El trato.

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12

Sin quererlo, mi cuerpo empezó a recuperar el sentido. Parpadeé un par de veces para acoplarme a la luz y miré a mí alrededor. Todo lucía como un sueño: árboles del verde más intenso, sonido de aves cantando, el sonido de agua corriendo. Deseé que fuera un sueño pero era la realidad.

Solté un bostezo y miré hacia mi regazo. La cabeza de Niall descansaba ahí. Él también estaba dormido.

― Niall― sacudí un poco su cuerpo mientras lo llamaba. Él comenzó a despertarse.

― ¿Qué pasó? ― Preguntó mientras se incorporaba.

― Nos quedamos dormidos. ―Él despejó su mente y por fin logró visualizar lo que sucedía.

― ¿Qué? ¡Mierda! ¿Sabes lo peligroso que es quedarse dormido en el bosque, al aire libre? ―Se levantó rápidamente mientras su semblante somnoliento cambiaba a uno enfurecido.

― Hey, tranquilo. Yo también me quedé dormida. Los dos lo hicimos. No es mi culpa.

― Lo es. ―Yo me quedé muda mientras él me reclamaba. ― ¡Tú y tu tonta idea de hacer un extracto!

― Oye, tú dijiste que querías verlo. ¡No me culpes a mí! ―Igualé su tono de voz. Estaba cansada de que él me gritara por todo.

― Como sea. Ni siquiera funcionó. ―Yo miré hacia el suelo donde nuestro pequeño experimento estaba. Me incliné sobre mis talones y tomé el pequeño recipiente color plata y lo miré de cerca.

― Ahí está. Huele. ― Le entregué el recipiente y él lo colocó frente a su nariz.

― Huele a...

―Rosas. ―Dije con una sonrisa realmente grande en el rostro. Él me miró sorprendido, y yo miré dentro del recipiente de nuevo.― Son unos cuantos mililitros, pero... Funcionó. ―Dije con una risa ahogada entre los dientes.

― Bien. ―Dijo secamente. Lo miré y enarqué una ceja.

― ¿Bien? Creo que quieres decir "lo siento Dian, tenías razón." ―El chico rodó los ojos.

― Si como sea, tenías razón. Ahora piérdete. Tienes tus armas. ―Dijo con un tono duro. ― Adiós.

― ¡Hey no! No puedes dejarme, yo... ¡voy a morir! ―El giró soltando un bufido.

― Ese no es mi problema, niña. Te eh dicho miles de veces que no quiero y no voy a llevarte a la aldea. ―Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas que intenté sostener para no parecer débil.

― Pero... No te estoy pidiendo demasiado. Yo sólo quiero llegar salva ahí y tú no puedes ser tan mal ser humano sólo...

― Shhh. ―La postura rígida de Niall cambió completamente mientras él miraba alrededor y yo lo miré confundida.

― ¿Qué? ¿Por qué me callas?

― Cierra la boca. ―Estuve a punto de hablar pero entonces escuché un sonido. Una rama tronándose.

Niall sacó de inmediato su arma y la convirtió en una lanza. El ruido se volvió a escuchar y ambos nos sobresaltamos.

― Creo que viene de allá. ―Me susurró apuntando un árbol grueso. Yo miré el árbol por unos segundos y después volví a voltear a donde Niall estaba. Pero había desaparecido. Ya no estaba ahí.

― ¡Niall! ―Apenas grité, una fuerza externa me empujó con dureza en el suelo haciéndome caer sobre mi estómago. Algo estaba encima de mí y yo rápidamente giré sobre mi torso para verlo.

Solo alcanzaba a distinguir cabellos. Negros. Tardé un poco en comprender que un humano era quien estaba a horcajadas sobre mí y estaba golpeándome en la cabeza. Intenté luchar y sacármelo de encima pero no podía. ¿Qué demonios estaba pasando?

De repente sentí el peso desaparecer y supe que me lo habían quitado de encima. Como pude me incorporé y vi Niall alejando a la criatura de mí, la cual era una humana.

― ¡Hey! ¡Hey! ¡Tranquila! ―Le gritaba él mientras la chica luchaba con él por zafarse de su agarre. Yo me levanté confundida y algo mareada. Niall se cansó de luchar y la tomó por el brazo colocándose detrás de ella, inmovilizándola.

― ¿Qué pasa contigo? ―Le pregunté a la chica en los brazos del rubio. Ella me miró y su rostro y todo su cuerpo pareció relajarse y hasta entonces me di cuenta del cuchillo que sostenía en su mano. Entonces mi mejilla comenzó a arder y la toqué. Después miré mis dedos con sangre.

― Y-yo ―La chica soltó el cuchillo y se relajó completamente mientras jadeaba. ― Yo lo siento... Escuché ruidos y creí que era algo... sólo... me lancé a atacar.

Niall soltó a la chica y se colocó frente a ella.

― Eres nueva. ―No hizo la pregunta. Miré el arnés que quitaba de su cadera.

― Sí. Supongo que... La adrenalina me guió. ―Niall caminó hacia mí dándole la espalda y me tomó por la barbilla girando bruscamente, teniendo acceso a mi mejilla. ― Lo... lo siento.

Niall giró encarándola de nuevo. Su expresión facial estaba llena de coraje. Me asustó. ― Vete. Ya.

La chica no lo pensó dos veces y salió corriendo entre los arbustos.

― Vaya. Sí que la asustaste. ―Susurré mientras el examinaba mi mejilla de nuevo.

― Necesito curar eso. Vamos a lavarte. ―Yo no dije nada y lo seguí hasta la orilla del lago.

Ambos nos sentamos y mientras él se lavó perfectamente bien las manos, yo recogí mi cabello en una coleta de nuevo.

― Gracias por... quitármela de encima. ―Dije con timidez. Él no dijo nada y se colocó enfrente de mí. Levantó su mano mojada y la llevó a mi mejilla. Yo salté un poco ante el ardor.

― No te muevas. ―Ordenó. Yo estuve a punto de decir algo pero el interrumpió. ― Se que arde.

Me mantuve quieta mientras él terminó de lavarme y cuando lo hizo, ambos nos pusimos de pie.

― Gracias, Niall. ―Él miraba hacia otra parte pero yo esperé hasta que sus ojos encontraron a los míos. ― Lo digo enserio.

Esperaba su habitual hostilidad e ingratitud pero en vez de eso, el fantasma de una sonrisa cruzó su rostro y se limitó a responder: ―De nada.

Esta vez yo sonreí y el caminó lejos. Lo seguí ahora sin dudar. ― Niall, ya sé lo que me has dicho pero enserio, no puedo andar por ahí yo sola. Te necesito. Necesito que me ayudes. Verás, no pierdes nada y si lo haces estoy dispuesta a darte algo a cambio.

― ¿Y eso que es? ―Preguntó dudoso.

― Si me llevas a la aldea prometo recoger todos los frutos no venenosos en el camino para dártelos cuando me dejes. Así tendrás variedad para comer por un tiempo cuando nos separemos. ―Él me miró interesado pero aún así la duda cubría su rostro. ― Vamos, ¿qué dices? ¿Es un trato?

Él miró mi mano extendida frente a la suya y esbozó una sonrisa de lado.

― Trato hecho. ―Dijo con seriedad, ignorando mi mano.

― ¿De verdad? ―Pregunté sorprendida. ― ¡Oh Niall, gracias! ― Corrí hacia él y lo abracé sólo un segundo. Retrocedí y él me miró con semblante duro.

― No vuelvas a hacer eso. ―Replicó. Yo lo miré con los ojos muy abiertos.

― Lo siento. ―Dije con una voz chillona. ― Vamos, entonces.

― Espera. ―Yo me quedé quieta cuando lo escuché esperando que hablara, pero él sólo se acercó a mí a una distancia algo incómoda, haciendo que inclinara un poco mi cabeza hacia arriba ya que él era más alto que yo. Sentí un cosquilleo en la palma de las manos y en las mejillas cuando el subió su mano lentamente. La llevó detrás de mi cabeza y con sus dedos ágilmente deslizó la banda elástica dejando mi cabello color avellana caer sobre mis hombros. ― Luces mejor así.

Puso la banda sobre mis manos y dio la vuelta para empezar a caminar. Tuve que quedarme unos segundos en el mismo lugar sin moverme para reacomodar mis ideas y aclarar mis pensamientos.

Marked. | fanfic. (libro ahora disponible en amazon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora