A/N: Este prompt fue escrito en febrero del 2016.
Disclaimer: Los personajes y la trama original de la saga de Shingeki no Kyojin, son propiedad de Hajime Isayama.
—Esto es para ti.
Le entregó una pequeña caja envuelta en un brillante papel de tonalidad verde, adornada de un sencillo listón color marrón. Cogió el empaque entre sus manos, y sus ojos parpadearon por una fracción de segundo, confundido ante la muestra de atención de su compañera de clase extracurricular.
Las mejillas coloreadas y la tierna mirada de anticipación de Petra pasaron desapercibidas en el momento que abrió el paquete, quitando el nudo del listón con meticulosidad, encontrándose con un nuevo pliego de papel más delgado el cual escondía un sutil aroma proveniente de unas golosinas en forma de corazón.
—Ah, vaya.—Musitó el joven de cabellera oscura en su habitual voz, si bien no era común que aceptara algún obsequio y mucho menos en un día tan absurdo como San Valentín, tenía que admitir la calidad del regalo era muy buena. Sus ojos se cruzaron con los de Petra, mientras sonreía con aquella amabilidad tan característica de ella. No existía nada especial ese día para él, a excepción de un paquete en sus manos y una chica de ojos color miel en espera de una respuesta.
—Son semi amargos, hace poco tiempo que aprendí a prepararlos con la ayuda de Nanaba.
—No me gustan los chocolates Petra. —Fue su honesta respuesta, pero comprendió que había cometido un error al notar el titubeo en la sonrisa de la joven. Su subordinada era linda, quizá mucho más de lo que su subconsciente quería admitir. En realidad, no tenía idea de ello, no estaba acostumbrado a este tipo de situaciones y era la razón la cual evitaba entablar relaciones interpersonales. Sin embargo, conocía a Petra desde el año pasado cuando ella ingresó al club de Reconocimiento; era limpia, ordenada y preparaba té en los días de las juntas semanales. Si bien era un poco ruidosa y mandona, especialmente con el muerde lenguas de Oluo—el cual últimamente lo imitaba con intensa devoción— se mostraba gentil y atenta hacia sus órdenes. ¿Cómo no aceptar su obsequio? Eran amigos después de todo.
Pero la intención de ella era especial, y aunque su aprecio quizá no era recíproco, una parte dentro de sí le ordenó que no la lastimara de alguna manera. El resultado fue contraproducente, cruel y descortés.
—En ese caso puedes dejar que Hanji se los quede. —Se limitó a responder, colgando su bolso en uno de sus brazos, su rostro sonriente y simpático como usualmente se mostraba. —Feliz San Valentín, Levi-san.
La habitación perdió aquella luz especial al momento en que la chica se despidió, escuchando las pisadas de sus zapatos escolares desaparecer mientras se alejaba de su vista.
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—¡Leviiiiii¡ ¡Vengo a presumir lo que me han obsequiado! —la voz chillante de Hanji resonó minutos después en el salón, lanzando una amplia bolsa de golosinas y tarjetas en el escritorio con fuerza, dejando caer algunos obsequios de San Valentín al suelo por accidente.
—Vete a joder a otro lado, cuatro ojos. —replicó Levi con amargura, cruzado de brazos en una de las sillas donde se había situado.
—¿Y ahora a ti qué te pasó, enano gruñón?
—Nada, deja de ser tan ruidosa.
—Ya veo. —La mirada curiosa de la extravagante chica notó el paquete de envoltura verde y listón marrón en el escritorio. —¿Y esa caja quién te la dio?
—Petra.
—La bonita y amigable Petra, entiendo. —Cruzó sus largas y torpes piernas al sentarse en una de las sillas cercanas, cogiendo el paquete y abriendo su contenido. Su sonrisa se ensanchó con anticipación al apreciar los chocolates recién preparados. —¿Te los vas a comer, si o no?
—Dame eso. —Levi se adueñó de su obsequio con agilidad, anudando nuevamente con el listón, lejos de las sucias y grasientas manos de su compañera.
—Levi, ¿A ti te gustan los hombres?
—No digas estupideces, Hanji.
—Entonces, te gusta Nifa. —Continuó la chica de cabello desordenado con sus hipótesis, sus ojos grandes y suspicaces ante las posibles respuestas que esperaba recibir por parte de alguien tan huraño como el líder del club estudiantil.
—No. ¿Qué es lo que quieres saber?
—Lo que te sucede es muy fácil. ¡Estás interesado en Petra!
—Eso no puede ser posible. —dijo Levi con cierta pesadumbre. No tenía tiempo para lidiar con ese tipo de situaciones, mucho menos involucrarse con una chica. Petra era especial, pero al final del día era simplemente una subordinada promedio como los demás, y esa barrera que los dividía lo mantenía tranquilo de alguna forma. Pero el delicado rostro y la atractiva sonrisa de la joven de ojos miel y cabello anaranjado apareció en su mente, reviviendo la escena donde le entregó los chocolates al terminar su turno de limpieza semanal, tomándolo por sorpresa.
—Si eso es cierto, ¿Entonces cuál es tu problema? —Hanji se frotó sus labios con su dedo índice, visiblemente entretenida por la situación.
—Le dije que no me gustaban los chocolates.—Replicó el pelinegro con simpleza, momentos después de un largo y embarazoso silencio.
Y Hanji se echó a reír. Tanto, que hasta las lágrimas se le escurrieron por los ojos. Levi le dirigió una escalofriante mirada de recelo y fastidio, que estuvo cerca de retirarse del salón a no ser que su compañera parecía encontrar el resultado a su problema.
—¡Eres un fiasco en el romance! Pero vaya que has caído en la suerte en que Petra es una chica muy comprensiva. —Dijo señalando el obsequio de envoltura verde y listón marrón nuevamente. —Sólo prueba sus chocolates y dile gracias.
Levi no respondió a su respuesta en ese momento, más tomó el regalo en sus manos justo después de que la alocada Hanji se había retirado del salón. El aroma a chocolate se impregnó en su nariz al coger una de las golosinas, masticando en pequeñas porciones el dulce pero agradable sabor a cacao. Definitivamente la chica de cabello anaranjado tenía virtudes culinarias, a pesar de que no se consideraba amante de los alimentos dulces. El chocolate se mezcló con dulzura en sus papilas gustativas, y Levi tuvo que admitir que podía acostumbrarse a ese tipo de detalles...si no fuera un inepto en su forma de expresarse.
Una idea surgió en su mente, por lo que se dirigió a tomar una pieza de papel y un bolígrafo, anotando unas sencillas palabras que cobraron vida horas después, cuando Petra se sentó en una de las bancas del colegio y leyó su contenido con curiosidad. La chica terminó con una sonrisa que irradiaba felicidad, tan evidente que Eld tuvo que preguntarle si se sentía lo suficientemente bien para entrenar.
"Petra,
No soy el mejor con las explicaciones, pero seré breve. Los chocolates te han quedado muy bien. Gracias.
Salgamos a tomar el café un día después de clases.
Levi."
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Universos
RomanceRecopilación de escritos Levi/Petra, distintos universos, mismo fin. (COMPLETO)