Capítulo 3.

35.7K 3.5K 1K
                                    

Amo la fotografía, es una de mis pasiones

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Amo la fotografía, es una de mis pasiones. Realmente adoro enfocar cada momento importante de mi vida o la de otras personas. Mi papá hace unos meses me inscribió en un curso de fotografía y soy feliz en ella, me dan asignaciones que cada vez son más difíciles. Me gustan los retos. En este momento me encuentro en el parque tratando de buscar a una persona que me llame la atención. No, no es ese tipo de atención, el profesor especificó que teníamos que fotografiar a una persona que nos causara intriga, no importaba si era bonito, feo o un mutante.

El frío ya está mitigando un poco, pero aún persiste haciendo que se cale en mis huesos. Aunque el frío está a mi favor, los paisajes se me hacen intrigantes con la niebla y estoy segura de quedarán perfectos para el fondo de la fotografía.

—¡Livana!

Escucho que gritan mi nombre a lo lejos, cuando volteo me encuentro con Louis y el otro intocable, Bart. Frunzo un poco el ceño, ¿por qué me está llamando? Él llega hasta a mí trotando mientras Bart camina lentamente con su mirada fija en su teléfono.

—Hola, ¿qué haces por aquí?

—Tomo fotos—Así sin más. ¿Qué más puedo decir? Ya dije que no soy una chica de muchas palabras y menos con éste... chico.

—¿Te gusta la fotografía?—Asiento levemente y vuelvo a caminar, él se coloca a mi lado siguiéndome—. ¿Qué vas a fotografiar?

—¿Qué es lo que quieres?

Él quiere algo, estoy más que segura de ello.

—¿Disculpa? Solo quiero conocerte un poco.

—Pues yo no quiero hacerlo.

—Eres algo grosera.

—Lo soy, y contigo más.

—¿Se puede saber por qué?—¿Y todavía lo pregunta? Ugh no lo soporto.

—Primer año—Contesto secamente apresurando mi paso.

—Oye, disculpa por eso, era un chico inmaduro.

—Lo sigues siendo, Louis, no has cambiado nada—digo en un suspiro—. Déjame sola, ¿sí? Tengo que conseguir una persona para mi fotografía.

Vuelvo a caminar con mi mirada en todos lados dejando al Louis atrás, creo que el frío ha dejado a todos en casa. ¡Joder! Necesito a alguien para la fotografía, mi profesor siempre tiene altas expectativas conmigo.

Me detengo viendo un árbol desnudo, no tiene ninguna hoja en sus ramas haciéndolo ver perfecto, me encanta. Apunto mi lente hacia él y aprieto el botón para que se haga la fotografía, pero un toquecito en mi espalda me asusta desconcentrándome por completo.

—Puedes fotografiarme a mí—menciona Louis apenas volteo. Mi ceño se vuelve más profundo.

—¿Cómo?

Como un algodón de azúcar | Los Intocables #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora