A/N: Los personajes y la historia original son propiedad de Hajime Isayama.
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La nevada que se había pronosticado en el periódico de la ciudad de Trost días previos a las celebraciones de fin de año, se cumplió. El blanquecino color de la nieve y escarcha adornaba la ciudad hasta llegar a las afueras de la región citadina, colindando con el cuartel de la Legión de Reconocimiento y el bosque de pinos gigantes donde generalmente se formaban las expediciones titánicas.
Aquella tarde en el cuartel, había ruido sin cesar ya que muchos soldados habían optado por permanecer en la base de operaciones a causa de la fuerte nevada, aunque basta mencionar que unos cuantos decidieron aventurarse a enfrentar la gélida atmósfera con la finalidad de visitar sus seres queridos.
Para el Capitán Levi no era necesario el tener que salir de viaje a visitar algún familiar, generalmente acostumbrado a permanecer en solitario y a los horrores que la vida; no existía nada mejor que permanecer en la quietud de su oficina y esperar a que sus subordinados regresaran una vez que el ambiente decembrino cesase.
Sin embargo, en esta ocasión no permanecía solo. Al abrir la puerta de la pequeña habitación que el comandante había suministrado como apoyo, se encontró con una pequeña y bonita mujer que cargaba en sus brazos a un ser aún más pequeño que ella.
—Levi— se giró la mujer con una sonrisa —has llegado a tiempo, acaba de abrir sus ojos por primera vez.
El rostro del capitán generalmente era indescifrable, caracterizado por un tétrico aura de frialdad y sin emoción alguna. Las marcadas ojeras en su rostro no eran de mucha ayuda, más en aquel privado momento donde sólo existía la nueva familia —su familia, la expresión del soldado más fuerte y temido se suavizó al encontrarse con el mismo reflejo de sus ojos pero en pequeño.
—¿No es hermoso? Se parece mucho a ti. —dijo Petra cálidamente sin dejar de sonreírle al infante en sus brazos.
Hubiera sido mejor si tuviera tus ojos. Pensó el capitán con vago pesar, el rostro del pequeño era la réplica exacta de sí mismo. La fría mirada azul en sus ojos, la pálida piel y semblante huraño. Más la extraña sensación se esfumó una vez que observó a Petra besar los oscuros cabellos del nene con ternura y su interior se inundó de gratitud. Sólo esperaba que Petra no se sintiese abrumada una vez que el niño fuese expuesto por primera vez a sus compañeros, después de todo nunca bastaba algún comentario fuera de lugar y conociendo a uno que otro imprudente soldado, era probable que sucedería de alguna forma.
—Cúbrelo con otra frazada, que hace más frío allá.—indicó Levi al coger una de ellas las cuales permanecían en el sofá.
—¿Me ayudas a cubrirlo? Ha estado un tanto inquieto hoy y no quiero que sienta nervioso.
Con cierta torpeza, el hombre envolvió al niño con la frazada cubriendo el rostro sin querer, generando que la bonita mujer emitiese una pequeña risa ante su inexperiencia.
—Gracias Levi. —dijo Petra una vez lista para partir, no sin antes besar la comisura de sus labios como muestra de afecto.
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—¡Han llegado los Ackerman! —se escuchó uno que otro murmullo de asombro al ver a la familia ingresar al comedor, por lo que el capitán no pudo evitar rodar sus ojos en fastidio.
—Petra te ha sentado muy bien el descanso, siéntate aquí conmigo. —la escandalosa voz de Hange fue la primera en entablar conversación, más fue interrumpida por la fría mirada del capitán.
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Universos
RomanceRecopilación de escritos Levi/Petra, distintos universos, mismo fin. (COMPLETO)