El caso de Aomine Daiki (8° Parte)

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—Oe Momoi...—Le llamo Aomine a su amigo al verlo llegar a la azotea.

— ¿Dai-chan, y ese milagro que no estás durmiendo? ¿Y mi bello ángel? ¿No me digas que discutieron y ya te boto? —Preguntó de inmediato el peli rosa al no ver a Sakurai junto al moreno.

—Tch... claro que no, solo tenía unas cosas que hacer y por eso no ha llegado.

—Ah, vaya, por un momento pensé que la linda Sakurai-chan por fin había recapacitado de tener un horrendo novio como tu...

— ¡Oe! —Le reclamo de inmediato el moreno pero después de suspirar dijo: —Déjate de bromas y mejor dame un consejo...

— ¿¡Un consejo?!

—Sí, bueno... —Expreso el chico seriamente mientras pensaba en cómo preguntarle sobre un tema que le daba vueltas la cabeza desde hace días —Como sabes, Sakurai y yo, apenas vamos a cumplir un mes saliendo pero yo... no quiero verme muy lanzado pero...

—Sabía que no te tardarías mucho tiempo en querer atacar a la pobre Sakurai-chan —Dijo sombrío y algo molesto Momoi.

—Tch, quisiera no hacerlo pero, en verdad, el solo hecho de tenerla cerca hace que apenas pueda detenerme, y por eso quiero un consejo...

— ¿Para poder detenerte?

—Claro que no, quiero un consejo para bueno... tu sabes, donde sería bueno llevarla...

— ¡Ahomine! —Lo insulto de inmediato su amigo.

—Oye, tú también eres hombre, se supone que deberías entenderme. —Le reclamo esta vez el moreno mirándolo acusadoramente, después de todo sabía que su amigo no era una blanca paloma.

—Te entiendo, pero antes de estar pensando en el lugar, deberías de preguntarte si ella también lo quiere. Créeme, no querrás a una Sakurai llorosa y miedosa cuando tu estés al 100% en ese momento, solo provocaras que tengas que bajar tu ímpetu, lo cual es bastante horrible y desmoralizador. —Le sermoneo el peli rosa, quien al darse cuenta de todo lo que dijo, después de carraspear un poco la garganta, dijo por ultimo: —O eso me han platicado... Pero cómo sea mejor trata de investigar cómo podrías acercarte a ella de manara sutil.

— ¿Sutil?

—Delicadamente, con ligereza... qué no seas un bruto.

— ¡Ah, ya!... y ¿eso cómo se hace?

—Yo qué sé, te recuerdo que la ultima vez me batearon —Dijo lloroso Momoi al recordar a Kuroko —Deberías de preguntarle al Bakagami ese... Aunque, ahora que lo pienso, Dai-chan pensé que ya habrías saltado sobre ella después de todo me dijiste que este fin de semana estarían a solas y que sus padres...

—Sí, sus padres no estuvieron —Completo la frase el moreno con una mueca de decepción, para enseguida explicarle a su amigo: —Pero cuando llegue, a pesar de que lucía hermosa y no hubiese dudado en ir sobre ella... pasaron varias cosas...

— ¿Cosas?

—En primera olvide que era catorce de febrero, ya sabes yo nunca había puesto atención a esas cosas, pero aun así me sentí mal al llegar y ver que ella había preparado toda una gran comida para mi, además de que me regalo un chocolate en forma de balón de básquet hecho por ella, fui atendido como todo un rey por ella... —Expreso el moreno bastante feliz al recordar el fin de semana.

— ¡Maldito presumido idiota con suerte! —Expreso entre dientes bastante molesto Momoi al imaginarse a la linda Sakurai consintiendo a Aomine.

MIDOTAKAFEM - Dulce SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora