Hoy me doy la mano a mí

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Yo sólo sé que no quiero comprender las cosas que tienen por objetivo quitarme la sonrisa, sé que no quiero privarme del placer de ser feliz ignorando lo que me hace daño. Ignorando a los que se han autodenominado mis enemigos, no, no quiero nada de eso. Quiero sentirme libre como un pájaro en pleno verano, con esa agilidad para volar entre las nubes y dormir en su nido entre las ramas de los árboles. Quiero tranquilidad interior más que la exterior: estar bien con uno mismo es mejor que estar mejor bien con los demás. Quiero emprender el vuelo por encima de mis miedos, mirarlo todo desde allí y darme cuenta cuán pequeños se ven los problemas desde las alturas. Y luego saltar sin esperar a que alguien se encuentre abajo esperándome, porque he decidido desde hoy ser feliz, no con o por alguien, sino con y por mí. Quiero mirarme en un espejo y ver frente a mí un mundo lleno de oscuridad, pero que también tiene estrellas y una luna llena que iluminan sus valles. Hoy vuelvo a nacer, perdonaré para ser alguien libre, dejaré los pensamientos a un lado y me llevaré lo que hace brillar mi estrella, mi estrella favorita. Escalaré la montaña que me dijeron que no podía y cuando esté en la cima los saludaré y les sonreiré. Aprenderé a no preocuparme mucho por las cosas que no tienen remedio, ni por mi corazón roto, porque sé que en el preciso instante en el que le doy la entrada a mi vida a alguien, también le estoy dando el poder para hacerme pedazos después. O cuando se vaya. Un día aprendí que así como la comida tienen fecha de vencimiento, también la parte de la gente caduca en la historia de los demás. Nada dura para siempre, ni el rencor, ni el remordimiento, ni las ganas, ni el eterno adiós nunca dicho. Aprenderé a dejar ir. Daré tiempo al tiempo y dejaré que él haga su trabajo, dejar que con los años el dolor de las heridas se vaya agudizando. Las personas dolerán lo que tengan que doler para luego convertirse en una gran lección de vida. Así como soy bueno declarándome la guerra, también soy bueno firmando los acuerdos de paz. Hoy me doy la mano a mí mismo.

Benjamin Griss (El chico del ayer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora