UNO

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Kwon Jiyong empezaba su dia... el azul del cielo brillaba arriba de sus gafas de sol y atravesaban el vidrio de su auto.

Habia estado viajando toda la mañana a variados lugares de Europa.

Jiyong era CEO en la empresa fundada por el y su socio y mejor amigo, Dong Young Bae.

Se dedicaban a las telecomunicaciones.

Saludó a su secretaria, sin perder el ritmo apresurado de sus pasos.

"Kimi" ni se molestó en responder. Llevaba tanto años con Kwon que sabía muy bien cuándo debía permanecer lo más lejos posible de su jefe.

En cuanto cerró la puerta, volvió a sentir todo el cansancio en su cuerpo.. cuello, espalda...era todo una bola de nervios viviente.

Volvió a preguntarse qué rayos era tan urgente para obligarle a volver de un momento al otro.

Solo quería tumbarse en el mullido sofá negro. Necesitaba descansar. Descansar aunque no fuera más que por cinco minutos. No lo hizo. Avanzó hacia su mesa de trabajo. Cuanto más lejos estuviera de la tentación, mejor. Pulsó la tecla del teléfono y esperó impaciente.

Dong YoungBae contestó al primer timbrazo.

—Ya he llegado Bae.

—Voy para allá.

Bae salio de su despacho hacia el de Jiyong, que estaba al frente del suyo

Se despojó de la chaqueta del traje y la colgó del respaldo de su sillón.

Sacó una botella de agua de la nevera y entre sorbo y sorbo, de pie ante la mesa, fue repasando sin prestar demasiada atención la correspondencia que su secretaria le había dejado bien ordenada.

Bae entró con su semblante tan caracteristico de él, se acercó al sofá y se derrumbó sobre el.... En silencio, observó a su socio. No había que ser muy sagaz para reconocer la

Preocupacion tras su postura. Su mirada se había oscurecido hasta adquirir una curiosa tonalidad negra antracita y su entrecejo mantenía el característico frunce que solía aparecer en momentos de preocupación. Eran las señales inequívocas del control que estaba ejerciendo para dominar su enojo.

"Bae" se encogió de hombros con indiferencia. Conocía lo bastante bien a Jiyong como para tener que preocuparse. Sabía de sobra cómo reaccionaba cuando un

Algo le obligaba a cambiar sus planes sobretodo cuando trabajaba.

No podían existir en el mundo dos personas tan distintas y que llevaran tantos años Juntos. Bae solía bromear con ello. Decía que lo único que tenían en común era la edad, los dos con 28 años .Y no le faltaba razón. Porque si en el plano físico había marcadas diferencias,

Bae era bastante más corpulento que Jiyong, en el psíquico estas eran aún más notables. En el interior de Jiyong subyacía el espíritu de un antiguo guerrero siempre dispuesto a conquistar nuevos territorios. Era incisivo, ambicioso, rápido de mente. Un atractivo "Lobo coreano" capaz de olfatear un buen negocio a larga distancia y de no soltar la presa cuando la tenía sujeta por los colmillos...

Por el contrario, Bae era tranquilo, con un punto de ebullición por debajo del mínimo. Pocas cosas había que lo alteraran y le hicieran perder la compostura. Era atractivo ( aunque no tanto como su socio), un poco mas bajo que Jiyong y con una sonrisa muy cálida. Consideraba que la máxima de que se cazan más moscas con miel que con fuegoo se resolvían hasta los asuntos más complicados.

Ambos se habían asociado años atrás para montar una pequeña empresa que había crecido con inusitada rapidez. Su éxito, según decían los buenos analistas, se debía en parte a esas diferencias de personalidad. 

Somos Fuego  ° Nyongtory °Donde viven las historias. Descúbrelo ahora