Sus ojos eran lo más parecido a la perfección, azules como el océano y radiantes como el sol, mis brazos amanecían rodeando su cuerpo y respiraba el perfume que había utilizado las noches anteriores, noches en las que bailábamos lentamente "Crazy" de Aerosmith, y los fuegos artificiales se reflejaban en nuestros ojos, la fogata estaba mirándonos y la brisa del mar acariciaba su pelo con tanta delicadeza, la besé, me besó, nos besamos, y le dije al oído "Me encantas, eres el mejor verano que he vivido", el calor nos asfixiaba, más bien, nos asfixiábamos en esa cama del Hotel California, habitación #2, follábamos salvajes como nuestras almas, las paredes de la habitación eran testigo. En tan poco tiempo llegué a amarla como a nadie, pasó por mi vida como una estrella fugaz, un día estuvo y, de repente, desapareció sin dejar rastro alguno, su aroma quedó impregnado en mi piel, ahora su nombre se me hace tan parecido a una chica que un día fue mi verano, mi único y gran amor de verano. Podrán pasar años, incluso siglos, pero ni siquiera la muerte logrará quitarme sus recuerdos, nuestros recuerdos. Noches en las que el tiempo duraba tan sólo unos cuantos minutos a su lado, yo deseaba que durara una eternidad, pero a veces una eternidad dura tan poco.
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Benjamin Griss (El chico del ayer)
RandomEs un libro con la recopilación de escritos de Benjamin Griss, un joven talentoso de Guatemala. Quién escribió cuando algo comenzó a dolerle, es decir , desde que tiene uso de memoria. Hoy se lo conoce cómo un soñador, cómo quién no se guardo su...