El caso de Kise Ryouta (Última Parte)

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A la mañana siguiente, los dos chicos amanecieron abrazados y, aunque querían decir miles de cosas solo se dirigían miradas y gestos de amor, acompañados de tímidas caricias. Así, su día inicio con un silencioso desayuno y una despedida con un beso para dirigirse a sus escuelas, ese era el pacto y el secreto que los dos querían guardar solo para ellos, por lo menos tan solo ese día, o esa semana...

El día transcurrió normal, y la rutina avanzo para ambos como cada día, las clases, el receso, más clases, sus entrenamientos en el club de basquetbol, regresar a casa, comer, hacer o intentar hacer los deberes, tomar un baño... Pero, llegada la noche, esta vez no sería como las anteriores, no, esta vez los dos decidieron que a partir de entonces dormirían en la misma cama, no sin antes claro, hacer el amor.

— ¡Ah! ¡Yukio! ¡Más, ahí más...! —Exclamaba la rubia entre jadeos de bajo del azabache, quien de inmediato obedecía cada petición y demanda de la chica. —Y-Yukio Sempai, por favor, tómame con más fuerza...por favor S-Sempai... —Le dijo de nuevo la chica provocativamente, cosa que sirvió bastante ya que sintió como algo dentro de ella se ponía un poco más duro.

Por su parte Yukio, no podía pronunciar palabra. Se encontraba completamente embelesado por tan fascinantes sensaciones que le provocaba estar dentro de su novia, así como el poder tocar libremente cada superficie de esa delicada y tersa piel con la que muchas veces soñó, aunque, ninguno de esos sueños se comparaba al ahora, la calidez, su aliento, su saliva, su sudor. Todo, absolutamente todo era ahora de él y le pertenecía...

— ¿Me pertenece? —Se preguntó Yukio después de terminar completamente agotado al ser ya la tercera ronda de esa noche.

—Sem... Yukio —Le llamo Kise, haciéndole un gesto de que la dejara acurrucarse en su pecho, por lo que pronto el chico se acomodo para cumplir la petición. Sin embrago, la chica se puso roja, ya que al acomodarse junto a él, algo comenzó a salir de ella, por lo que rápidamente jalo unos pañuelos.

—Déjalo... —Le dijo Yukio jalándola hacia él para que volviese a recostarse —Mañana simplemente cambiamos las sabanas y las lavamos.

—H-Hoy fue mucho... —Expreso Kise recostándose de nuevo como el otro se lo había indicado. —Lo suficiente para embarazarse —Dijo sonriendo un poco...

— ¿¡E-embarazarse!?

Preguntó exaltando el azabache, quien sintió una cubetada de agua fría al recordar lo más importante, algo que se suponía que no debía de olvidar, pero que, como estúpido, al estar en su ensoñación y dejar de lado su razón, lo había olvidado por completo, olvido que debían protegerse.

Kasamatsu, entonces, se levanto en un solo movimiento, casi dando un brinco y se hinco de inmediato pidiendo disculpas a Kise:

— ¡S-si eso llega a pasar, me haré completamente responsable!

—E-espera Yukio... —Trataba de calmarlo Kise.

— ¡No! ¡Más bien, ya solo lleguen tus padres pediré disculpas, trabajaré, para poder casarme contigo cuanto antes!

—Pero Yukio...

— También debemos ir al médico, crees que la prueba ya de positivo si la hacemos, aunque no importa aun cuando de negativa me casaré contigo ya que soy responsable de que...

— ¡Sempai! —Lo detuvo por fin Ryouta al tomarlo de la cara para que este alzara la vista y la viera a los ojos. —Yukio Sempai, yo aun no me quiero casar, aun quiero seguir un rato más en el modelaje, y eso durara hasta que tú te gradúes de la universidad.

MIDOTAKAFEM - Dulce SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora