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—Tae... Este no es el camino al festival. -Dijo preocupado, mirando todo alrededor intentando descifrar a donde se dirigían.

Antes de poder hacer algo, el castaño lo tomo por un brazo y abriendo la puerta más cercana lo arrojo dentro, cerrándola detrás de sí.

—¡Taehyung!. -Grito desde el suelo.

Todo se encontraba en completa oscuridad, pero sentía que había caído sobre un par de escobas por lo que supuso que se encontraban en un armario de limpieza. Muy pequeño. Intento levantarse del suelo, pero antes de ponerse de pie fue tomado por los hombros y estrellado contra una pared. La respiración rápida del contrario sobre su oído lo alerto de la cercanía. Una pierna se coló entre las suyas obligándolo a separarlas, friccionándose contra su miembro. A lo que Jungkook gimió levemente y ronroneo por las caricias.

—Jamás permitas que alguien más te toque. Tu eres mío. -Gruño con los dientes apretados. —¿Entendiste?

Sintió como le jalaba despacio de su oscura cabellera, dejándole paso libre al alfa para atacar su cuello y limpiarlo de cualquier rastro de Yoongi, dejando también algunas marcas.

—E-está bien, pero ya basta, por favor, aquí no... -Pedía entre gemidos.

Estaba comenzando a existirse y eso no era nada bueno. El mayor recorrió su cuello por completo hasta llegar a su mentón y morderlo.

—Eso no es suficiente, Kookie, inténtalo mejor. -Le ordeno.

El mayor seguía colando sus manos dentro de la ropa interior ajena, tocando toda la piel que podía, al menor se le seguían escapando miles de gemidos suaves, lo cual encendía aun mas al mayor. Eran bastante sonoros, una lástima que nadie más pudiese disfrutar de ellos. La sonrisa lujuriosa y cuadrada de Taehyung crecía cada vez mas. Ese omega era completamente suyo, tenía bastante talento para borrar las marcas anteriores y grabar unas suyas nuevas en el, aun así lo castigaría por dejarse besar y tocar por el idiota de Min, hubiera sido horrible si le dejase marcarlo como suyo. Jungkook estaba bastante excitado, pero cuerdo aun, le rogaba y pedía a Taehyung que parara, que era una mala idea y que debían de volver.

¿Cómo he llegado a esta situación?

Se preguntaba el menor, sintiendo las manos del castaño por todo su cuerpo y la boca contraria devorando la suya.

Se encontraban encerrados en un almacén de limpieza escolar, muy cerca de los casilleros viejos y abandonados, el sitio era increíblemente angosto que lo obligaba a mantener su cuerpo presionado con el contrario, facilitándole el trabajo al mayor.

—T-tae... ahhh... b-basta... -Pedía el pelinegro en suplica antes de perder la poca cordura que le quedaba.

Intentaba resistirse, si seguía así terminaría en sus pantalones y eso de verdad seria incomodo. Aun tenían que dar un concierto en el gran escenario y estaba seguro de que Hoseok, a pesar de ser una persona la cual irradiaba luz con su sonrisa, los asesinaría si no aparecían en menos de 5 minutos frente a él.

—Por... favor... -Seguía rogando.

—Aun no aprendes la lección, Kookie~

Susurro en el oído colando una mano dentro del pantalón ajeno. Jungkook se estremecía, si las cosas seguían así ya no podría mantenerse en pie durante las dos horas que duraba su parte en el escenario.

—Y-yo no hice nada malo.. y-yo.. -Logro pronunciar con dificultad en medio de gemidos.

Taehyung introdujo ambas manos dentro del bóxer del pelinegro, jugueteando con su entrada que ya se hallaba bastante dilata, poco faltaba para que empezara a mojarse. Jungkook se inclino hacia adelante friccionándose contra la pierna de Taehyung que tenía entre las suyas, elevándolo nuevamente. Un fuerte gemido se escapo de sus labios junto a miles de feromonas que emanaban de su cuerpo.

LAZOS Omegaverse.- TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora