La principal razón de mis sonrisas

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  Te conocí en lo que parecía el invierno de mi vida. "¿Cómo estás?", preguntaste; "Bien, porque estás tú aquí", respondí. Y sonreíste como aquella chica que el viento le ha levantado la falda a finales de febrero. Te encontré cuando no estaba buscando nada y pronto comprendí que la vida es un poquito así: cuando parece que es el final de tu vida, aparece por arte de magia y te pone una persona en tu camino para que sea el nuevo comienzo de algo indescriptible, al final no es tan hija de puta como parece, sólo tienes que verla a través de los ojos de alguien para saber que es preciosa. Y yo a ti te quiero tener mientras nos dure la magia de dos desconocidos que se conocen por casualidad y dentro de sí mismos se repiten mil veces "Encontré lo que necesitaba, ojalá no le pierda jamás". Nunca te lo he dicho, pero tus besos son mi mejor medicina a cualquier hora de día, no me importa acabar con una sobredosis médica. Mira: Yo era ese medio vaso que nadie podía llenar, pero luego apareciste tú y lo rebalsaste con toda la primavera que cargabas encima de ti. Qué me importa a mí la química, si contigo puedo experimentarla, despacio y sin prisa, recorriendo tu piel con mis labios y mis manos descubriendo cada centímetro de tu cuerpo. Eres la razón principal de mis sonrisas y de mis más oscuras fantasías. "Te eché de menos", te dije aquella tarde; bueno, tal vez no, a lo mejor lo pensé muy bajo para que no te dieras cuenta de que te había esperado toda una vida, incluso cuando no te conocía, pero sabía que tarde o temprano llegarías, no me importó tanto si llegabas tarde, porque con el tiempo comprendí que las personas que llegan pronto, pronto se van.  

Benjamin Griss (El chico del ayer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora