Cuando estás mucho tiempo sin saber adónde ir, al final lo que pasa es que se te oxidan las ganas. Y te toca que andar sin ningún rumbo en las calles, y entonces la ciudad es menos ciudad. Y comienzas a cuestionarte dónde estás, porque al parecer incluso tus raíces se han olvidado de ti y empiezan a descubrir mundo sin ti. Y van. Y se van lejos. Y te dejan con la libertad de caminar por donde quieras y tú no sabes qué hacer, excepto reír con esa risa nerviosa cuando alguien te pregunta que qué quieres ser en la vida.
Pero tú lo que quieres
es ser la vida de alguien.
Plantar un árbol y escribir un libro que pueda curar sus heridas.
Meter tus manos dentro de su sudadera cuando es invierno.
Besarle cuando sus labios son desierto y tienen sed.
Acostarte a su lado y contarle cuánto echabas de menos estar de vuelta en sus brazos, aun cuando no le habías conocido.
Contarle sus lunares hasta que las estrellas odien el cielo
y prefieran su espalda.
Tú lo que quieres
es que alguien
respire a través de tu piel.
Ser el motivo o la excusa que haga temblar a los "para siempre's" cuando hable sobre la eternidad de tus ojos,
hasta que el futuro tenga miedo porque ambos quieren cruzar los semáforos en rojo de un heavy metal que también llora por las noches.
Y entonces aparece siendo casualidad que termina siendo el accidente de dos vidas que se necesitan y no saben salvarse sino es por mutuo acuerdo. Porque ambos han estado tan perdidos, que el mapa en el que se encuentran no tiene salidas de emergencia. Son coordenadas que tropezaron y su carta de presentación fue un abrazo que rompió todos sus esquemas.
Es que los corazones, a estas alturas, deberían de entender que, si no es en un abrazo, no vale la pena romperse. Y es donde te das cuenta de quién verdaderamente vale todo, porque muchos te romperán de distintas formas, pero ojo con aquel que logre romperte cuando te estés despidiendo por tercera vez consecutiva y no te suelte la mano.
ESTÁS LEYENDO
Benjamin Griss (El chico del ayer)
CasualeEs un libro con la recopilación de escritos de Benjamin Griss, un joven talentoso de Guatemala. Quién escribió cuando algo comenzó a dolerle, es decir , desde que tiene uso de memoria. Hoy se lo conoce cómo un soñador, cómo quién no se guardo su...