Capítulo 2

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Axel maldijo en voz alta cuando volvió a escuchar el timbre de su casa sonar. Ya lo había escuchado con anterioridad, pero había decidido ignorarlo a propósito. Quería dormir por tiempo indefinido y quien fuese que estuviese fastidiando se las vería con ella y su mal humor.

Estaba segura de que no había dormido ni una hora desde que llegó del trabajo. Se arrepentía enormemente haber pedido el turno nocturno durante ese mes completo.

Arrastró los pies fuera de la habitación, se dirigió hasta la puerta y abrió mostrando su mejor cara de fastidio.

— Dios mío. ¿Te moriste y estoy viendo a tu cadáver deambular?

Axel se recompuso al ver a su hermana, Isabella en la puerta de la entrada con una gran bolsa con unos recipientes sobre las manos.

¿Qué rayos estaba haciendo Bella ahí, justo en ese momento?

— Pasa —dio un paso atrás para darle espacio a su hermana de que entrara a la casa—. ¿Qué estás haciendo aquí, Bells? —Axel siguió a su hermanita menor hasta la cocina y la observó desenvolver lo que traía en las bolsas.

— Traje espagueti para ti, solo por eso atravesé casi medio país —respondió la chica de cabello castaño oscuro y largos, con sarcasmo. Frunció sus gruesos labios y sonrió sin ánimos.

Axel apoyó la cabeza en la isla y el frío del granito le incómodo. No quería hablar de ese tema, cada vez que lo recordaba sentía que la sangre le hervía y el coraje le hacía sentir impotente nuevamente.

— ¿Cómo te enteraste de esto? —preguntó Axel. Se dirigió hasta donde estaban las cacerolas con espagueti, salsa y pan de ajo. Se veía delicioso.

— Bueno, no fue gracias a ti —Bella tomó dos platos del estante y se sentó en la silla libre junto a su hermana mayor-. Josh me llamó anoche y me contó sobre la bajeza que hizo. Me pidió que hablara contigo. Tiene la estúpida idea de que tú me escuchas y sigues mis consejos.

Bella sirvió la comida y le ofreció un plato a Axel para que comieran juntas.

— ¿Cómo estás, Axel? ¿Qué piensas hacer con todo esto?

Axel se llenó la boca con comida para así evitar contestar.

No tenía la más mínima idea de que hacer. Su ex futuro marido había sido un imbécil y la había dejado a la deriva con cientos de planes que habían hecho juntos.

Los ojos se le llenaron de lágrimas y continuó comiendo para ahogar el llanto.

— Axel...

— No hables, Bella... Déjame comer en paz —logró articular con la boca llena de comida.

Llevaba casi una semana viviendo sola y se sentía terrible, echaba de menos a ese idiota a cada segundo, extrañaba las conversaciones que tenían por el móvil de horas y horas cuando no podían verse por días incluso, debido al trabajo, extrañaba que llegara de sorpresa al hospital para hacerle una visita fugaz, extrañaba las horas que pasaban en el maldito sofá de la sala viendo películas en la televisión porque estaban tan cansados que no querían poner un pie fuera de casa, extrañaba sentir su cuerpo sobre el de ella y todas las promesas que soltaba cuando hacían el amor. Extrañaba ser feliz.

— Si quieres llorar, hazlo —la voz de Bella la sobresaltó y la hizo tragar con fuerza la comida que llevaba masticando un buen rato.

— No pienso llorar, Bella. No volveré a llorar por ningún hombre. Ninguno vale la pena —se limpió la nariz y calmó su ataque de nostalgia.

— ¿Hay algo en lo que te pueda ayudar? —insistió Bella, cambiando su semblante. Parecía decepcionada.

Axel sabía en qué podía ayudarla su hermana exactamente y era en algo que ella llevaba planeando hacer desde días atrás y no se había atrevido a hacer.

Regresa a mi Lado✔ (Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora