Capítulo 16

14.6K 867 27
                                    

Aunque Dominic trataba, no podía dejar de ver a la mujer que estaba de pie junto a una de las camillas a unos cuantos metros de donde estaba él, atendiendo a varias personas que estaban alteradas por lo que acababa de ocurrir y parecía tan serena, para nada comparado con la frágil chica que se había derrumbado en sus brazos cuando fueron encontrados por los policías. Estaba totalmente pálida y la sonrisa que ofrecía a los pacientes era algo forzada y tensa, pero aun así invitaba a mantener la calma. Ya se había cambiado el uniforme manchado de sangre por uno limpio, pero se había vuelto a ensuciar debido a un paciente, un adulto mayor que no dejaba de agarrarla de la gabacha con las manos cubiertas de sangre, clamando atención, pero a ella no pareció preocuparle eso.

A él le habían hecho unos puntos en el brazo y aparte de algo de fiebre y una leve infección, todo estaba en perfecto estado al menos con él, ya que solo en esa sala de emergencias había decenas de personas preguntando por sus familiares, llorando desconsoladamente por la pérdida de sus seres queridos. Era algo terrible de presenciar. En más de una ocasión pudo sentir la mirada de la bella rubia de ojos verdosos, posados en él y este solo le ofrecía un asentimiento con la cabeza a lo cual ella desviaba la mirada de inmediato.

Sintió un peso enorme en el bolsillo de su pantalón, donde tenía guardado el anillo de compromiso que la chica había arrojado al suelo poco más de una hora atrás en ese cuarto diminuto. Iba a devolvérselo apenas salieron del lugar, pero ella de inmediato corrió a buscar ayuda para él y a la jefa de enfermeras para contar lo ocurrido con el muchacho que respondía al nombre de George.

Al parecer el chico que había muerto en presencia de ellos y los otros dos médicos que murieron en un quirófano mientras operaban a un hombre, eran muy querido por ella y por el miembro médico ya que todos estaban conmocionados por su repentina muerte, varias enfermeras y doctores lloraron sin ningún tapujo al enterarse de la triste noticia, pero tan pronto como aquellas emociones aparecieron en ellos, se esfumaron como por arte de magia y todos volvieron a sus trabajos a seguir resolviendo ese caos.

Dom tenía que aceptar que estaba horrorizado por lo acontecido, ¿quién podía imaginarse que en un hospital unos dementes entraran a matar personas, así como si nada? Por lo que se escuchaba entre los cuchicheos de pacientes, visitantes y el reporte preliminar de la policía, en el lugar, quienes habían ocasionado todo eso fue un grupo de hombres que habían llegado al hospital en búsqueda de unos pacientes que recién ingresaban a emergencias y al primero en atacar fue al oficial de seguridad que estaba de guardia, luego dispararon a sus anchas, impactando a diez personas en total, incluidos el amigo de Axel y al mismo Dominic. Gracias a Dios este solo resultó herido en el brazo. Pero había cuatro personas muertas, seis heridos y varios en estado de shock por lo acontecido.

Jamás se había detenido a pensar como era trabajar en un hospital y dedicar prácticamente todo el tiempo a cuidar de otros. Si eso que pasó en ese hospital hubiese ocurrido en alguna empresa, oficinas o cualquier otro lado, estaba seguro de que todos los empleados habrían sido dados de baja en el trabajo, se irían a sus casas a tratar de recuperarse del trauma que algo como eso ocasionaría en ellos pero en un hospital era completamente distinto, el personal médico no podía darse el lujo de tomarse ni cinco minutos de luto por sus colegas fallecidos porque un hospital no podía paralizarse de esa manera ya que habían vidas que dependían de cada uno de los involucrados minuto a minuto. Todos corrían de un lado a otro para procurar el bienestar de los pacientes.

Dom se sintió tan orgulloso de Axel en ese momento, había llorado, como cualquier persona en las mismas circunstancias, pero ahora estaba recompuesta y ayudando, a como siempre quiso. Lo había logrado.

Observó ingresar al lugar a su hermano —quien andaba en silla de ruedas— en compañía de Christina, ambos estaban más pálidos que de costumbre.

Regresa a mi Lado✔ (Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora