"Sigue avanzando, Axel y finge que no lo reconoces"
Esas palabras sonaban fáciles en su interior, pero su mente y su cuerpo no parecían querer cooperar. Estaba clavada al suelo como una maldita estatua, viendo directamente a los ojos del hombre al cual tenía seis años de no saber nada en lo absoluto.
Estaba bastante cambiado, tampoco es que no fuese a reconocerlo con solo verlo, pero ahora estaba mucho más corpulento que antes, su cabello alborotado había desaparecido y en lugar apenas había una fina capa de este, tenía una barba y bigote bastante crecidos, pero lo que jamás iba a poder cambiar eran esas bellas esmeraldas que tenía por ojos, era los mismos ojos que recordaba.
Axel sentía el corazón a punto de detenerse y cada fibra de su ser se erizó y no estaba segura a que se debía, si al miedo o al enojo.
Estaba más que consiente del porqué de la presencia de ese hombre en su lugar de trabajo, pero aun así no pudo evitar sentirse amenazada.
Se había jurado a si misma tantos años atrás que si en algún momento llegaba a reencontrarse con ese hombre no iba a permitir que viera cuanto había afectado su vida, que se mostraría a sí misma y a él que ya había superado esa etapa de su vida, pero del dicho al hecho...
Él la estaba estudiando, de pies a cabeza, justo como lo había hecho en el pasado, con una mirada llena de desconfianza y Axel se molestó consigo misma al tener sentir vergüenza de verlo. Ella no había hecho nada de lo cual tuviese que sentirse avergonzada, en todo caso ella debería ser la que lo estuviese retando con la mirada a él y no viceversa.
Volvió a levantar sus defensas que se habían caídos por unos segundos y con toda tranquilidad, continuó su camino, sabiendo que la estaba observando ya que podía sentir su mirada clavada a sus espaldas.
"Así se hace, Axel", se felicitó a si misma cuando supo que se había perdido de su mirada inquisitiva.
Tocó con los nudillos la puerta del consultorio del médico y este le indicó que pasara.
- Todo está listo para sus chequeos -logró decir en aparente calma. No podía creer que ese sujeto siguiera afectándola después de tantos años.
- Gracias, Alwood. ¿Todo en orden? Esta pálida.
Axel solo pudo asentir con la cabeza y salió del consultorio a toda prisa y tomó otro camino para llegar hasta su siguiente paciente.
No quería toparse nuevamente con él en los pasillos.
Pasó las siguientes dos horas entre brincos y sobresaltos al escuchar cuando las puertas de las habitaciones se abrían, su corazón palpitaba con mucha más fuerza al imaginarse a Dominic Bryce entrando y lanzando maldiciones e improperios como en el pasado.
Se regañó a sí misma en más de una ocasión al ver el estado de histeria en que la ponía ese sujeto. Ella ya no era una chiquilla que agachaba la cabeza ante acusaciones sin sentido y mucho menos era la chiquilla que había perdido la razón al enamorarse de un hombre que jamás confío en ella y que terminó rompiendo su alma entera.
- Alwood -la voz de Mariane, la trajo de regreso a la realidad y le prestó atención a su jefa.
- Sí, jefa.
- ¿Cuánto falta para la segunda ronda? -la mujer estaba cruzada de brazos y con cara de pocos amigos.
- Diez minutos -informó ella, luego de revisar su móvil.
- Trata de descansar un poco, te ves terrible -le ordenó la mujer.
Axel no quería descansar, lo que realmente quería era que Dominic Bryce se marchara de ese hospital cuanto antes para que ella pudiese continuar con su vida.
—Mejor me pongo de inmediato con la siguiente ronda —se levantó de la silla y se posicionó junto a Mariane. Se sentía resguardada con la presencia intimidante de su jefa. Al menos ella no permitiría que armaran un escándalo en el hospital.
Salieron a los pasillos de emergencias y no pudo evitar rebuscar con la mirada a ese sujeto, pero al parecer sus plegarias habían sido escuchadas y no lo vio por ningún lado por lo que restaba de la madrugada.
Se había enterado por el doctor que atendía el caso de Richard, que este tenía una fisura en la columna, pero hasta que no despertara de la anestesia no sabrían a ciencia cierta hasta qué grado era delicado su estado. Todo podría ser solo unos cuantos días de reposo de parte de Richard o incluso terapia por tiempo indefinido.
Le hizo saber a Christina de la situación de su novio y esta pareció más preocupada que antes y con justa razón.
— Ve con él, Axel. No lo dejes solo —le pidió Chris, mientras sus ojos oscuros se cerraban debido al cansancio por permanecer toda la madrugada despierta a la espera de noticias.
— Descansa, Chris —fue todo lo que dijo Axel, saliendo de la habitación de su amiga y dirigiéndose hasta la ventanilla de información. Entregó todos los expedientes de los pacientes a los que había hecho guardia y se despidió de Lawrence, el encargado del área.
Estaba cansada y deseaba llegar a casa para darse una muy merecida ducha y unas cuantas horas de sueño, pero primero quería despedirse de Richard, aunque este siguiera inconsciente.
Ingresó a la habitación que ocupaba Richard y se sorprendió de no ver a la señora Bryce al lado de su hijo, pero imaginó que debía estar descansando un poco luego de pasar toda la noche en una incómoda silla de hospital.
Se acercó a la cama del hombre y se agachó hasta quedar a la altura de su rostro.
— Vamos Richard, debes despertar pronto —le susurró cerca de la oreja—. Chris se está volviendo loca por no tener noticias acerca de ti y de paso me está volviendo loca a mí. Hay tantas cosas que debo decirte y necesito tus consejos.
Apartó unos cuantos cabellos de la cara de Richard y su piel estaba tomando más color.
Un pequeño quejido salió de la boca de Richard, y Axel tuvo que acercarse un poco más a él para asegurarse de que no se trataba de una mala pasada de su cabeza.
— Ch... Chris...
La mujer sonrió al escucharlo hablar y besó la coronilla de la cabeza de su amigo.
— Chris está bien, Richard —le tranquilizó Axel de inmediato—. ¿Puedes decir algo nuevamente? —le pidió ella.
— Mi ...culo...siento...calambres.
Axel se carcajeó ante la expresión del hombre y tocó el botón para que algún médico llegase hasta la habitación.
— Deberías estar contento de sentir esos calambres en el culo, Richard —Axel le acarició la cabeza y el hombre sonrió apenas.
— Axel... ¿me juras...Chris está bien?
— Ella está muy bien. Ahora deja de moverte que un médico vendrá en seguida a revisarte.
— ¿Qué pasó con...tu boda?
— Hablaremos de eso más adelante.
Axel no quería hablar en ese momento de nada relacionado con su boda y se sintió salvada cuando escuchó la puerta de la habitación abrirse, pero su alivio duró muy poco al ver a las personas que acababan de ingresar.
¿Por qué todo tenía que pasarle a ella?
![](https://img.wattpad.com/cover/82331633-288-k696073.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Regresa a mi Lado✔ (Parte II)
RomantizmSegunda parte de "Quédate a mi Lado" Axel y Dominic, luego de seis años y de continuar sus vidas por separado, ambos tiene planes muy distintos. Pero un acontecimiento inesperado hizo que ambos se reencontraran y los sentimientos que creían exti...