Especial I.

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Louis.

Sabía que esto iba a suceder. Bart es un idiota pero está dispuesto a ayudar a sus amigos en lo que sea. Técnicamente, la idea de jugar verdad o reto fue mía. Mientras íbamos caminando hacia mi casa se lo había propuesto a Bart, me presionó una y mil veces hasta que le dije la razón de porqué estaba tan entusiasmado de jugar algo como eso, simplemente es un método de conocer mejor a Livana. Por supuesto Bart se burló de mí, pero lo hizo mediante mensajes de texto para que nadie se enterara.

A veces desearía no haberme cruzado con estos chicos, pero después me vienen a la cabeza esos momentos que he pasado con cada uno de ellos y ese sentimiento que se forma en mi pecho me hace reconsiderar mi idea principal. Adoro a estos chicos, son los únicos que no me han juzgado por todo lo que he hecho, siempre estuvieron ahí para mí, a pesar de todas las discusiones o los momentos negativos. Connor, Bart, Tristan y George son una parte esencial de mi vida y, estoy seguro de que ahorita no sería nadie o estaría diez metros bajo tierra si no hubiese sido por ellos.

Las risitas de las chicas hacen que mis pensamientos se dispersen. Nunca pensé que Bart llegara tan lejos. ¿Enserio? ¿Un beso para Livana en los labios? Creo que eso es demasiado tanto para ella como para mí. Aunque no puedo negar que deseo saquear su boca con mi lengua, beber su ser por tan solo unos segundos. Bart sabe de eso, creo que todos lo saben, esa chica me está volviendo loco. Livana Sanders es verdaderamente única y especial.

—¡Beso! ¡Beso! ¡Beso!—todos empiezan a gritar.

Livana se sonroja un poco pero no tanto como lo hizo hace unos minutos Daisy. Eso me hace dudar, ¿será que ella quiere que la bese? Sonrío, ella me devuelve la pequeña sonrisa. Eso confirma mi reciente teoría.

Ella quiere que la bese.

Me levanto del sofá individual acercándome a ella lentamente, George y Cristine quienes se encontraban a su lado también se ponen de pie para darme la oportunidad de sentarme a un lado de ella. La miro a los ojos, ella hace lo mismo, me lamo los labios... si, ella también repite mi acción.

Ella lo está deseando. Ambos lo hacemos.

Sin más acerco mi rostro posando mis labios en los suyos los cuales son finos y rosados. El roce entre ambos es mínimo pero hace que miles de emociones se expandan en nosotros. Coloco mi mano derecha en su nuca para acercarla más a mí y hago lo que desde hace tiempo he deseado. Introduzco mi lengua en su cavidad acariciando cada rincón de su boca, chupo su labio inferior con fiereza, la beso con pasión. Afortunadamente ella responde a todos éstos movimientos. Ella sabe delicioso, es dulce... ya veo porque le gustan tanto los algodones de azúcar, Livana sabe igual a ellos, me atrevo a decir que mucho mejor.

En ese momento las pequeñas manos de Livana se posan en mi pecho para alejarme. ¿Será que no le gustó el beso? Cuando abro mis ojos observo que los suyos aún están cerrados, aunque lo que más me llama la atención es esa sonrisa que tiene en esos labios que acabe de besar.

—Uy, qué intenso. Creo que hasta Amy se mojó.

—¡Bart!—grita Amy abochornada. Trago saliva fuertemente.

Creo que me dejé llevar un poco.

Suspiro, vuelvo a ver a Livana y le sonrío. Me levanto de mi asiento y sin que nadie vea le guiño un ojo seductoramente. Esto es lo malo de besar a las chicas, el viejo Louis florece como una rosa en un instante. Me recuesto en el sofá que estaba hace un rato, Cristine y George se sientan nuevamente a un lado de Livana.

—Creo que es mi turno—mascullo.

—Sí, es tu turno—menciona Connor ocultando una sonrisa.

Como un algodón de azúcar | Los Intocables #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora