Capítulo 23

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Estaba cabreadísimo. Más que por la obvia razón, estaba así porque sólo por un instante pensó que iba a empezar desde cero con una persona nueva y que esta vez las cosas podían salir mejor que antes. Sólo que no, ya eran las nueve y cinco de la noche y el culo le dolía al no saber cómo acomodarse en la silla. Estaba apenado porque cada vez que el camarero Josh pasaba por su mesa para preguntarle si estaba listo con el pedido, le negaba sonrientemente y por amabilidad, a lo último Josh ya no le insistió y lo dejó ocupar la mesa y beber agua de vez en cuando. Zayn estaba quedando como el más plantado del restaurante y eso lo molestaba, en el fondo, porque sigue siendo orgulloso y más allá, porque estaba muy ilusionado con la idea de imaginarse junto a Harry hablando de demasiadas cosas a la vez.

Él no es muy hablador, pero Harry le saca ese lado sorpresa. Se paró de la silla y la acomodó, se arregló el abrigo para no pasar frío afuera y sin pensarlo dos veces, caminó cansado hacia la salida del restaurante. Una leve sonrisa se marcó en su rostro para hacerle entender a Josh que estaba despidiéndose de él, su cita nunca iba a llegar y no le daba pena que la gente supiese que se trataba de un hombre. Le daba pena haber sido tan iluso.

__ Gracias- murmuró, pero no dijo más nada cuando la noche fría lo golpeó y la puerta de vidrio se cerró.

Ahora debe ir a recoger a Farah a casa de Doniya. Su hermana aceptó cuidar a la niña por el tiempo que fuese necesario, todos sabemos que es un amor de nena. Zayn, antes de montarse al coche estacionado una cuadra más allá, empezó a fumarse un cigarrillo con tal de relajar todos esos pensamientos. No estaba molesto con Harry, estaba molesto consigo mismo y con la idea de haber creído en romances. Observó la noche en Londres. Coches que van, coches que vienen, luces que se encienden y luces que brillan demasiado, gente que habla o camina, gente que ríe, gente que se toma de la mano con otras. Buses que van casi vacíos o medios llenos. El ambiente está perfecto para disfrutarlo, pero ¿dónde está Harry?

No se preocupó, siguió fumando hasta sentarse en una banca frente a un local cerca del coche. Observó el mundo mientras fumaba ese cigarrillo de tabaco y tuvo ganas de dedicarse a pensar en otras cosas más productivas. Hoy tuvo que llevar a Farah al pediatra para ponerle unas vacunas y hacer los chequeos de rutina, pero le tocó madrugar para eso.

Ni siquiera se había relajado por completo, cuando el celular le sonó adentro del bolsillo del abrigo. Sin protestar, lo sacó de allí y respondió al número correcto.

__ ¿Qué sucede?- el humo salió por su boca y esperó a escuchar la voz conocida.

__ Lo siento- fue tenue, débil y fugaz.

__ ¿Dónde estás?- dejó caer la ceniza. Es Harry.

__ Lo siento, de verdad. Perdóname.

__ Olvídalo- agachó la mirada.

__ Tal vez nos precipitamos- la voz de Harry sonó sincera por medio del celular de Zayn.

__ ¿Ah?, ¿a qué te refieres?- se aturdió-, ¿dónde estás?

Ahora sí estaba cabreadísimo, de verdad. Zayn aprendió a no rendirse o dejar que todo se vaya a la mierda de buenas a primeras. Así que apagó el cigarrillo pisándolo y habló con más tenacidad.

__ ¿Dónde estás, Harry?- algo había pasado, porque Zayn estaba seguro de una cosa y era el hecho de que Harry nunca podría ser así de descarado. Si el chico te decía que no, era porque no.

__ En mi casa- no dijo más nada, cerró la llamada y se sacó las llaves.

Desde que Zayn tuvo a Farah, aprendió a hacer las cosas y a darle soluciones a los problemas. Porque la vida sólo es una y quedarse a esperar a pensar en lo que pudo haber sido de algo realmente no funciona.

¿Estás ocupado? *Zarry Stalik*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora