Marked. | fanfic. (libro ahora disponible en amazon)

Miedo.

21

Había algo que aún no me quedaba muy claro de toda la pesadilla que tuve. No era como si quisiera recordarla, por que el sólo pensarlo me causaba escalofríos, pero tenía que hacerlo. Si no lo hacía, ¿cómo sabría porqué la bestia enorme se había convertido en Cameron O'Donell?

Y lo que más me desconcertaba de todo esto era la claridad y nitidez con la que había visto su rostro. Sus ojos verdes me analizaban con cierta burla en ellos, su cabello rizado color chocolate estaba intacto y su sonrisa de autosuficiencia brillaba amplia en su rostro.

Es decir, ¿cuánto tiempo pasé en la Aldea con él estando consciente? ¿Dos días? ¿Tres? Era casi imposible que pudiera visualizarlo tan exacto.

― ¿Dian? ―La voz de Niall me sacó de mis pensamientos y giré sobre mi torso para visualizarlo a mi lado. ― ¿Por qué estás a mi lado?

― Tenía miedo. ― Contesté en un susurro. Él me miró dubitativo.

― Wow, qué ojeras. ¿Dormiste algo? ―Yo negué con la cabeza.

― Te digo que tenía miedo. No quería volver a soñar lo mismo. ―El bostezó y se talló ambos ojos.

― Dian, eso es imposible, nadie sueña dos veces lo mismo. ― El Niall frío y hostil regresó.

― Lo sé. ―Susurré. No tenía ánimos ni para discutir.

*

Después de levantarnos, fuimos a buscar comida y ahí fue cuando sentí el peso de la noche no dormida. Simplemente no estaba rindiendo lo que debería.

― Vamos mujer, ¿por qué tardas tanto? ―Me preguntó Niall que estaba sentado en una rama cuando no podía avanzar en el tronco de un gran árbol.

― Es fácil para ti. Tú sabes escalar, yo no. ―Sólo escuché un gruñido de su parte.

― Quédate ahí, yo te lanzaré la fruta. ―Asentí y bajé lo que llevaba escalado. ―Dios, debo enseñarte a escalar también.

Y durante las dos siguientes horas tuve a Niall diciéndome paso por paso como trepar un árbol sin morir en el intento.

*

Sabía que venía. Era tiempo de enfrentar a los dichosos monos. Pero yo no tenía energía. No quería que alguno de los dos saliera herido. No me arriesgaría.

― Niall, espera...―Dije mientras caminábamos si cruzar una palabra.

― ¿Qué?

― No podemos atacar a los monos hoy. ―Él me miró como si estuviera loca.

― ¿A qué te refieres? Ya nos hemos atrasado suficiente enseñándote como matar. Y si quieres llegar a la Aldea antes de que todos ahí mueran, debemos apresurarnos. ―Yo rasqué mi nuca.

― No dormí nada anoche, Niall. Estoy muy débil y sin energía. No lo lograré así. ―Él resopló.

― ¿Y qué sugieres que hagamos? Debemos seguir, queda mucho por recorrer. ―Yo me tapé la cara con ambas manos.

― No sé. Sólo... detengámonos a que yo duerma un poco y seguimos. Es demasiado temprano y no oscurecerá pronto. ―Niall pareció que iba a protestar, pero algo en su mirada dura cambió y asintió.

― Vamos a la cueva.

Caminamos sólo un poco hasta que encontramos una pequeña cueva, Niall se encargó de quitar las ramas que estaban en la entrada para que pudiéramos pasar.

El se sentó en el suelo y yo rápidamente me recosté sobre la fría tierra colocando ambas manos bajo mi mejilla.

― Niall... ―Susurré.

― ¿Qué pasa?

― Estoy confundida y tengo... miedo.

― ¿Miedo? ―El tono de su voz estaba realmente confundido. ― ¿Miedo de qué?

― Mi sueño. ―Contesté de nuevo susurrando. ―Tengo un presentimiento de que no sólo fue eso. Algo va a pasar. Algo saben de mí y por eso quieren asustarme.

― ¿Quién sabe? ¿Quién quiere asustarte?

― No lo sé. Por eso estoy confundida. ―Él se acercó hasta mi lado y me dio una palmada en el hombro.

― Estás cansada, Dian. El estrés está jugando con tu mente. Descansa.

― ¿Me estoy volviendo loca? ―Esta vez él bajó la mirada y alzó ambas cejas.

―Por supuesto que no. Duérmete ya, Dian. Todo estará bien. ―Yo lo miré por mis pestañas y no parecía bromear, o decirlo sarcásticamente.

Así que cerré los ojos concentrándome en eso: descansar. Porque mi cuerpo y sobre todo mi mente, lo necesitaban. Todas mis fuerzas necesitaban estar concentradas pasar el área de los monos sin terminar herida yo o peor... Niall.