🌊Capítulo 35🌊

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 Adrien lanzó una fugaz mirada hacia Marinette, sabía que aquellas palabras estaban siendo terriblemente dolorosas para ella y lo último que quería en ese momento era hacerla sufrir más

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 Adrien lanzó una fugaz mirada hacia Marinette, sabía que aquellas palabras estaban siendo terriblemente dolorosas para ella y lo último que quería en ese momento era hacerla sufrir más.

 Se aclaró la garganta y le hizo al doctor una seña para que salieran de la habitación, Marinette escuchó la puerta cerrarse en un golpe seco y enseguida supo que se había quedado sola. Se sintió sofocada de aguantar sus sollozos delante de aquellos dos hombres y ahora que al fin se podía disfrutar de la soledad podía desahogarse en privado.

  —Escuche se que ha dicho que es difícil, pero no imposible—dijo Adrien al otro lado de la puerta—por favor, revísela otra vez, estoy seguro de que debe haber alguna forma de hacerla volver a ver.

  —Alteza ya le he dicho todo lo que puedo hacer, puede que haya alguna medicina que pueda emplearse, pero no está en mi mano, yo no estoy especializado en estas cosas—explicó el doctor.

  —¿Y dígame cómo podrían conseguirse esos medicamentos? Puede que usted no pueda, pero yo puedo intentarlo—Adrien hizo una pequeña pausa—escuche yo estoy dispuesto ha hacer cualquier cosa por ella.

  —No estoy seguro, pero sí diría que está fuera del país, más allá de Francia—aseguró el hombre—tú voluntad es buena, pero veo muy difícil que llegues tan lejos.

 Marinette escuchó unos paso emprender la marcha y hacerse menos audibles conforme se alejaban, la puerta volvió ha abrirse  y Marinette se puso alerta al instante, desde la visita de Nathanael cualquier visita era sospechosa.

  —Lo has escuchado todo ¿No?—dijo Adrien cerrando tras de sí.

  —La mayoría. 

  —No hagas caso a ese médico de pacotilla, no tiene ni idea de su oficio. Es asqueroso que gente tan incompetente como él ejerza un trabajo tan importante cómo ese—aseguró Adrien con molestia.

  —No es un incompetente Adrien—reprochó Marinette—él tiene razón, y si una persona como él asegura algo tan serio será no hay nada que hacer, no hay que darle más vueltas.

  —¿Por qué insistes en quedarte así, eh?—el joven se acercó a ella y la miró expectante—¡¿Es que quieres quedarte así para siempre?!

  —¡Deja de gritarme!—Marinette se quedó sentada mirando a la nada desafiante—creo que ya tengo los suficientes problemas como para ahora permitir que me regañes.

  —Es que no soporto esta situación, a ver dime ¿por qué no luchas? ¿Por qué insistes en continuar con esa miseria?

  —No pienso luchar contra algo imposible—su pecho subía y bajaba a causa de la irritación—¡¿Por qué lo haces?! Te preocupas más que yo misma, y te recuerdo que la única que no puede ver aquí soy yo.

™El Susurro De Las Olas 🌊Miraculous Ladybug🌊 #PremiosLadybugTLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora