parte 4.3

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Capítulo 37

Una húmeda y tormentosa noche de abril, Tony Fontaine, que había llegado de Jonesboro en un caballo blanco cubierto de espuma y medio muerto de fatiga, se presentó a llamar a la puerta,
despertando sobresaltadamente a Frank y a su mujer.

Entonces, por segunda vez en cuatro meses, Scarlett hubo de medir todas las consecuencias de la Reconstrucción y comprender exactamente aquello a que Will había hecho alusión al decir: «Nuestras fatigas no han hecho más que empezar», reconociendo la exactitud de las sombrías palabras pronunciadas por Ashley, en la puerta de Tara barrida por el viento: «Lo que nos espera es peor que la guerra, peor que la prisión, peor que la muerte».

Su primer contacto con la Reconstrucción databa del día en que ella se había dado cuenta de que Jonnas Wilkerson podía echarla de Tara con ayuda de los yanquis. Pero esta vez la llegada de Tony vino a abrirle los ojos de un modo más tremendo aún. Estaba oscuro y llovía fuerte.

La Reconstrucción fue un periodo de la historia estadounidense que duró de 1865 a 1877

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La Reconstrucción fue un periodo de la historia estadounidense que duró de 1865 a 1877. El término tiene dos aplicaciones: la primera se aplica a la historia completa de todo el país desde 1865 hasta 1877 después de la guerra de Secesión; el segundo, al intento de transformación de los 11 estados exconfederados de 1863 a 1877, según lo ordenado por el Congreso. La reconstrucción puso fin a los restos del nacionalismo confederado y puso fin a la esclavitud, haciendo que los nuevos esclavos fueran ciudadanos libres con derechos civiles aparentemente garantizados por tres nuevas enmiendas constitucionales.

Llamó Tony y minutos más tarde, se hundía para siempre en la noche. Sin embargo, en el curso de aquel breve intervalo, tuvo tiempo de alzar el telón sobre una nueva escena de horror, sobre una de las terribles escenas que Scarlett creía disipadas para siempre.

Aquella noche tormentosa en que el aldabón golpeaba violentamente la puerta, Scarlett, echándose por encima su peinador, se inclinó sobre el vano de la escalera, entreviendo el rostro descompuesto de Tony antes de que éste hubiese apagado la luz que Frank tenía en la mano.

Bajó a tientas los escalones para ir apretarle la mano y le oyó murmurar en voz baja: «Me persiguen... Me he escapado de Jonesboro... Mi caballo no puede más y me muero de hambre... Ashley me ha dicho... No encienda la luz... No despierte a los negros. .. No quiero atraer peligros sobre ustedes...»

Una vez bien cerradas las maderas de la cocina y echadas todas las cortinas, consintió al fin en que se encendiese un poco de luz y se puso a hablar a Frank con frases nerviosas, entrecortadas, en tanto Scarlett se afanaba en prepararle una improvisada comida.

No tenía abrigo y estaba calado hasta los huesos. Tampoco traía sombrero y sus cabellos negros se le pegaban a la frente estrecha. Sin embargo, en sus vivos ojos, los ojos de los mozos Fontaine, brillaba una llamita alegre que, esta noche, le daba a uno frío.

Lo Que El Viento Se LlevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora