Después de ese desastroso acontecimiento nos dirigimos rápidamente al hospital más cercano, esto significa problemas en grande. Mi tío Alex es médico general, atiende las emergencias del lugar. Se imaginarán la cara de sorpresa que puso cuando me vio entrar en la sala de emergencias con un chico que tenía el rostro rojo e inflado como un pez globo. Al ver el estado de Louis se olvidó inmediatamente de mí y nos pidió a Nely y a mí que saliéramos para que él pudiera trabajar.
En este momento me encuentro con la señora Baker sentada en la sala de espera. No les voy a mentir, estoy asustada hasta la mierda. Lo admito, no quiero que nada malo le ocurra a Louis. Mi naturaleza no me permite celebrar este infortunio. No puedo hacerlo. Inevitablemente mis ojos empiezan a cristalizarse, estrecho mis manos con nerviosismo y empiezo a transpirar demasiado.
Nely me observa prestando atención a mi comportamiento. Ella debe estar odiándome, le he hecho daño a su hijo.
—Lo siento, en serio, lo siento demasiado—siento la necesidad de disculparme.
—Tranquila, cariño, tú no sabías esto.
—Igual es mi culpa... yo solo... debí decirle unas gracias e irme, pero no, tuve que hacer unas galletas que resultaron ser veneno para él. ¿Por qué no le regalé un algodón de azúcar? ¡Nadie es alérgico al algodón de azúcar!
—Tengo que discrepar—dice ella—. Primero, no fue tu culpa, olvídate de eso. Segundo, creo que fue muy bonito de tu parte hacerle unas galletas a mi hijo, él ama las galletas, no sé si te lo ha dicho. Y tercero, cariño si hay personas que son alérgicas al algodón de azúcar.
—¡¿En serio?! ¿Qué clase de mutantes son esos?
—La misma clase de mutantes que son alérgicos al chocolate.
Ambas reímos levemente por aquel comentario. La puerta donde se encuentra Louis es abierta por el tío Alex, se acerca a nosotras mientras mira una carpeta que tiene en sus manos.
—¿Cómo está él?—Soy la primera en preguntar. El tío Alex levanta su mirada y posa sus ojos en mí.
—Louis está bien, la inflamación ya está bajando y la canela ya está siendo expulsada de su organismo mediante la orina.
—Esas son buenas noticias—dice en un susurro Nely—. Muchas gracias, doctor.
—No se preocupe, estamos para servir—le responde con una sonrisa. Su mirada vuelve a perforarme—. Livana Violette Sanders, creo que ahora me puedes explicar que hacías con ese chico si deberías estar en clase de fotografía.
Mi tío Alex piensa que tengo clases de fotografía todos los días. Él no entiende que solo estoy ahí los lunes, miércoles y viernes.
—Hoy es jueves, tío, no tengo clases. Así que decidí ir a casa de Louis para hacer una tarea.
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Como un algodón de azúcar | Los Intocables #5
Short StoryNo es necesario haber leído los libros anteriores para entender #CUADA, pero lo recomiendo para que disfrutes más de la lectura y conozcas a nuestros chicos. ¿Tierno? ¿Romántico? ¿Humilde? ¿Tranquilo? ¿Me están hablando en serio? Yo no creo esa...