Marked. | fanfic. (libro ahora disponible en amazon)

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48

Empujé las puertas con ambas manos haciéndolas abrirse de par en par y hacer un estrepitoso ruido al chocar con la pared.

La chica que estaba enfrente de toda la multitud de personas sentadas me miró sobresaltada. Debería estar en la planeación del combate.

Me apresuré dando pisoteadas fuertes y todos me veían algo asustados. No me importaba una mierda.

― ¿QUIERES EXPLICARME ESTO? ―Le grité a Elena mientras le arrojaba el papel hecho bola al pecho.

― Dian, ¿quieres calmarte? ¿Qué pasa?

― ¡Cállate y respóndeme! ―Ella frunció el ceño y tomó el papel del suelo. Lo abrí y comenzó a leerlo detenidamente.

La mirada de todos estaba sobre nosotros y podía escuchar a varios susurrando pero siguió sin importarme. La sangre me hervía en las venas.

― Dian… ―Dijo volviendo su vista a mí. ―Sé que estás molesta, pero era lo mejor para ti.

― ¿Lo mejor para mí? ―Seguí con mi voz elevada. ― ¿Lo mejor para mí es mentirme? ―Ella intentó abrir la boca pero no la dejé hablar. ―Mira Elena, estoy HARTA de que todo se me oculte aquí. Desde que llegué todo lo que he hecho es descubrir mentira tras mentira. Tú más que nadie viste cómo he estado en estos días por el tema de Niall. ¿Creías que era simplemente una desilusión y ya? ¡NO! ¡MALDITA SEA, YO LO AMO ELENA! Y tú dejaste que él se fuera a arriesgar su vida sólo por tenerme encerrada aquí y sin consultármelo. Sentí una gran decepción cuando supe que Niall me había mentido, me sentí realmente estúpida cuando supe que Claire me había ocultado que él se había ido. Pero de eso a que yo te haya preguntado por qué lo había hecho y que me hayas visto a los ojos y me hayas mentido, eso me hizo enfurecer. ¡Estoy harta de que todos ustedes tomen decisiones por mí! De hoy en adelante veré por mí misma y a quien no le guste se puede ir mucho a la mierda.

Terminé de gritar y Elena no dijo nada. Di la vuelta y comencé a caminar hacia la salida entre la gente.

― ¡Espera, Dian! ¿A dónde vas? ―Giré viéndola seguirme.

― ¿A dónde crees? ¡A buscar a Niall antes de que lo maten por mí culpa!

― ¡No puedes irte! ―Estuve a punto de contestar pero esta vez ella no me dejó. ―Es muy fácil para ti juzgarme o a Claire, ¿no? ¿Pero porqué no te detienes a ver por qué lo hicimos? Niall te lastimó y cada vez que cruzaban una palabra parecías terminar peor de lo que ya estabas. Yo sólo quería protegerte. ¡Él chico fue un traidor, por Dios!

― Supera eso, Elena. Ya no lo es. Tú no le diste la oportunidad para cambiar y por eso él ha estado martirizándose todos estos años creyendo que era malo.

― ¿Y tú? ¿Qué tal tu, hermanita? ¿No fue exactamente lo que hiciste? ¿No lo juzgaste inmediatamente de mentiroso y no lo dejaste ni explicarse? ¡No me hables de errores que aquí tú has cometido también!

Pasé saliva y sentí una opresión en el pecho. Ella tenía razón. Lo había juzgado y no lo había dejado acercarse a mi todo este tiempo. Pero estaba herida… No quería lastimarme más.

― Por eso voy a enfrentarlos  y tratar de solucionarlos. ―Musité al fin, ya calmada.

― Dian, no lo hagas. No quiero que te arriesgues.

― Tú ya no decides por mi Elena. Entiéndelo. ―Exclamé. Y di la vuelta para irme enseguida.

Mientras recorría los pasillos del lugar hasta el elevador que llevaba a la entrada, las lágrimas comenzaron a inundar mis ojos. Sentía decepción, rabia, tristeza, alivio y mortificación.