Marked. | fanfic. (libro ahora disponible en amazon)

Arrogancia.

30

Sonreí como una idiota y cuando estuve a punto de contestarle, algo cayó con fuerza entre nuestras piernas.

― Okay, Tarzán y Jane región cuatro ― Claire estaba parada enfrente de nosotros mirándonos con los brazos cruzados, nos había lanzado nuestras armas―, tomen sus armas y vámonos.

― Bien. ―Contesté desganada mientras me sentaba para despabilarme. ―Pero necesitamos comer primero.

― Aquí tienen. ―La rubia lanzo un morral a nuestros pies, lo tomé y saqué lo que parecían ser kiwis.

― ¿A qué hora te levantaste? ―Le pregunté atónita.

― Hace un par de horas. Coman rápido y vámonos, tenemos un árbol que investigar.

Después de que Niall y yo desayunáramos, tomamos nuestras cosas y partimos a la Aldea.

Claire comenzó a contar una historia de cuando aún vivía en el Fuerte a la que no le puse mucha atención. Estaba más concentrada en pensar en lo que pasaría cuando llegáramos a la Aldea y tenía una gran duda asomándose por mi cabeza: ¿exactamente qué estábamos buscando? Estaba consciente de que el Gran Árbol nos revelaría los secretos pero, ¿eso sería suficiente para contestar a todas las preguntas que teníamos? ¿Estaba segura de que quería enfrentarme a lo que había ahí? Leah me había dejado en claro que era peligroso saber esos secretos, y hasta había visto en sus ojos el miedo que la llenaba. Podrían matarnos.

― ¿Qué estás pensando? ―Giré mi cabeza para ver a Niall a lado mío mientras caminábamos al paso.

― Tengo miedo. ―El hizo un gesto que demandaba que le dijera el porqué. ― Pueden matarnos. ―El me miró inmune. ― No sé si lo que buscamos valga la pena como para arriesgar nuestras vidas.

― Dian ―musitó―, el estar en este planeta infestado ya es arriesgar la vida. Y eso ni siquiera tuvimos la opción para decirlo. ―Su mirada se tornó oscura, como si estuviera enfadado. ― Sé el riesgo que estamos tomando, pero si esto es algo acerca de la Aldea y el gobierno teniendo una relación con los Yakatis, no voy a parar. He estado enfurecido con el gobierno desde que me alejaron de mi familia, a mí y a todos lo marcados. Nos merecemos algo más que la resignación.

Yo asentí. Estaba de acuerdo con eso. No era bonito nacer y vivir con la idea de que algún día nos separarán de quienes amamos y sólo nos arrojarán a la muerte.

― Tienes razón. ―Dije al final y él le dio un suave apretón a mi brazo como ánimo.

Después de andar por varias horas, llegamos a la zona del bosque número uno. En la cual se encontraba la gran cueva donde los marcados se refugiaban. Al estar a unos metros de ésta, Niall se detuvo.

― ¿Qué pasa? ―Preguntó Claire.

― Hasta aquí llego yo. ―Dijo con su expresión dura y fría. Yo lo miré incrédula. Tenía que estar bromeando.

― ¿Qué? ¿Por qué? ―Preguntó mi amiga.

― No quiero y no puedo acercarme a ahí. No quiero tener nada que ver con los marcados. ―La sangre hirviendo comenzó a correr por mis venas.

― Uh… ¡Duh! Tú eres un marcado. ―Dijo mi amiga. Yo respiré tratando de tranquilizarme.

― ¿Así que eso es todo? ―Pregunté con rabia expulsando de mi voz. ― ¿Seguirás escondiéndote y viviendo como si nunca hubieses existido? ―El no cambió su semblante.

― Tú sabes por qué no quiero estar cerca de ellos. ―Yo caminé dos pasos hacia él.

― Lo sé, pero no lo entiendo. ―Escupí. ―Acabas de decirme que quieres averiguar todo, quieres acabar con la resignación ¡y es lo primero que haces!