🌊Capítulo 30🌊

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Solo los que confían pueden encontrar el amor y la felicidad. Y solo aquellos que aman pueden ser traicionados.

🌊🌊🌊

  —Ahora no tienes escusa—dijo Adrien. 

 Él y Marinette se encontraban tumbados en la cama mirando el techo.

 La azabache se inclinó levemente y se puso de medio lado para mirarlo, apoyó su mejilla en su mano y esperó.

  —No voy a esperar más. Mucho menos ahora que ese...—se contuvo para no decir una barbaridad—desgraciado ha intentado ultrajarte.

 Se levantó de golpe  quedando sentado sobre la cama, Marinette se sobresaltó.

  —No voy a arriesgarme a que vuelva a tocarte—prosiguió el rubio, la tomó de ambas manos y la acercó a él—tú y yo nos vamos a largar de aquí.

  Marinette soltó un pequeño suspiro y miró hacia otra dirección comenzando la misma explicación que le había dado el día anterior, pero Adrien la interrumpió:

  —Esta misma noche—sentenció él.

  —Adrien ¿te das cuenta de la locura que estás diciendo?—inquirió Marinette zafándose del agarre del joven de ojos verdes.

  —¿Te das cuenta de que no puedo permitir que vuelva a ponerte una mano encima?—Ironizó Adrien con una voz femenina, con la intención de imitarla.

 Marinette rodó los ojos.

  —No nos dejarán, y si lo hacemos no tardarán en encontrarnos. En encontrarte a ti, ya sabes de lo que Chloe es capaz—dijo la chica—además, culparían a Alya de cómplice y dios sabe que puede ocurrirse.

  —Si es por Alya por lo que te niegas a estar conmigo, no te preocupes. Convenceré a Nino para que la saque del castillo, lejos de Chloe.

 Marinette se frotó las manos con nerviosismo y agachó la cabeza, a pesar de todo, aún no era capaz de confiar.

  —Ey—Adrien la tomó del mentón obligándola a mirarlo—todo va a salir bien, solo confía en mí ¿vale?

 La joven sirena lo miró con ojos cristalizados.

  —Tengo miedo Adrien—una lágrima silenciosa recorrió su mejilla—después de todo lo que le ocurrió a Alya, a mi hermana y... lo que pasó con Félix. E-Es como si el mundo estuviese en contra nuestra y yo... yo no se que pensar, ni en que creer.

Adrien la rodeó con ambos brazos y la atrajo hacia él. Depositó un ligero beso en su frente y apoyó su rostro sobre la cabeza de ella.

  —No llores—pidió Adrien con voz quebrada—No me hagas verte llorar ahora. 

  —No llegó a besarme—dijo ella sobre el pecho del joven príncipe—no lo dejé.

 Adrien soltó una pequeña maldición. Debía reconocer que había olvidado aquel problema, pues se había centrado más en el hecho de que Félix no hubiese llegado más lejos con Marinette. Pero si su hermano hubiese llegado a la inmortalidad, el asunto hubiese sido más grave.

 El chico la tomó del mentón y se separó levemente de ella para mirarle la boca.

  —Eso es porque son solo míos, y nadie más los va a tocar—depositó un pequeño y dulce beso en los labios de la azabache, después juntó su frente con la de ella y cerró los ojos.

  —¿Me prometes que Alya estará bien?—preguntó la joven.

  —Te lo prometo—murmuró Adrien con voz entrecortada—¿Y tú qué? ¿Me prometes estar esta noche conmigo en el puerto?

™El Susurro De Las Olas 🌊Miraculous Ladybug🌊 #PremiosLadybugTLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora