La Decisión

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Estuve mucho tiempo dándole vueltas a las palabras de Ike, tenía prisa por encontrar a esa persona que me llamaba y con la que soñé... Pero también es cierto que no tenía por dónde empezar a buscar ni sabía hacía dónde dirigirme.

A la mañana siguiente, al levantarme me dirigí hacía el punto de encuentro que me había indicado Ike la noche anterior. Antes de salir pero, me cubrí de nuevo con la capucha e intenté evitar los lugares dónde hubiera mucha gente, bordeando el campamento por fuera. 

Al llegar Ike se encontraba allí frente a Mist y Ranulf hablando de algo mientras blandía su espada.

— Creo que ya ha llegado nuestro/a amigo/a... —afirmó el felino con una sonrisa de alivio y moviendo las orejas—

— Je... Veo que al final decidiste quedar-te. —sonrió Ike mientras dejó reposar su espada encima de sus hombros por detrás de la cabeza— ¿Que te parece si probamos de que pasta estás hecho? Allí te hemos dejado todo tipo de armas, escoge y prepárate. Será combate a tiempo real y sin pausa con todas esas armas, contra mi.

— ¿Pero no sería mejor probar-lo al aire? ¿Y si te hago daño o...? —miré a Mist buscando algo de complicidad, no sólo por mi bien sino también por el bien de Ike en caso de saliera algo mal—

— ¿No me digas que tienes miedo? —interrumpió Ranulf—

— No te preocupes por mi hermano, es muy fuerte y resistente. Además le gusta probar él mismo a los novatos.

Esa no era la respuesta que buscaba por parte de Mist. Así que me quedé absorto/a por un tiempo hasta que la voz de Ike me hizo volver en si.

— ¡Te quedan 10 segundos para coger un arma! ¡Luego vendré a por ti! 9... 8... 7...

— ¡Ei! ¡Ei! ¡Espera! —corrí hacia las armas y empuñé una espada, fue lo primero que cogí para después apuntar su punta hacía Ike con cierto miedo—

— 3... 2... 1... 

Ike saltó de forma ágil en mi dirección con una estocada, la bloqueé de forma torpe retrocediendo. Sus golpes tenían bastante potencia, no podía detener-los o igualar-los. Poco a poco mi cuerpo empezó a mover-se por inercia, lo que en un principio me costaba detener (hasta el punto de acabar varias veces por el suelo) terminé evadiéndolo o esquivándolo de forma automática. Era muy posible que hubiera usado la espada anteriormente y mi cuerpo estuviera recordando poco a poco los movimientos. 

Lo que empezó cómo una sesión de prueba, terminó volviéndose una exhibición sin darme cuenta. Estaba disfrutando a pesar de los rasguños y alguna que otra herida que me había hecho Ike, por algún motivo me sentía bien. Tanto que no me di cuenta del público que empezó a reunir-se a nuestro alrededor. 

Mi tutor parecía estar disfrutando también de ello. Lo que había dicho era cierto, en ningún punto había vacilado para detener-se. Cada vez venía con más potencia y de forma más rápida. Parecía estar divirtiéndose. Vino con una estocada directa, salté haciendo una voltereta hacía atrás para esquivar y poder impulsar-me hacia él con fuerza.

— ¡Jeje, a este paso no podrás vencer al Maestro Daraen!

— Vamos Vaike... No te pases con el/la nuevo/a.

— ¿Qué dices Stahl?  Pero si es muy fuerte. Ayudó a Chr... a luchar en...

— Igu...nte, debe apr...er p...co a p...

— ¡Va...s Daraen! ¡Tu pu...! 

Noté cómo mi cuerpo era balanceado de un lado a otro, al despertar vi a una chica peli azul que me movía de un lado a otro. Mist estaba a su lado. Probablemente había recuperado otro fragmento de mi memoria... Había un grupo de personas animándome mientras entrenaba con un chico rubio que empuñaba un hacha. Sus caras eran difusas, pero sus voces me eran muy familiares, mi corazón se estremeció ligeramente y lo sujeté con mi mano.

Simplemente Quiero Huir...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora