Noche tormentosa.
La lluvia enardecida caía por toda la nocturna y escalofriante ciudad, sin embargo eso no lograba dar pausa a todos los crímenes que estaba acostumbrada y menos de aquellos vigilantes que juraron protegerla a toda costa, y eso significaba sacrificar sus vidas, lo harían.
Entre los techos de un edificio de departamentos se encontraban dos figuras féminas escondidas entre la oscuridad, que llevaban unas largas tres horas rondando por el area. Empapadas hasta la médula, y con los nervios y adrenalina corriendo por sus venas; lograron divisar muy a lo lejos las figuras de tres personas pero solo dos de ellas les interesaban, el caballero de la noche junto a su fiel petirrojo. El dúo dinámico estaban persiguiendo a un ladrón, que inútilmente trataba de huir.
A pasos rápidos, las dos chicas persiguieron al dúo de héroes (a una distancia moderada) hasta un callejón cerrado donde vieron como el pequeño petirrojo se lanzaba a golpear al pobre criminal, que antes de ello se había rendido al ver que estaba atrapado. La pelea no duró mucho hasta que Batman, separo a su compañero para luego esposarlo y dejarlo a los policías su custodia. Mientras que, desde la azotea del edificio de enfrente se tomaban un par de fotos antes de retirarse del lugar por precausion.
—¿Y si volvemos a casa, ya?-preguntó con cansancio una de las chicas. Que se quitó la capucha de su suéter mostrando a una chica de rasgos españoles (y de cabellos rubios y ojos castaños), su compañera le miro sin comprender- Tenemos clases y una prueba mañana, sin contar que no quiero pescar otro resfriado. ¡Además ya tenemos todas las fotos para el periódico de la escuela!-acuso con molestia la rubia.
—Solo una foto más, y nos vamos-pidió con suplica la otra chica, a la pelirrubia que refunfuñó-¿Haré lo que tú quieras?-siguió insistiendo la de menor estatura. Recibiendo un suspiro de resignación.
—Bien,.... ¡Pero te apuras!-le ordenó a su compañera, la cual dio saltitos de alegría mientras guardaba la cámara digital en una pequeña mochila cruzada que llevaba consigo.
Bajaron con cuidado por las escaleras de incendio, teniendo gran descuido en el ruido pero al ser el sector de edificios comerciales podían tomarse con tranquilidad el caminar por los alrededores. Mientras bajaban de las escaleras, la menor del dúo se deslizó de los escalones de metal a causa de la lluvia; esta estuvo a punto de caer de 3 metros de altura de no haber reaccionado y haberse agarrado de la baranda y solo se quedó suspendida en el aire, lastimosamente en ese movimiento brusco termino hiriéndose el antebrazo derecho, su amiga llego a ayudarla a subir devuelta a las escaleras y termino de cambiando de idea (sobre ir a tomar una fotografía más), al ver a la otra chica en peligro solo por un descuido. Con decepción acepto la otra, como también no quería preocupar y enojar aún más a su amiga.
Tardaron una hora llegar a su vecindario de clase media, donde se encaminaron a la casa de la rubia donde con anterioridad había dicho a sus padres que se quedarían a dormir. Entraron por la puerta trasera y a paso lento y silencioso intentaron adentrarse al hogar, todo iba tan bien hasta que las luces de la sala de estar se encendieron y en uno de los sillones de esta se encontraba una señora de avanzada edad con una mirada sería y de pocos amigos dirigida a las dos chicas; pero esta cambio al ver la sangre de las ropas de un de ellas y el torniquete improvisado para frenar el sangrado de la herida, sin mediar palabra sentó a ambas chicas y curo a la herida sin dejar de regañarlas.
—Salir a las calles y tomar fotos para más tarde regresar heridas-siguió con su sermoneo la señora mayor,mientras daba un par de puntadas en el brazo herido, con cierto cuidado a pesar de su enojo a las menores. Mientras, las dos chicas se quedaban calladas para no hacer más grande el problema-, y luego que sigue: ¡¿Robar autos, nadar con vagabundos?!-enfatizando y dando por terminando su trabajo, y vendando la sutura.
—Señora Astilleros, fue mi culpa. Raizti, solo me ayudó de una caída inminente-comentó la herida, que gracias a la luz de la sala mostraba rasgos hispanos y piel clara (de cabello castaño y ojos avellana), que se refería e intentaba demostrar la inocencia de su amiga de cabellos claros. La señora miro con desconfianza por unos segundos, y minutos después jalarle las orejas a ambas chicas.
—De todos modos, señoritas están castigadas-dijo con seriedad. Comenzando a caminar sin soltarlas en ningún segundo, obligando a ambas a caminar con una que otra queja de dolor hasta la habitación de la rubia, donde las soltó finalmente- ¡Ahora a la cama! Tienen prohibido a salir, televisión e internet-termino cerrando de un portazo la habitación.
En la habitación, las dos chicas se miraron por un rato para más tarde arreglar el lugar donde dormiría la castaña, que era en el suelo encima de una colchoneta que habían sacado con antelación de uno de los cuartos de huéspedes. En eso la invitada, se sentó en el suelo con una mueca de dolor por sus piernas lastimadas y dijo entre dientes:
—Demonios... y mañana me toca gimnasia-suspiro para luego recibir un almohadazo en el rostro, propinado por Raitzi aún resentida por el regaño de su abuela-. ¿Porqué tengo una suerte de mierda?-pregunta al aire y luego recibiendo un segundo golpe de la almohada- ¡Ya entendí que estas enojada conmigo, pero no abuses!-
—¡Lo haré, por qué me castigaron por tu imprudencia!-se defendió la otra chica con claro enojo, y alzando la almohada entre sus manos dispuesta a dar otro golpe- Es la cuarta vez en la semana que casi nos caemos de los tejados, ¿Hasta cuándo seguiremos con esto, An?-inquirió con seriedad a la castaña.
—Ya te dije que es una investigación, no podemos dejar pasar ninguna oportunidad. Solo son los riesgos del trabajo, al fin y al cabo-explicó An con el mismo tono serio que su acusadora, y ya importándole poco si le volvían a golpear con el mismo objeto. Raitzi, suspiro resignada pero siguió insistiéndole con la mirada que le respondiera su pregunta-. Tres días, y esto dará por finalizado, ¿Vale?-
—Vale... -afirmó casada, para acostarse en su cama y al poco tiempo le siguió la misma acción An, desde la colchoneta pero con más precaución para no lastimarse más el brazo recién curado.
La lluvia aún azotaba el lugar, pero solo se convirtió como un arrullo para ambas chicas que cansadas tanto física como mentalmente por la agitada noche que llevaron, y les esperaba un día largo por la mañana.
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¿Qué podria salir mal...? [Pausada]
Fanfiction"¿Por qué... ?" Esa era la pregunta que siempre se formulaba en el día a día de ambas chicas, que siempre buscaron respuestas a todas sus incógnitas, pero ahora se darán cuenta que ese mal hábito suyo las llevara a la perdición o...