Ocho.

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Castigo. Sí, yo Livana Sanders tengo castigo junto con uno de los intocables por nuestras llegadas tardes. Al menos no llamaron a mamá y papá. Lastimosamente tendría que cumplir dos semanas de castigo en el salón de mi tía, junto a un molesto Bart y otras personas que no conozco. Estoy segura de que esto me dejará la mejor lección de todas: comprarme otras dos alarmas para que todas suenen al unísono y puedan despertarme a tiempo.

Me dirijo con pesadez a la cafetería del instituto, la cocinera a pesar de ser una bruja con los demás ha demostrado ser buena persona conmigo debido a que le regalé cincuenta dólares el primer día de clases. No pregunten por qué lo hice. No es de su incumbencia, chismosos.

Empujo la puerta para entrar encontrándome con media población estudiantil en los asientos de la cafetería. Camino rápidamente a la fila para poder tomar mi bandeja y buscar a Xavier, él siempre llega a tiempo y me consigue un puesto.

—Hola, Livana—Escucho a mis espaldas. Solo hay una persona en este mundo que me llama por mi nombre completo.

—Hey, Louis—saludo en un murmullo—. ¿Cómo estás?

—Mucho mejor, tranquila. ¿Por qué no entraste a clases de historia?

Siento la mirada de algunas personas en nosotros. ¡¿Por qué no dejan de mirarnos?! Esto me pone demasiado incómoda.

—Llegué tarde. Ahora tengo castigo.

—¿Con Montgomery?

—Sí y con Bart—siento la necesidad de agregar a su mejor amigo.

—Rayos, estoy seguro de que se van a matar ustedes dos en ese salón.

¿Por qué siento que ésta es la conversación más incómoda que he tenido? Mentira, la más incómoda ha sido cuando Bart mencionó que iba a perforar su pene. Si, nunca lo voy a superar, amigos. Era algo que enserio no quería saber.

Afortunadamente llego al mostrador y le sonrío la cocinera, ella me devuelve la sonrisa pero la borra rápidamente cuando ve a Louis. Los intocables han sido malos con ella, una vez le pusieron en su cartera un tipo de moco verde pegajoso que empapó todas las cosas que estaban en ella, el vídeo aún recorre sus redes sociales como una de las mejores bromas que han realizado.

—Gracias—le susurro.

Dejo a Louis atrás y busco con la mirada a Xavier fallando en el intento. Mi mejor amigo no está en ningún lado y eso significa que lo más seguro es que coma en los asientos de afuera, bajo el frío que aún hay en la ciudad.

—Puedes sentarte con nosotros—escucho nuevamente la voz de Louis.

—No creo que sea buena idea.

—¿Por qué?

—Con tan solo pensar que Bart está ahí se me quitan las ganas de comer—miento. Bart es lo menos que me importa, estar con Louis en una mesa más sus amigos sería la cosa más incómoda del mundo. Si, le ganaría a la perforación de Bart.

—Vamos, Livana. Prometo que Bart no dirá nada inapropiado—masculla él mirándome con esos ojitos que... ¡Mierda! ¿Por qué soy tan débil?—. Anda, solo considera que podemos seguir aprendiendo a confiar.

¿Por qué no solo dice conocernos mejor?

—De acuerdo.

Nos dirigimos hombro a hombro hasta donde se encuentran todos los intocables. Daisy, Amy y Cristine están ahí también, aunque Daisy no está mentalmente aquí ya que ella y Connor están besándose como si no hubiera un mañana sin prestarle ni la más mínima atención a lo que tienen a su alrededor.

—Livana comerá con nosotros hoy—anuncia Louis. Todos extienden sus ojos como platos, me imagino que por la sorpresa.

Todos me saludan, pero inmediatamente vuelven a sus asuntos. George y Cristine dándose un morreo al lado mío, Bart y Amy diciéndose cosas al oído mientras se miran pícaramente, Connor y Daisy aún sin despegar sus bocas y luego está Tristan con su teléfono.

—¿Siempre es así?—susurro en dirección de Louis.

—No, pero hoy es el día de besos.

—¿El día de besos?

—Bart inventó ese día hace unos meses, todos los lunes es el día de besos para los intocables—responde Tristan con su mirada en l teléfono.

—¿Con quién te besas tú, Tristan?

—Tiene besos virtuales con la hermana de Connor—contesta entre risas Louis.

—¡Oh, cállate Lou Lou!

¿Lou Lou? ¿Me están hablando en serio? Aguanto las carcajadas que se acumulan en mi interior. Louis se encuentra muy sonrojado mientras evita mi mirada.

—¿Y tú, Lou Lou, con quién te besas?—utilizo el mote con el que bautizó Tristan a Louis.

—Livana, tu no por favor, odio que me digan así.

—Lo siento.

—Y respondiendo a tu pregunta, no me beso con nadie.

—Eso es porque aún no tienes novia, Lou—dice Cristine con una sonrisita en los labios. George besa su cuello con cariño.

—No tiene que tener novia para besarse con una chica—esta vez es Bart el que interviene—. ¿Por qué no le pides a la loca de los algodones de azúcar un besito?

—¿Disculpa?—Sé qué es conmigo.

—¿Lou Lou, sabías que Liv te compara con un algodón de azúcar?

Todos me observan curiosos, en este momento deseo que un autobús me pase por encima tres veces.

—Yo...

—¿Por qué un algodón de azúcar?—pregunta Louis.

Y si, vuelve a suceder, hablo sin pensar:

—Porque es mi golosina favorita y sin querer te estoy considerando mi intocable favorito.

¿Mi intocable favorito? ¡Pero si yo lo odio!

Enserio, amigos, ¿por qué soy tan débil?

¡Hola!

Este es un capítulo larguito, casi 1K de palabras 7w7

Voy directo a las PREGUNTAAAAAAAAAAS: ¿Por qué eres tan débil, Liv? Okno ¿Liv y Bar en una habitación, sobrevivirán? ¿Por qué creen que Louis es tan insistente?¿Livana mintió con lo de intocable favorito? Uhjmmm 

Capítulo dedicado a la dueña de Connor, sip... ¡Daisy!

Nos leemos mañana, intocables :)

Nos leemos mañana, intocables :)

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Como un algodón de azúcar | Los Intocables #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora