37
― Elena. ―Susurré. Sus ojos marrones me evaluaron con detenimiento y mi respiración era cada vez más pesada y mi vista más nublada.
Todo se volvió negro.
*
― Dian… Dian despierta.
― ¿Q-qué tiene? ¿Por qué se desmayó?
― No pasa nada. No ha dormido bien últimamente, sus defensas están bajas.
Entreabrí mis ojos y luego parpadeé tres veces seguidas. Mi vista se aclaró y pude ver cuatro cabezas mirándome desde arriba.
― ¿Dian? ¿Cómo te sientes? ―Niall me miraba con precupación. Yo fruncí el ceño y me incorporé poco a poco hasta quedar sentada.
― Mareada. ―Dije en voz baja.
― Iré por agua. ―Dohran se levantó y se retiró.
― Pero, ¿ya te sientes mejor? ―Los otros tres chicos estaban enfrente de mí.
― Sí, sí. Ayúdenme a levantarme. ―Pedí y Niall inmediatamente me tomó de los brazos y me puse de pie.
Temerosamente volteé un poco a la derecha y me encontré con los ojos de mi hermana llorosos.
― Dian. ―Dijo con la voz quebrada. Sentí un nudo en la garganta y las lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas. Sin decir nada simplemente me arrojé hacia ella y la abracé como si no la pudiera volver a ver jamás después de ese abrazo.
¿Quién diría que ella seguía viva? Mi corazón estaba lleno de alegría. Fueron noches enteras en las que escuchaba a mis padres llorar porque ella se había ido y yo la extrañaba muchísimo. Ella era mi compañera de vida y el día en que la separaron de mí sentí que se llevaron con ella un pedazo de mi alma.
Y ahora ella estaba aquí, con vida. Sana y salva y yo no podía estar más feliz. Quisiera que mis padres nos vieran en este momento. Que nos presenciaran abrazándonos así y aferrándonos la una a la otra. Estoy segura que papá estaría llorando también. Quisiera que en específico él nos viera. Había sufrido tanto tras la partida de Elena que estaba segura que el día en que yo me había ido su dolor había incrementado.
― Estás viva… ―dije emotivamente con mi rostro entre su cabello cobrizo.
― Sí. ―Dijo con voz quebrada y yo me separé de ella limpiándome las lágrimas y sonriendo. ―Oh, mírate, Dian… ―tomó mis manos separándome por completo de ella para poder evaluarme de arriba a abajo. ―Estás tan grande. Sin duda creciste muchísimo.
― No es para tanto. ―Dije apenada. Recordaba que ella siempre me alagaba en todo lo que podía.
― ¿Que no es para tanto? Pero, ¡mírate! Dejé en casa a una niña de 15 años y hoy eres toda una mujer de 18. Estás preciosa. Te pareces mucho a la abuela. ―Dijo acariciando mi mejilla con su pulgar. Yo reí. No era la primera vez que me lo decían. Desde que cumplí los 16, mamá no paraba de decirme que mi parecido con la abuela era increíble.
― Quisiera decir lo mismo, que has crecido bastante. ―Ambas reímos. Ella seguía igual que la última vez que la vi debido a las alteraciones del clima del planeta Tierra que hacían que las personas nunca envejecieran. Así que ella seguía teniendo 18 años. Aunque en realidad debería tener 21. Volví a abrazarla eufóricamente. ―Ellie, estoy tan contenta de verte. Yo creí que… estabas… Yo pensé que jamás volvería a verte.
― Está bien. Estoy aquí, rayito. ―Dijo acariciando mi cabello. Yo reí.
Cuando tenía 5 años mi hermana de 8 me puso el apodo de “rayito”, pues decía que mis cabellos eran como rayos de sol por su color y su brillo.
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Marked. | fanfic. (libro ahora disponible en amazon)
FanfictionEl año 3020 es un año difícil para la raza humana. Jóvenes de 18 años que nacen "marcados" son obligados a ser enviados al olvidado Planeta Tierra para luchar por su posesión. Entre ellos se encuentra Dian, quien por su falta de habilidad le es difí...