Siempre se ha dicho que las sirenas no existen, solo son cuentos fantasiosos de niños, criaturas mitológicas que solo pueden existir en la mentalidad de un niño. Sin embargo, las leyendas no tienen por que ser una mentira, si no un mal recuerdo de u...
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Odiamos a alguien cuando realmente queremos amarle, pero que no podemos amar.
Tal vez él mismo no lo permite.
El odio es una forma disfrazada de amor.
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Abrió sus ojos lentamente y notó los rayos del sol como una bofetada en la cara. Marinette se llevó ambas manos a su rostro para refugiarse de la luz del nuevo día e hizo una pequeña mueca.
—Vaya, vaya... Parece que la sirenita al fin se ha despertado—Dijo una voz en tono burlón.
La joven azabache se levantó alerta y miró hacia atrás.
Adrien se acercó a ella con algo entre sus manos bajo la mirada desconfiada de Marinette. Se puso de cuclillas junto a ella y le tendió una concha cóncava con agua dulce en su interior.
—Bebe un poco de eso—Indicó Adrien mientras se sentaba a su lado—Que seas una sirena no significa que no tengas que beber agua.
Marinette no le dirigió palabra, tomó malhumorada la concha repleta de agua y le dio la espalda.
Adrien, ante tal gesto sonrió divertido, se apoyó sobre sus rodillas y la miró con picardía.
—Eyy... ¿Qué te pasa?— Preguntó el chico—¿Estás molesta conmigo por lo que te dije anoche?
Hubo un breve silencio entre ambos y Marinette parecía no responder.
—Te perdono—Dijo Adrien con gesto inocente.
Marinette rodó los ojos molesta y se giró hacia él con expresión furiosa.
—¡¿Qué me perdonas?!—Exclamó la joven de golpe—¡Que yo recuerde nunca te he pedido perdón!
—¿A no?—Preguntó Adrien arremangándose su camisa blanca—Yo pensaba que estabas muy arrepentida de haberme intentado matar anoche, por eso me has salvado hoy ¿No?
Marinette resopló por lo bajo, lo miró de reojo y finalmente se puso en pie.
—¿Adonde vas?—Adrien hizo una mueca.
—Te salvé para que rompieses el trato que tienes conmigo. Ya no te debo nada, así que ya no te pertenezco— Comenzó a caminar hacia la selva frondosa, repleta de árboles y palmeras dispuesta así a perderlo de vista—Así que adiós.
