cuatro

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 + MIRADAS +

Bae y Jiyong solían sentarse ante una cerveza fría. Era parte de la terapia para "Desintoxicarse" del trabajo diario, comentar asuntos triviales o relatar anécdotas divertidas hasta que alguno de sus numerosos amigos se reunía con ellos. Pero ese día, sin embargo, la conversación giraba en torno a un único punto que analizaban una y otra vez en voz baja, con aire de conspiradores. Bae resumía la situación procurando imprimir a sus opiniones el tono reposado que le caracterizaba, intentando calmar la tensión que adivinaba en su amigo.

—Tenemos el preacuerdo en nuestras manos. Ese individuo, o individuos quien lo sabe realmente, tiene las manos vacías —tomó un largo sorbo que le pareció más amargo que de ordinario y depositó la jarra sobre la mesa con un movimiento pausado

—. Convéncete. Nosotros somos una empresa potente y bien asentada, no creo que se atreva a injerir en nuestros asuntos. Si levantamos la voz, tendrá mucho que perder y no creo que se arriesgue. Llevamos ventaja. Piénsalo. Jiyong, reclinado sobre la silla e imitación de mimbre asentía a la lógica de su amigo, pero no por ello se sentía más tranquilo...

—No sabemos quién es ni lo que tiene,Bae. Y lo peor, tampoco conocemos el motivo. Con la misma hay una fortuna detrás para respaldarle. Podemos competir hasta un punto, pero no más. Esos terrenos no merecen tanto....

—Lo merecen si se cambia la estrategia. ¿O no es eso lo que piensas tu?

—No se va a cambiar el Plan de Ordenación. Al menos eso es lo que se puede deducir de tus indagaciones. De todas maneras, este asunto me toca las pelotas.... No estamos ahora como para perder tiempo y esfuerzo en contener a un individuo que pretende robarnos unos terrenos ante nuestras propias narices. Ni tampoco entiendo el interés que le mueve. No puedo dedicar más tiempo a esto. Tengo que regresar cuanto antes, ya lo sabes.

—No se saldrá con la suya, Ji, te lo aseguro. Debes averiguar pronto quién es y sobre todo quién está detrás de todo esto.... —aseveró Bae, dando por supuesto que sería su amigo quien se ocuparía del asunto—. Además, tenemos al propietario de nuestro lado...

Él no se sentía tan optimista. Sabía bien cómo funcionaba el negocio al que había dedicado su vida. Era él quien tenía que luchar a brazo partido por mantener la empresa en el lugar que ahora ocupaba.

Bae vivía recluido en el mundo de las leyes. Pero sobre todo actuaba así porque era un solitario. Y su socio, que le entendía mejor que nadie, le dejaba hacer, confiando ciegamente en su buen juicio..

El por su parte pelearía con todas sus fuerzas. La voz de Bae, con su discurso tranquilizador, sonaba distante mientras la mente de Jiyong se alejaba, maquinando cómo atacar el asunto para conducirlo a la conclusión que él esperaba.

Un movimiento en el lateral de la terraza del café lo sacó de su abstracción y le hizo perder el hilo de sus pensamientos. 

Seungri vio con alivio una mesa vacía y se abalanzó sobre ella como un náufrago a la balsa de rescate. Si seguía un minuto más dando vueltas por la plaza estaba seguro de que se caería redondo. El calor y el cansancio producían en el una mezcla letal. Por nada del mundo estaba dispuesto a volver a hacer el ridículo de la manera en que lo había hecho a primera hora de la tarde...

—Solo un agua con limón, por favor. Bien fría. - Contestó con una sonrisa a la pregunta del camarero que lo miraba interesado.

Sin saber muy bien a qué dedicar el tiempo, se entretuvo hojeando con calma los folletos que había cogido en la Oficina de Turismo al iniciar su paseo hacia la plaza. buscó dentro de su mochila y logró encontrar su bolígrafo de plata y subrayó aquello que le parecía más interesante. Después, entre sorbo y sorbo de agua, escribió en su agenda una relación de los lugares que debía visitar en los próximos días, según su concepción particular del orden de importancia, y otra de comestibles básicos que necesitaba para subsistir en su vida diaria.

Somos Fuego  ° Nyongtory °Donde viven las historias. Descúbrelo ahora