Capítulo 12

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Dom no podía apartar la mirada de la mujer que estaba de pie justo frente a él. Era una mezcla entre lo que ya conocía y lo que desconocía. Casi todas sus facciones y gestos aniñadas habían desaparecido, ahora todo lo que veía era a una mujer completamente distinta a la Axel que alguna vez conoció.

No pudo evitar el extraño deseo de acercarse a ella y volver a sentir el contacto de su piel, aunque solo fuera por un segundo, deseaba saber si su aroma seguía siendo el mismo o si eso había cambiado con el tiempo al igual que ella.

La sorpresa que reflejaron sus ojos ante la peculiar forma de saludo no la pudo ocultar, se había ruborizado por completo y por esa fracción de segundos, volvió la muchacha de veinte años que había conocido y que se ruborizaba por absolutamente todo, pero en esta ocasión ella no agachó la cabeza sino más bien se recompuso casi de inmediato y volvió a poner esa mirada fría con la que ya se estaba familiarizando.

- Lamento si te hice esperar mucho y lamento el estado en el que me encontraba hace un rato – dijo ella, luego de sentarse en la silla desocupada frente él.

- No hay problema.

La verdad es que llevaba en ese lugar desde que se despidió de ella en ese parque, no podía irse al hotel porque sentía que los nervios iban a acabar con él, así que decidió esperarla todo ese tiempo en el café que ella había propuesto.

Había sido toda una sorpresa toparse con ella en ese bar al que había acudido por sugerencia de su cuñada y en el cual le había dicho que había buena música, lo cual fue una completa mentira.

Llevaba varias horas desde que había despertado de una resaca terrible debido a la noche anterior y no podía dejar de pensar en las estupideces que había estado planeando. Vengarse. ¿Acaso era un chiquillo de secundaria? Era una idea completamente estúpida.

Desechó todas esas ideas, pero se quedó pensando acerca de lo que Christina le había dicho. Hablar con Axel, sabía que ambos se debían una charla, pero temía que de algún modo las cosas entre ellos empeoraran. No quiera regresar a casa sintiéndose peor de lo que ya estaba.

Cuando la vio salir del bar sin compañía se preocupó porque se le notaba las copas que traía encima y sin pensarlo dos veces la siguió a una distancia prudente para que esta no lo notara. No se esperaba que entrara a ese oscuro y sucio parque infantil, así que temió por su seguridad.

Al escucharla llorar se sintió mal por estar espiando, aunque se decía así mismo que era por su propio bien. De espaldas parecía una persona derrotada, justo como se veía él en ocasiones y decidió que debía aprovechar ese momento para hablar con ella. Era ahora o nunca. Si lo mandaba al diablo, al menos sabría que lo había intentado, pero se sorprendió cuando ella aceptó su petición sin mucha renuencia.

No sabía se sentirse aliviado o más preocupado.

- ¿Cómo has estado? Han pasado varios años ya – fue lo primero que acertó a preguntarle.

- Sí, demasiados. Estoy bien, ¿y tú?

- Bien. Trabajando.

Ella asintió con la cabeza y se le notaba que estaba muy incómoda y no era la única.

- He pedido un café para ti, espero no te moleste – informó él cuando el mesero se acercaba hasta donde ellos se encontraban. Sabía que le gustaba el café, la veía en el hospital tomar café a todas horas.

- Gracias, pero no era necesario – Axel se frunció los labios en señal de nerviosismo. Dom sonrió sin querer. Aún conservaba ese gesto –. ¿De qué querías hablar conmigo? – preguntó sin más preámbulo.

Regresa a mi Lado✔ (Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora