🌊Capítulo 31🌊

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En días como este me asusto al pensar, que si volvieras lo dejaría todo por ti una vez más...

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 Soltó un pequeño quejido y tensó los músculos de la cara haciendo una pequeña mueca. Sentía su garganta reseca y le costaba articular palabras. Le costó varios minutos asimilar la situación, se encontrada sentada en una silla, sus muñecas estaban juntas atadas hacia delante con una gruesa cuerda con varios nudos que le producían un ligero picor en su piel.

 Su corazón comenzó a palpitar más rápido y con más fuerza.

 ¿Dónde demonios estaba?

 Recorrió la estancia con sus ojos azules, aquel lugar no le sonaba para nada. Se encontraba en una pequeña habitación, prácticamente en ruinas. Las paredes repletas de esconchones estaban llenas de estanterías de hierro y metal cuyas superficies aguardaban decenas de francos y recipientes con líquidos y sustancias de múltiples colores y texturas.

 Unos pasos lentos y pausados comenzaron a escucharse a sus espaldas.

 Sentía que se quedaba sin respiración y especialmente como poco a poco el miedo iba inundando cada parte de su cuerpo.

 Cerró los ojos intentando retener las lágrimas, pues en ese instante solo pensaba en una cosa:

 Adrien.

 Sus parpados estaban pegados y le resultaba dificultoso abrir los ojos, a pesar de que no había podido conciliar el sueño en toda la noche rompiéndose la cabeza e intentando sacar una explicación lógica que resolviese el porqué se había acostado ...

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 Sus parpados estaban pegados y le resultaba dificultoso abrir los ojos, a pesar de que no había podido conciliar el sueño en toda la noche rompiéndose la cabeza e intentando sacar una explicación lógica que resolviese el porqué se había acostado con Chloe.

 Soltó un pequeño suspiro y se apartó con su mano cabellos rubios de la frente, se dejó caer nuevamente a la cama y quedó tumbado boca arriba mirando al techo.

  —Ay... Marinette, si tan solo hubieras podido creerme tú y yo podríamos estar muy lejos de aquí.

 Un ligero rayo de luz golpeó sus ojos, se levantó pesaroso y caminó hacia la ventana. Sin duda las vistas eran espectaculares, desde allí podía verse el océano en todo su esplendor. A aquellas horas tempranas las aguas estaban calmadas y apenas  parecían moverse.

 El sol se veía algo rosáceo en el reflejo del mar. Se imaginó un barco navegando por el horizonte, uno donde él y su amada sirena pudiera viajar huyendo del destino y simplemente viviendo una vida donde nada ni nadie pudiera separarlos. Tan solo ellos dos y el agua del mar siendo testigo de su amor.

 Pero, la triste realidad era más cruda y ruda que sus fantasías. No sabía por qué, pero había pasado la noche con Chloe. La misma noche en la que él y Marinette deberían haberse escapado. Jamás le haría el amor a Chloe, es más no se atrevería a tocarla ni con un palo, no ahora que Marinette había llegado a su vida. Aunque puede que en parte el culpable de todo aquello era él, jamás debía haber aceptado aquella estúpida invitación, se pasó de copas y acabó más borracho que una cuba, o al menos lo suponía, porque no se acordaba de nada a partir de la quinta champaña. Quizás aquella era la explicación más lógica, y muy posiblemente no había sido dueño de sus actos, aunque no recordaba mucho lo sucedido podía ver siluetas borrosas, recordaba a Sabrina al igual que a la otra mujer de vestimentas negras que tanto temor le había causado. Incluso se recordaba a él mismo estar en la misma cama que Chloe, antes de caer profundamente dormido.

™El Susurro De Las Olas 🌊Miraculous Ladybug🌊 #PremiosLadybugTLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora