El caso de Kise Ryouta (9na Parte)

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-¡Pero sempai! –Lloriqueaba Kise mientras tiraba de la manga de su novio.

-Kise. Deja de exagerar, no es como si me fuese a vivir a otro lugar, demonios –Le explicaba Kasamatsu a su afligida novia.

-P-pero, pero, ya no te podre ver tan seguido como antes, ni siquiera pudiste ir a dejarme a la pijamada porque estabas estudiando y eso es injusto.

-Kise... -Menciono molesto Kasamatsu su nombre para después decirle mientras pellizcaba una de las mejillas de la chica: -Creo que estudiar para mi ingreso a la universidad es más importante que ir a ver cómo te juntas con tus amiguitas. Pero, está bien –dijo después de un leve suspiro soltando por fin a su novia, quien se quedo sobando su mejilla –Pensaba llevarte a conocer el departamento donde ahora viviré después de arreglarlo, pero para que veas que no quedara muy lejos de la escuela puedes venir mañana conmigo a seguir arreglándolo...

-¡¿En verdad?! ¡¿En serio puedo ir a tu departamento?! –Pregunto exaltada y más que entusiasmada la chica.

-Sí, te espero mañana a primera hora en casa de mis padres. De ahí llevaremos las últimas cajas de mudanza.

-¡Sí!

-No te atrevas a llegar tarde, Kise.

-No lo haré ¡Lo prometo!

...

A la mañana siguiente, la chica estuvo sin falta lista y hermosamente arreglada a la hora que le había indicado su sempai.

-¡Buenos días sempai! –Dijo sonriente la chica al llegar a su casa.

-Oh, Kise, pasa... -Apenas le decía Kasamatsu, hasta que la puerta fue abierta más ampliamente, de donde salió una señora un poco robusta de cabello y ojos rojos; seguida de un pequeño niño y un señor de cabello obscuro y ojos grises.

-Oh, por dios, ¿en verdad eres Kise-chan? –Le dijo la señora tomándola de la cabeza con ambas manos mientras le sonreía.

-¿Eh? Sí... -Apenas pudo contestar la rubia

-¡Vaya que aun sigues siendo hermosa! –Decía la señora sin dejar de estrujar su cara.

-Es verdad, aun sigue siendo muy linda –Expresó el señor sonriendo igualmente a diferencia del niño pequeño quien se había quedado atónito al ver a la chica.

-Oh, pero que groseros, ven pasa, pasa –Le dijo la señora, quien enseguida la sentó en la sala y le sirvió un poco de té, mientras le comentaba: -Tal vez tú ya no te acuerdes de mí, pero nosotros te recordamos perfectamente de la guardería, ¿verdad cariño? –Le preguntó a su esposo.

-Cómo olvidarla, si fuiste el primer amor de nuestro Yukio

-¿E-en verdad? –Sonrió completamente la chica.

-¡Oigan! ¿Qué rayos es lo que dicen? – Les reclamo de inmediato Kasamatsu.

-¿Acaso no lo recuerdas, hijo?- Le preguntó extrañada su madre –Pero si siempre nos platicabas de tu princesa y cómo la habías rescatado de unos malhechores.

-Decías que de grande habías prometido casarte con ella –Expresó feliz su padre.

-¡¡C-ca-ca-sar!! –Dijeron los dos chicos al unisonó, completamente rojos, al escuchar esta palabra.

-Pero, en verdad que es un mundo pequeño, mira que volver a encontrarte con ella –Dijo sonriente su padre -¿Y? ¿La trajiste para presentárnosla formalmente? ¿Ya piensan casarse?

-Pero, mejor deberían de esperar a que Yukio termine la universidad y consiga un trabajo, querida niña, sino de qué van a vivir –Le dijo La madre de Kasamatsu a Kise sentándose a lado de esta y tomándola de las manos.

MIDOTAKAFEM - Dulce SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora