"Alquiler"

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Las ideas de Hanji nunca terminaban bien. Lo sabía con certeza desde el momento en que se animaba a confesar alguna problemática de su vida personal, gracias a los constantes fastidios proporcionados por la extravagante responsable del laboratorio y a su constancia de obtener una respuesta a cualquier duda que se le presentase.

Podría decirse que estuvo cerca de negarse en esta ocasión como usualmente lo hacía, y aunque pareciese una estupidez el llevar una vida ignorando las cuestiones personales de los demás, simplemente deseaba mantenerse alejado del caos y los pesares triviales que conformaban al ser humano. Sin embargo, después de pasar varias tardes en compañía de una taza de té junto a la soledad de su habitación, decidió admitir que Hanji tenía razón y que debía hacer algo al respecto.

Porque no habían pasado cinco meses como lo pensaba, sino cinco años desde que ella se había ido.

—Enano, la chica ya se encuentra esperándote en la oficina.

Y su unigénito crecía conforme el transcurso de los años.

—Al fin. —respondió Levi con simpleza, levantándose de su asiento y colocándose en orden la corbata color azul índigo que utilizaba como parte de su uniforme de trabajo.

La pequeña oficina carecía de objetos fuera de lo común, ya que tenía lo necesario para pasar unos pocos minutos dentro de ahí y olvidarse del suave aromatizante de lavanda que indicaba que la habitación había sido dejada en limpio horas anteriores. Su mirada se fijó en una silla de metal la cual incitaba que era el asiento desocupado por la desconocida, y que ella prefería presentarse de frente puesto que se encontraba cara a cara al momento de ocupar su lugar y dirigir su mirada hacia la joven por primera vez.

—¿Levi Ackerman? —preguntó la joven después de un extraño momento de silencio e intentar dar la mano en señal de respeto, al notar que permanecía en el aire sin respuesta al gesto optó por regresarla a su lugar, confundida por la actitud descortés del hombre de cabellos oscuros.

—Tú eres la joven Ral que tres ojos contactó. ¿Cierto?

—Así es. —La miró con detenimiento. La mayoría de su complexión era pequeña, desde su estatura hasta ciertas facciones de su rostro, a excepción de sus ojos los cuales eran muy grandes para su opinión y daban la impresión de reflejarse a sí mismo en ellos, y su cabellera de extraño color anaranjado con rubio descendía con gracia hasta el borde de sus hombros.

El hombre dio un suspiro que parecía indicar aburrimiento, aunque más bien era el reflejo de la carga que sobrellevaba desde hace seis años atrás. Su vida había sido lo suficientemente cruel y trágica para permitir que su único hijo llevase una niñez a base de mentiras y promesas que nunca llegarían, porque si bien su inocencia aún permanecía intacta como la de cualquier infante, el pequeño comenzaba a descubrir que había algo esencial que faltaba, que no existía el olor a pancakes mañaneros como en la casa de Armin o la noble mujer que cosía los botones de la falda de Mikasa en la esquina de la sala en los fines de semana; que no existía un cálido abrazo después de leer un cuento sobre la historia del mundo y lo mucho que necesitaba confesar a alguien que los seres gigantes de los cuentos que le enseñaban en su escuela le aterraban, porque su padre simplemente le diría que no eran reales y que dejara de pensar en historias sin sentido.

—Mi nombre es Petra. —indicó la joven de cabello anaranjado con cierta molestia —¿A qué se debe la importancia de esta reunión?

—Sé que has rechazado tus beneficios de alquiler desde hace varios años, lo cual no es éticamente correcto conforme al contrato y se desconoce la razón principal. —Y estaba en lo cierto, ya que gracias a la motivación de Hanji al leer la correspondencia que nunca prestaba atención, se descubrió el grave error a nivel legal y las consecuencias que podrían presentarse si no se resolvía con la brevedad.

—El dinero ya no es necesario para mí, más bien...—la voz de Petra se suavizó al proseguir —mi padre murió tiempo atrás. Sólo éramos él y yo en la familia, estábamos en quiebra y la paga de mi empleo no era suficiente por lo que ya sabe...tomé esa decisión.

—Aceptar mi esperma voluntariamente y cargar con un mocoso nueve meses a cambio de dinero. —dijo Levi con franqueza, cruzándose de brazos y desviar su mirada hacia la ventana de la oficina por un momento.

—Se dice madre sustituta y fueron ocho meses. —sonrió la joven mujer y Levi tuvo que admitir internamente que era bonita y muy extraña a la vez.

—Debes aceptar el dinero. —ordenó el hombre de cabellos oscuros con voz grave —O estaré en un jodido problema.

—Ya dije que no...

—No me interesa lo que hagas con él, sólo sigue con el estúpido protocolo.

Petra se mantuvo en silencio, pensativa. Sus manos se frotaron con la falda de estampado de flores que portaba, su mirada fija en un punto impreciso del suelo. Seis años atrás su perspectiva se mantuvo enfocada en prolongar la vida de su padre a base de una inusual decisión, más no lo logró. Y ahora que se encontraba frente al hombre que implícitamente aprobó aquella decisión, su mente divagaba en lo solitaria que era su vida y en la extraña necesidad de reencontrarse con el ser que se formó dentro de ella, en aquel abultado vientre repleto de anhelos  y que voluntariamente dejó ir un año después.

Sus ojos regresaron a la mirada del hombre de expresión sombría e impasiva, el cual no mostraba sentimiento alguno durante la conversación, pero su intuición le indicaba que había algo más allá del cual Hanji insistentemente le pidió que aceptara la reunión desde hace meses atrás. Qué persona más extraña.

—Está bien.

—Hay otra razón por la cual estás aquí. —Habló Levi nuevamente al verla asentir ante su orden y un segundo suspiro salió de su boca. Le costaba hablar de ello por primera vez, pero Hanji tenía razón, no era suficiente criar a un hijo solo y mucho menos con las circunstancias que tenía que lidiar y cumplir diariamente. —Eren tiene seis años y ha preguntado por su madre.

—No entiendo. ¿No se supone que...?

—Nifa está muerta como tu padre, Eren te necesita a ti. —le confesó bruscamente y pudo ver cómo el cuerpo de la joven se tornó tenso y su rostro perdió el cálido color proveniente de sus mejillas.

—Lo siento mucho por ti...y por Eren...—musitó con genuina tristeza, aunque no estaba segura si le creyó en ese momento. No conocía a este hombre personalmente, más al pequeño Eren si...el hijo que procreó a cambio de la salvación de su padre, y algo dentro de su naturaleza le indicó que debía ayudarlos, por el bien de sus vidas y el futuro de Eren. —¿Qué es lo que puedo hacer por ustedes?

—Apóyame brindándole el cuidado que necesita de una madre, yo me encargaré de lo demás.

—De acuerdo. —aceptó Petra con obediencia y sus pensamientos se tornaron seis años atrás, en la forma en cómo su vientre creció en el transcurso de los meses hasta llegar a incomodarle al dormir, en las preocupaciones de la salud de su padre por lidiar, en el llanto de un recién nacido que provocó que le salieran las lágrimas aquel día del mes de Marzo y en el rostro sereno de la enfermera contratada para el alquiler el día que tuvo que entregar al pequeño hacia un par de padres anhelantes por formar un familia y que nunca más pudo apreciar el rostro del pequeño desarrollarse en un niño con inocentes sueños por cumplir. —¿Cuándo puedo ir a verlo?

—Hoy mismo. —afirmó Levi con seguridad y pudo asegurar que la mirada que la joven de cabello anaranjado le dirigió era extrañamente familiar y cuál fue su turbación al descubrir que se encontraba en lo cierto, ya que era la réplica exacta de la sonrisa de su difunta compañera seis años atrás, al dar a conocer la noticia de haber encontrado a la madre de alquiler perfecta para el hijo que nunca pudieron procrear juntos.

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A/N: En resumen, otra historia familiar con un enredo poco común donde Petra brinda su vientre en alquiler a cambio de financiamiento para salvar a su padre de una enfermedad terminal, donde Levi al terminar viudo años después decide —gracias a Hanji— ir en búsqueda de la madre verdadera de su hijo por un mejor bienestar.

He de admitir que me ha costado un poco de trabajo plasmar este tipo de ideas a raíz del poco Levi/Petra que hay hoy en día, la falta de una musa y el poco tiempo disponible. Sin embargo, estoy dispuesta a concluir estos escritos y a la vez, acepto todo tipo de headcanon/idea que les gustaría ver escrito.

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