DIEZ

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+ MESA PARA DOS + 



Su teléfono interrumpió sus pensamientos. Se dijo que era imposible que su madre hubiera escuchado su razonamiento. Significaría que su antena tenía mayor alcance del que el suponía.... Todavía estaba tratando de asimilar lo que le había ocurrido, así que aun no podía llamar a su madre y hermanas para contarles lo sucedido y que tener que rogar que no vengan todas a verlo de inmediato... el rubio necesitaba sentir que podía manejar todo lo ocurrido solo, quería probar cuanto había madurado...lo necesitaba... presiono la pantalla para atender a la llamada...

Sintió temor al escuchar las primeras palabras.

—mierda mierda MIERDA..!

Estaba a punto de colgar, pensando si sería algún chiquillo con ganas de divertirse, cuando la voz prosiguió. La reconoció al instante...

—Seung...seungr...Riiii No te vas a creer lo que me ha pasado hoy en el trabajo!!!!

—¿John? —se atrevió a preguntar. Que diablos?

El otro joven rubio continuó con su monólogo. Sin hacer ni caso.

—Me ha pedido que cene con él: hoy, mañana... en fin, cuando yo ponga fecha!!!!!!

—¿Quién te lo ha pedido?

—¿Pero es que el fuego te ha recalentado las neuronas? Pues quién va a ser. Mi Amor...! mi crush..!!!!

—¡Ja! Tu crush!...¿Bae? ¿Bae te lo ha pedido? Wow no me lo esperaba...

—Tampoco yo....

—Imagino que la boca se te habrá hecho agua. Lo habrás mirado con ojos de gatito bueno jajaja no le habrás dicho de ir a comer en ese momento ¿no? —bromeó mientras sacaba de la nevera un par de ingredientes que se había descongelado a lo largo del día... iba a cocinarse algo...

Silencio en la línea. Y luego una carcajada.

—Lo que se me hizo agua no fue precisamente la boca... Pero no. Te equivocas. Me he convertido en un hombre de corazón duro —¿Desde cuándo?, oyó preguntar a Ri.

Ni siquiera contestó. No estaba dispuesto a que su ironía enturbiara su estado de arcoiris y mariposas en el que vivía—. Ahora, al salir, me preguntó si lo acompañaba a cenar y le contesté que ya había quedado con unos amigos...

John recordó la cara de sorpresa de Bae. Si se hubiera mostrado arrogante lo hubiera mandado a freír churros, pero lo había mirado con deseo mal disimulado. Se había quitado las gafas, las había limpiado nervioso con un pañuelo blanco impoluto que había sacado bien doblado del bolsillo del pantalón. Y John había podido apreciar la vulnerabilidad en sus ojos oscuros y hermosos segun el. Su ternura le había llegado al alma y había estado casi a punto de ceder. Al final la había salvado ese «casi».

Aunque si lo pensaba con frialdad, y no se dejaba llevar por sus hormonas, aquella podía haber sido una de las tantas representaciones de chico bueno que Bae usaba con tanta soltura cuando le interesaba algo. No debía fiarse de él. Era demasiado astuto...ya lo había visto en acción...

—Quedaré un día con él, Ri. Cualquiera de estos, después del trabajo... Ri, dime que no estoy cometiendo el peor error de mi vida. Estoy tan loco por él que no sé discernir entre el bien o el mal....

—No estás cometiendo el peor error de tu vida...

—¡Heyyy así no vale...! —protestó.

—No dejas terminar de hablar John.... Solo estás cometiendo una pequeña imprudencia...

Somos Fuego  ° Nyongtory °Donde viven las historias. Descúbrelo ahora