Capítulo XXXII

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Te extraño.

Veía los copos de nieve caer lentamente a su alrededor, tenía frío era cierto por estar mucho tiempo fuera en este clima pero prefería estar lejos de su hogar, lejos de la alegría familiar que había en esos momentos, sentía que no encajaba con él.

Está allí en la cima de la torre Wayne, viendo todo a su alrededor con indiferencia porque era como un día de vacaciones sin cero criminalidad ni nada. Dio un suspiro viendo como el vapor su aliento se formaba y esfumaba al poco tiempo, miro al cielo nocturno sabía que era una estupidez el hacer aquello, pero una parte de él tenía la vaga esperanza que quizás tan solo quizás le escucharía aunque no pudieran responderle pero lo escucharía.

—<t-t> Apuesto que ahorita, me estarías riñendo por estar lejos de la mansión-comenzó a decir con burla. Mientras se recargaba en una de las gárgolas y se cubría con la capa buscando un poco más de calor-, después estarías teniendo una pelea tonta donde terminaríamos, ya sea por qué Padre nos encuentre o el tuyo lo haga antes. Nos ganaríamos un buen regaño y castigo, pero sin importar que estarías allí, enojado conmigo pero estarías allí-murmuro lo ultimo con anhelo y un profundo deseo que eso se cumpliera.

Siguió en aquel lugar hablando a la nada, desahogándose de todo y por todo. Soltando risas al aire, o escupiendo insultos y maldiciones por qué Grayson se comportaba como una chica regluda y dramática solo porque Bárbara le deja ignorado, o cuando Todd le jugó la broma de pintarle el cabello y se tardó un día entero para volver a su pelo moreno normal, o como Drake se puso histérico solo por qué Titus entró a su habitación y la destruyo toda a su paso. También le contó sobre el nuevo equipo que formó, y todo los altibajos y subidas que tuvieron para que lograran funcionar como se debía y jactándose el perfecto líder que era en esos momentos. Sin embargo, la medianoche había llegado y el adolescente se había quedado sin más palabras, sin saber que más contarle al viento solo mirando al vacío y preguntándose si sentiría el dolor al estrellarse contra el pavimento antes de morir, o no sentiría nada.

—Jon...-murmuro muy bajo, por fin rompiendo el silencio del lugar- Lo lamento, de verdad...-pidió disculpas, solo sintiendo el viento helado asolaparlo en su soledad y tristeza- Fue mi culpa, mía y solo mía. Sin tan solo yo, hubiera sido más rápido y anticipado lo que pasaría; tan solo y quizás tú estuvieras aquí conmigo invitándome como siempre a pasar la Navidad con tu familia, pero...-se detuvo al sentir el nudo apresando su garganta, y el picar de sus ojos-pero, eso no fue posible...-las lágrimas comenzaron a descender por su rostro, obligándolo a quitarse la antifaz- Fui tu verdugo, y no importa lo que los demás digan o intenten hacer creer lo contrario. Yo te mate, y ahora yo estoy muriendo lentamente sin ti-murmuro ahogando un sollozo.

Se quedó allí un buen tiempo, sollozando hasta que se canso de hacerlo y el frío lo obligó a dejar de hacerlo, pero no impidió que el se quedara en aquel lugar viendo desde lo alto Gotham; y de paso ahogándose en su soledad y tristeza como el frío que había en esos momentos estancando en la ciudad, cuando vio que el sol comenzaría a mostrarse era tiempo de partir devuelta a la mansión y esperar el regaño monumental que le aguardaba por pasar toda la noche de Navidad lejos de casa y bajo el inclemente frío pero antes de irse dijo:

—Por cierto Jon, feliz Navidad...-

Una semana después...

Damian se encontraba en su cuarto bajo varias sabanas y con una compresa fría encima de su frente. Había pegado un fuerte gripe casi preocupando a Alfred de que cogiera una hipotermia, ya que hacía menos de un día cayó enfermo por su escapada nocturna y quedarse bajo el frío invierno en la intemperie. Bruce no lo castigó, a cunetas de que el que se enfermara y que pasara en cama era suficiente castigo porque no podría salir a patrullar con él en ese estado tan deplorable que se encontraba, Dick se había ofrecido en ayudar al anciano mayordomo en cuidar al chico más que por sus altas fiebres comenzaba a delirar y llego en un momento donde el creyó que el acróbata era Jon; y no logro sacárselo de encima cuando se le tiro en un abrazo de anaconda mientras escuchaba varias disculpas y el como se culpaba de la muerte de Superboy, dejándole (sin querer) a Dick que él seguía deprimido por el hijo de Superman.

—Vete, Grayson...-le dijo o eso intento decir por tener la nariz tapada, y dificultándole el dar entender. Dick le ignoro, mientras le quitaba la compresa para remojarla y volverla a colocar en la frente de su pequeño hermano, que se removió un poco al sentir el frío chocar contra su piel.

—Recuerda lo que dijo Alfred, seré tu enfermero personal hasta que el regrese de las compras-le recordó el mayor con una brillante sonrisa. Damian solo hizo un gesto de disgusto total, antes de acomodarse más entre las mantas en búsqueda de calor por el frío que tenía, muy a pesar de la fiebre alta que tenía en esos momentos.

El primer ex Robin se apiadó de su hermano, se entro entre las sábanas para bárbaro aunque recibió quejas y uno que otro golpe débil por la gripe que pasaba el chico de ojos jade, que terminó aceptado el abrazo al sofocarle parte del malestar que tenía en esos instantes, como también el lograr hacer que entrará en un profundo sueño sin pesadilla alguna cosa que le hacía falta desde hacía tiempo; porque solo rememoraba aquel fatídico día y como todo se volvía negro para tener frente a él a Jon culpándolo de todo, y que este al final lo intentara asesinar con sus propias manos en búsqueda de su venganza.

Mientras que en la cocina, se encontraba Jason preparando un poco de sopa para el pequeño demonio de la familia Wayne, mientras veía como entraba en la estancia un cansado Timothy Drake para prepararse un café negro cargado, llevaba noches en vela y tenía un perfecto ojo morado de la última vez que fue a visitar a alguien para año nuevo, y esta no quería su compañía ni aunque fuera el ultimo ser humano sobre la faz de la tierra, según le contó la rubia a Jason hace unas horas cuando su amiga le contó lo sucedido.

   —Lindo morete, reemplazo, ¿Tú noviecita te lo dio como regalo?-preguntó de forma descarada y burlona. Mientras apagaba el fogón y se preparaba en sacar tazón de sopa, y escucho claramente el gruñido molesto del chico que solo le dio más lata para seguir burlándose de él.

    —Al menos, yo no fui el imbécil que se dejó matar por una palanca-golpe bajo para Jason. Este le tiro un poco de sopa hirviendo al tercer ex Robin que replicó por el ardor de las quemaduras que sintió por el líquido caliente lanzado.

    —Yo por lo menos, no soy ocupado como un saco de boxeo de una chica, la cual antes besaba el suelo por donde pasaba-le devolvió con una perfecta indirecta. Antes de dejar una buena cantidad de sopa en el plato hondo, y colocarlo en una bandeja previamente lista para llevar la comida al menor enfermo.

~Notas finales~

~Notas finales~

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¿Qué podria salir mal...? [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora