Marked. | fanfic. (libro ahora disponible en amazon)

Miedo.

44

Niall Horan.

El sentimiento de no poder respirar me invadía completamente. Sentía mis pulmones pesados y duros, como si estuvieran luchando por hacer su trabajo correctamente. Mis ojos estaban cerrados pero sentía el sol encima de mí a pesar de que cada parte de mi cuerpo estaba cubierto por agua.

Mis ojos por fin se abrieron lentamente y miré hacia todos lados. Pude ver pequeños rayos del sol infiltrar el agua haciendo lucir el agua de un tono dorado. Era justo como en las películas.

De no ser porque el agua llenaba mis pulmones y me estaba ahogando, podría incluso sonreír al presenciar eso.

A pesar de saber que pronto la falta de oxígeno en mí, me haría desmayar, no luchaba contra el agua. De alguna manera mi cuerpo no quería luchar contra lo inevitable.

Pero mi mente estaba gritando.

La desesperación era evidente en cada esquina de mi cerebro y mi sentido común. Quería patalear, quería respirar, quería vivir, pero mi anatomía no respondía.

De repente, los rayos de luz se esfumaron y todo a mí alrededor perdía color. Por un momento pensé que estaba muriendo, pero no era así. Estaba sumergiéndome en vez de emerger, cada vez más a lo oscuro. Ahí es cuando internamente quise arrancarme la piel de desesperación.

Entonces, a lo lejos pude ver una pequeña mancha de color claro. Y cada vez se hacía más clara. Era una persona, estaba luchando contra el agua para salir también.

Debido a la inmovilidad de mi cuerpo no pude hacer nada más que observar cómo esa persona, en su intento por salir a la superficie pataleando y retorciéndose, se acercaba cada vez más a mí.

Y cuando estuvo por fin lo suficientemente cerca para poder ver su cara, mi corazón pareció detenerse.

Era Dian.

― ¡Dian! ―A pesar de que quería gritar, por el agua y por mi inmovilidad, no podía articular palabra alguna. ― ¡Dian, estoy aquí! ¡Nada! ¡Nada!

Ella tenía una expresión de desesperación y se movía con más fuerza cada vez. Pero parecía no verme.

Seguía intentando gritar, pero nada salía.

Entonces me di cuenta de que estaba respirando perfectamente. El aire iba y venía por mi nariz.

Más que confundido, miré a Dian cesar su lucha para salir. ¿Por qué demonios ella no podía respirar y yo sí? ¿Por qué ella estaba muriendo y yo no?

No dejaría que pasara. Así tenga que arrancarme los pulmones y dárselos, ella no moriría.

Pero mi cuerpo aún no respondía, y sentía como si en ese momento la cabeza me fuera a explotar de impotencia al no poder hacer nada, al no poder moverme, al no poder salvarla…

Los ojos de Dian empezaron a cerrarse y de pronto dejó de moverse. El agua llevaba su cuerpo hasta la oscura profundidad dejándome con el alma quebrada, con una grieta irreparable que sólo puede causarse al ver morir a alguien a quien amas.

*

Casi sentí cómo mi garganta se expandió cuando inspiré violentamente al mismo tiempo en que mis ojos se abrían y mi cuerpo se incorporaba con brusquedad.

Miré a mí alrededor y todo era oscuro.

Tardé unos segundos en calmar un poco el ritmo de mi corazón y escondí mi rostro entre mis manos mientras las lágrimas salían.

Todo había sido una jodida pesadilla.

Pero se había sentido tan malditamente real, que aún sentía cada poro de mi piel lleno de miedo.