De aquel lugar no salimos enteros

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  De aquel lugar no salimos enteros, algo quedó dentro, porque hay lugares a los que se entra completo y se sale roto; encierran las cenizas de un amor que se quemó por partes, abrazos que se forjaron a otros cuerpos y besos que se asemejaron a lo más cercano de vivir. Ya no somos los mismos, ni lo seremos nunca, porque en cada lugar dejamos un poco de nosotros; somos aquel rompecabezas con piezas incompletas, no porque no vinieran incluidas en la caja, sino porque con el tiempo las terminamos perdiendo y a algunas ya olvidamos dónde. Nos terminamos perdiendo en el laberinto que tenemos como mapa. Nuestros pensamientos son la soga que termina de ahorcarnos. Gritamos hacia dentro, pero las palabras siempre se encuentran gracias al eco que provoca el vacío que tenemos internamente.

Muchos no sabrán lo que es ir por la vida queriendo tropezar con alguien que nos cure hasta las raspaduras, por tantas veces que la vida nos empujó hacia el abismo y no supimos estar dentro, tampoco supimos convivir con nuestros fantasmas interiores. No sabrán lo que es querer que pasen muchas cosas, así sea algo místico, pero tristemente lo único que pasa es la vida. Corremos en direcciones opuestas, porque en la dirección que íbamos no nos llevaba a ninguna parte, excepto al mismo sitio de siempre (como si eso fuese llegar a algún lado). Nos cansamos de seguir lo mismo, de las rutinas, de los sentimientos, de tratar de encontrarle un sentido a la vida, nos cansamos de amar, de darlo todo y quedarnos con nada. Ya no caminamos; corremos en polos opuestos con la esperanza de que en alguno de ellos podamos echar nuestras raíces.

Así que miramos al cielo nocturno y esperamos a que las estrellas nos guíen durante el camino. Entonces nos quedamos quietos, muy quietos, sin hacer ruido, esperando a que la soledad venga a hacernos compañía y a abrazarnos por la espalda, porque si vamos a derrumbarnos, por lo menos queremos estar alejados de todo lo que queremos, para no causar ningún tipo de daño.

Benjamin Griss (El chico del ayer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora