ahora era una de estas ocasiones en las que la contemplaba en silencio, aprovechando que ella parecía perdida en sus pensamientos mirando por la ventana de mi apartamento la ciudad.

Era sorprendente la capacidad que tenía de ser hermosa sin esforzarse, sólo llevaba un jersey holgado de lana gris y unos vaqueros, el pelo revuelto y sin rastro de maquillaje, pero estaba perfecta. No era una perfección como la mía, que formaba parte de mi naturaleza, la suya era la magnífica y equilibrada combinación entre lo delicado aunque salvaje, dulce y salado, cariñosa pero agresiva si era necesario. Era exactamente como la belleza de una rosa.

— Camz. —La llamé para atraer su atención.

— ¿Mhm?

— ¿Quieres chocolate caliente? Voy a hacer un poco. —Terminé diciendo pese a que desease preguntarle qué carcomía su mente.

Porque esto era así, ambas nos habíamos prometido compartir las sombras con la otra pero había algo que nunca encajaba del todo. Yo sabía que Camila tenía secretos, Camila sabía que yo los tenía también. Ambas nos respetábamos, nos queríamos lo suficiente como esperar a estar preparadas para hablar. Tristemente, quizás ese momento nunca llegaría.

— Claro. Nos hará entrar en calor antes de salir. —Respondió esbozando una sonrisa ganándose un asentimiento por mi parte antes de dejarle un beso en la cabeza e irme a la cocina.

Saqué dos tazas del armario, el chocolate instantáneo en polvo y un par de marshmallows. Esperé unos minutos mientras la leche se calentaba, observando el perfecto contorno de la silueta de Camila. Se había vuelto a abstraer en su propio mundo porque normalmente solía darse cuenta de cuando la miraba de esa forma. Suspiré sirviendo el líquido caliente, añadiéndole un par de cucharadas de cacao antes de revolver con la cucharilla. Terminé con tres marshmallows en cada taza, dejando que se derritieran levemente en el microondas durante unos segundo.

— Aquí tienes. —Le ofrecí la taza humeante a sus espaldas al acercarme despacio. No quería asustarla.

— Gracias —Se giró sonriéndome de esa forma tan bonita y pese a que en sus ojos hubiera una oscuridad desconocida, decidí devolverle el mismo gesto—. Lolo, ¿no te cansa esto?

Unsteady; CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora