"Tren"

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Era la hora del té y los pocos rayos solares que lograban entrometerse durante el crudo invierno estaban cercanos a esconder su luz, los cuales desaparecían al divisar una lejana montaña nevada que formaba parte de la cordillera de la región, a treinta kilómetros de las afueras de la muralla María.

Una joven de coletas y mejillas rojizas suspiró enfrascada en sus propios pensamientos, dirigiendo su mirada al invernal paisaje que sus ojos reflejaban a través de sus vistosos ojos verdes, la manera en que las majestuosas montañas habían sido construidas a una magnitud escalar tan inmensa y en cómo habían sido revestidas por el blanquecino color de la nieve, recordándole al limpio color de las palomas que cuidaba con cariño cuando era una pequeña niña de ocho años a falta de muñecas de tela y estambre que nunca pudo adquirir.

—Isabel, no desperdicies el té. —dijo uno de sus compañeros de compartimiento mientras abría la antigua tetera de porcelana y el suave humo proveniente del líquido ayudaba a climatizar el frío de la pequeña habitación provisional.

—Está muy caliente, no me gusta.

—No lo voy a regresar a la tetera. —replicó Farlan con seriedad, pero tal fue la mueca de disgusto de su compañera que no tuvo más remedio que quitar la vieja taza de la mesa y beber el té que había sido despreciado. Remilgada, no pudo evitar pensar.

Los cálidos ojos azules del joven de cabello rubio se fijaron en la ventana por un momento. El trayecto en tren era largo e incluso fatigoso para muchos, pero ellos ya se encontraban lo suficientemente acostumbrados a sobrellevar exhaustivos viajes. Lo importante era pasar desapercibidos ante el mundo alrededor de ellos y no brindar información de dudosa procedencia que fuese sencilla de malinterpretar. Más ellos sabían lo que hacían. Sólo faltaban menos de diez kilómetros para llegar a la siguiente estación y después reanudarían su camino rumbo a las tierras de Marley para entregar lo acordado y ser finalmente libres.

—Levi, estás muy callado. —giró su rostro en dirección al hombre que se encontraba a su lado, el cual meditaba en silencio. —¿No te agradó el té?

—El té está bien.

—No lo molestes, lo más probable es que esté pensando en la linda chica del vagón vecino. —los dientes de Isabel se mostraron a raíz de una pícara sonrisa, la cual aumentó al encontrarse con la turbia mirada que el hombre de cabello oscuro le dirigió ante su respuesta, recordando el suceso de encontrar a su callado hermano mayor conversando con una bonita joven a las afueras del vagón horas anteriores, donde aquella escena le permitió echar a volar su extravagante imaginación.

—¿Hablas de la joven de cabello de zanahoria? Está muy guapa, sólo que uno de sus compañeros parece seguirla todos lados. —indicó el rubio como si fuera un hecho y tuvo que admitir que la imagen de aquella muchacha agradeciendo con amabilidad al haberla ayudado con parte de su equipaje al inicio del trayecto, se le había cruzado un par de veces en su mente.

—¡Entonces a ti también te gusta! —exclamó Isabel en asombro, arqueando sus cejas en señal de alarma y probablemente en molestia.

—¿Por qué hablas en plural? Levi no ha dicho nada al respecto...

—¡No cambies el tema!

—Cierren la boca. —Levi se levantó de su asiento en un impulso, ocasionando que sus compañeros le mirasen con perplejidad. Se dirigió con sigilo al borde de la puerta del compartimiento e hizo una señal de silencio con su dedo índice para que permaneciesen callados. De pronto, sus ojos parecieron se tornaron sombríos ante lo que trataba de asimilar gracias a su percepción aprendida a lo largo de largos y complicados años. —Disparos.

El tren pareció cambiar de dirección y acelerar su velocidad en cuestión de segundos, ocasionando que Isabel fuese impulsada al lado contrario de su asiento. Fue ayudada por su Farlan, el cual cogió el morral donde se encontraba lo necesario para huir, pero tal fue su sorpresa al comprender que no quedaba mucho tiempo antes de que el tren colapsara en una explosión.

El aroma a gas era palpable en la atmósfera, el hombre de cabellera oscura corrió ante el humeante pasillo y los gritos de confusión de los ocupantes en búsqueda de la razón por la cual el tren se encontraba en esa situación. La guerra entre las murallas y Marley estaba cerca por estallar, por lo que se encontraban en tiempos complicados y para Levi, era la causa más lógica de la situación que enfrentaba. Sin embargo, había otra cuestión que no le dejaba en paz desde que había ingresado al tren junto con sus compañeros días anteriores. Alguien les estaba siguiendo y no entendía cual había sido el momento de debilidad que sucedió para haber logrado llamar la atención de un infiltrado.

Llegó a la puerta final del tren, donde las maletas de carga pesada eran resguardadas. Pateó la puerta con furia al notar que ésta se encontraba bloqueada, ésta se quebró ante la inhumana fuerza proveniente del hombre y sintió el frío calarle en el rostro.

Divisó a Isabel y a Farlan que se acercaban a lo lejos, sintiendo un alivio muy dentro de sí al encontrarlos con vida. Más alguien les acompañaba y pocó necesitó para descubrir su identidad.

—Levi, tenemos que ayudarla. Nos siguió hasta desmayarse durante el trayecto. —explicó Isabel con genuina preocupación, nerviosa ante el desconocido abismo que se avecinaba en cuestión de segundos.

—Es una desconocida. —dijo Levi con desaprobación al ver a aquella joven de cabello anaranjado reposar inconsciente en la espalda de su compañero.

—¡Deja de decir estupideces y haz algo bien por una vez! —exclamó Farlan con desesperación y Levi no pudo evitar sentir cómo un temblor movía el vagón, por lo que tomó a la joven, cogiéndola en sus brazos y le dirigió una última mirada.

En aquel momento recordó muchas cosas que nunca había vivido pero a la vez ; en una prostituta que yacía muerta en una habitación y él se encogía en la esquina ante el hambre y el frío, en extensas noches y días de hurto, en un señor que le abandonó, en una taza de porcelana que caía hacia el piso y se quebraba en centenares de seres gigantes devoradores de seres humanos, en una guerra, en compañeros que perdieron sus vidas a lo largo de batallas, en sacrificar al mejor reflejo de la búsqueda por la libertad a cambio de un grupo de jóvenes anhelantes por vivir, en el aroma a la sal proveniente del mar que le disgustaba, pero sobre todo en aquella joven de ojos ámbar y cabello como la zanahoria que a la vez brillaba como el dorado del sol y Levi pudo sentir que una carga en su vida se aligeró, porque había salvado a aquella joven mujer que una vez no pudo y el cual se había lamentado por el resto de su vida como el soldado más fuerte de la humanidad.

Porque la conocía.

Porque no había llegado tarde.

Y después, el tren estalló.

A/N: Siempre he tenido una fascinación por los trenes. Este prompt está inspirado en el accidente del tren de Ufa que sucedió en Rusia en el año 1989, al igual que en el tren transiberiano de Rusia. También Isabel y Farlan forman parte de esta historia ya que ellos también merecen ser recordados y creo que hubieran tenido una buena dinámica con Petra, a pesar que ella no habla mucho en este capítulo pero que es parte de la trama, y quien sabe, me agradaría en algún futuro ampliar este capítulo en unos más extensos para brindar más detalles.

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