Treinta y ocho.

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Creo que es la décima octava vez que llamo a Louis y no contesta. Hoy tenemos planeado ir al centro comercial a ver una película pero cuando vi en el reloj que era más tarde de la hora estipulada me preocupé demasiado. Llamo una y otra vez pero después de algunos tonos pasa a la contestadora, mi preocupación está a niveles máximos al igual que la de todos.

Luego de ver que Louis no me contestaba llamé a Bart, él me dijo que no tenía ni idea de donde se encontraba, después llamé a George, seguido de Tristan y por último Connor. Nada. Nadie sabía dónde está Louis. Traté de comunicarme también con la mamá de Louis y pasó lo mismo que con él, ella tampoco contesta el teléfono.

Ahora aquí estoy, en el sofá de casa con las lágrimas acumuladas en mis ojos, no quiero llorar pero el nudo en mi garganta me avisa que estoy a punto de hacerlo. Observo como mi mamá se acerca a mí con una taza en sus manos.

—Es té, para que te relajes.

—Nadie sabe de él, ni siquiera su madre contesta el teléfono—anuncio con voz trémula.

—Cariño, debes relajarte. No creo que le haya pasado nada malo a ninguno de los dos. Solo debemos esperar.

—Lo quiero demasiado, mamá—En ese momento las lágrimas empiezan a caer deslizándose por mis mejillas—. No quiero creer que algo le ha pasado.

—Ven acá, Liv—Mamá me envuelve en sus brazos mientras me canta en el oído.

Esa es una técnica algo vieja para tranquilizarme. Cuando era más pequeña sufría de ataques de pánico, así que mamá empezó a canturrear en mi oído en esos momentos. Sus susurros son mágicos, adormecen mis ojos y me dejan en un estado de relajación totalmente impactante. Mis músculos empiezan a liberarse un poco de esa tensión que los envuelven, recuesto mi cabeza en las piernas de mamá y cierro mis ojos por un momento. Me mentalizo en que Louis está bien, veo sus ojos, su pelo, sus mejillas, su nariz, sus labios... su sonrisa. Suspiro, para terminar de desechar la tensión.

—Gracias, mamá—susurro.

—No he perdido mis dotes.

—Definitivamente no, eres un genio.

—Eso ya lo sé, cariño. ¿Ya te sientes mejor?—Trata de colocar un poco de humor. Asiento lentamente respondiendo su pregunta.

Nos quedamos en silencio, solo se escucha el sonido de nuestras respiraciones y de los autos que pasan fuera de casa. Estoy por quedarme dormida cuando el particular tono del teléfono retumba en mis oídos. Me levanto rápidamente y contesto sin ver el identificador.

—¡¿Louis?!

—No, no soy Louis—escucho a papá.

Mis esperanzas se desinflan como un globo. Papá me dice que traerá pizza y que estará en pocos minutos en casa, yo lo que hago es asentir aún en cuando él no pueda verme. Cuando cuelgo, abrazo a mamá como una niña pequeña mientras empiezo a sollozar.

—Era papá—digo entre jadeos.

—Ya pronto te llamará, Liv. Por favor, no te desesperes, me preocupas demasiado.

Mamá vuelve a acariciar mi cabeza, además deposita unos besos en mi frente. Entiendo que esté así por mí pero, ¿cómo evito preocuparme por Louis? Es casi imposible, no puedo evitarlo. Louis no es solo mi novio, es mi amigo y compañero, él es importante para mí. Escucho las llaves sonar, papá entra con una hermosa sonrisa pero ésta muere instantáneamente al verme.

—¿Qué pasó?—Deja la caja de pizza en la encimera para acercarse rápidamente.

—Nadie conoce el paradero de Louis y su madre. No contestan el teléfono—explica brevemente mamá.

—No creo que nada malo haya pasado, cariño. A lo mejor no tienen cobertura o...

—Papá, iba a salir con Louis hace tres horas.

—Pudo haberlo olvidado...

Voy a replicar cuando mi móvil vuelve a sonar, me separo de mamá y ésta vez sí veo el remitente. Un número desconocido está en la pantalla, mis miedos se duplican, pero me hago la valiente y contesto.

—¿Hola?

—Hola, mi diosa—Cuando escucho su voz, todo el peso que tenía en mis hombros se libera velozmente.

—Louis...—suspiro.

—Disculpa que no me haya comunicado contigo, tuve que salir de emergencia.

—He tratado de comunicarme contigo y con tu madre. Los chicos también están preocupados.

—Lo siento, mi amor, dejamos los teléfonos en casa. Enserio, Livana, tuvimos que salir rápidamente, yo...

Guarda silencio, no había notado que su voz suena algo tensa. Louis suena diferente.

—¿Qué pasa?

—Cuando iba saliendo de casa mamá recibió una llamada—hace una pausa—. Al ver que se puso pálida y estaba tan blanca como un papel le quité el teléfono para tomar la llamada...

—¿Louis?

—La llamada provenía de la prisión en la que se encontraba recluido mi padre.

—Espera... ¿encontraba?

—Livana, encontraron a mi padre colgado en su celda. Está muerto.

 Está muerto

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Pues... ¿sin palabras?

Papi Thompson al fin está muerto :S El próximo capítulo va a estar... interesante xD Así que, ¿comentarios sobre el capítulo? ¿Ya quieren a mamá Sanders? ¿Louis perdido? ¿Papi Thompson se suicidó? ¿Quién se quería comer la pizza que llevó papá Sanders? xD

Vale, hasta ahora nadie a acertado con el título de #ATPPM xD He estado haciendo portadas y pondré una que me gusta en el grupo de facebook con algunas pistas. Vamos a ver si adivinan como se llama 7w7

Si, leyeron bien, ya tenemos grupo de facebook, no lo había anunciado por aquí pero lo hice por #LASM :) Busca el link en mi perfil o escribe en face Familia Intocable (Lectores de Simy) wiiii.

Por cierto, MIL GRACIAS, #CUADA está en posición 13 :O Explotemos la estrellita para que siga bajando :)

Capítulo dedicado a Zafi :)

Nos leemos mañana :)

Nos leemos mañana :)

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Como un algodón de azúcar | Los Intocables #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora